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MADRID (EP). La deuda neta de las entidades españolas con el BCE alcanzó un récord de 152.432 millones de euros en febrero, lo que significa un un 14,4% más respecto a los 133.177 millones contabilizados en enero, según los datos del Banco de España.

De este modo, las cifras de la institución gobernada por Miguel Angel Fernández Ordóñez vuelven a poner de manifiesto las dificultades de las entidades españolas para financiarse en el mercado interbancario, ya que en el mes de enero la deuda con el BCE aumentó un 12%.

Ante las restricciones en los mercados mayoristas, el crédito solicitado por la banca española al BCE se ha triplicado (+209%) en relación al registrado en febrero de 2011, fecha en la que se elevaba a 49.268 millones de euros.

La financiación neta concedida en febrero por el Eurosistema a las entidades españolas representó el 47% del total de la eurozona, que ascendió a 322.045 millones de euros.

En cambio, si solo se tiene en cuenta la apelación de la banca española en las subastas de liquidez del instituto emisor tanto a corto plazo como a largo (169.802 millones) en relación a la del conjunto de los bancos europeos (792.333 millones), ésta supone el 21% del total.

Este importe bruto de apelación no recoge el dinero que los bancos españoles han tomado prestado del instituto emisor europeo y han vuelto a depositar (19.665 millones) en el BCE para recibir una rentabilidad del 0,25% a un día.

Los últimos datos de que dispone el Banco de España tampoco recogen el efecto de la última megasubasta de liquidez llevada a cabo por el BCE el pasado 29 de febrero a un tipo de interés del 1% y un plazo de tres años.

HABRÁ MÁS MÁXIMOS

Su impacto se reflejará en los datos del Banco de España del mes de marzo y, según expertos consultados por Europa Press, la apelación rondó los 100.000 millones de euros, por lo que es previsible que la apelación de la banca española marque su tercer máximo histórico consecutivo.

El miembro del consejo de gobierno del BCE José Manuel González-Páramo indicó la pasada semana que el instituto ofrece facilidades de financiación a las entidades para que las utilicen si así lo desean, pero evitó de plano valorar la apelación de la banca española.

Asimismo, rechazó que dicha solicitud de financiación suponga un estigma para las entidades que la aprovechan, y valoró que contribuye a que avancen en la reestructuración de sus balances sin necesidad de restringir el crédito, ya que los bancos son el primer canal de financiación de familias y empresas.