VALENCIA. Wasp es el acrónimo en inglés de blanco, anglosajón y protestante, pero bien podría ser el de woman as soon as possible, esto es, mujeres tan pronto como sea posible, que es una manera de decir, mujeres que siempre van corriendo y que tratan de llegar a todo, conciliaciones a parte. Pues bien, de esos y otros temas debatieron mujeres, que, encima, son fashion, por lo que al final, el acrónimo podríamos convertirlo en woman as soon as perfects, y sería más atinado.
En Astoria & Friends reunión ante un exquisito arroz meloso de conejo y setas y una ensalada estéticamente inigualable, con amapolas incluidas, el día 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, a "20 mujeres valencianas que ejemplifican a la mujer trabajadora".
En el lado de las veteranas, se sentaron las periodistas Marosa Montañés, presidenta de la Asociación de Periodistas del Mediterráneo y Mara Calabuig. La primera reivindicó la productividad como primera medida de conciliación, en el debate que se suscitó ya en el café y la segunda apuntó cómo, ya en el año 50, ella decía que ser mujer y ser trabajadora es un sinónimo, pues lo hagas fuera o dentro de casa, seas de la clase social que seas y de cualquier condición planetaria, si eres mujer, eres inevitablemente una currante nata. Todas asentían pensando en el refranero de más sabe el diablo...
La entrañablemente despistada empresaria Hortensia Maeso, contó su proyecto en Sierra Leona, y cómo va a cuatriplicar los fondos recogidos en la última fashion week reconvirtiéndolos en un container que se llenará de donaciones de diseñadores valencianos para que en el hemisferio Sur piensen en Valencia de otra forma. De otra manera a cómo se viene pensando y reivindicando últimamente.
A su lado las diseñadoras Sandra Figuerola y Esdenka Lara explicaban su proyecto Serie Limitada que compete a su profesión y a su condición femenina, pues promocionan a mujeres diseñadoras y que ha tenido tanto éxito aquí que ya están trabajando para exportarlo a Madrid.
Muy cerca se sentaba la dulce Anita Mansergas junto a la no tan dulce pero siempre vehementemente risueña Mariola Cubells, y ambas estaban de acuerdo en que Soraya Saénz de Santamaría no traicionó a las mujeres al volver a trabajar a los tres días de haber parido, pues lo que hizo es lo que se busca, una vez conseguido un derecho, poder renunciar a él con toda la libertad del mundo.
Enfrente las especialistas en moda María García Chuliá y Silvia Kelle presumían orgullosas de trabajar en una empresa en la que el 85% de empleadas eran mujeres, lo que repercutía en una alta productividad y un gran ambiente laboral y destacaban la inteligencia emocional femenina como un potencial fundamental para el área comercial.
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