BARCELONA.La portentosa actuación de Felipe Reyes (17 puntos, 12 rebotes) fue determinante para la clasificación del Real Madrid para la semifinal copera, pero para ello los de Pablo Laso tuvieron que sufrir ante un Mad Croc Fuenlabrada (75-66) que resistió 35 minutos.
Los madridistas, con demasiados altibajos en su juego, se medirán mañana sábado con el Banca Cívica, que en el primer cuarto de final de la jornada se deshizo del Unicaja de Málaga.
Reyes fue fundamental. En 23 minutos, no pudo jugar mejor. Se entendió a la perfección con Sergio Rodríguez, dobló pases para Velickovic y se convirtió en la piedra angular de un Real Madrid que jugó sin continuidad.
El nueve madridista firmó dobles figuras (17 puntos, 12 rebotes, 28 de valoración) y su dominio fue incontestable frente a un rival que plantó cara, que aguantó durante 35 minutos y que sólo se rindió cuando el físico y el desacierto exterior le faltaron.
A cinco minutos para el final, la sorpresa planeaba en el Sant Jordi. Una canasta de Diouf igualó el partido (59-59), aunque desde entonces hasta el final, el Real Madrid, ya con Reyes en pista, no dio ni una opción a su rival.
Salvo en los cinco minutos finales, el equipo de Laso nunca se sintió cómodo. La explosividad de Sergio Llull, que ofició de base de salida, no se conjugaba con la pausa que necesitaba su equipo y el Fuenlabrada fue a la suyo desde el inicio, a esperar un buen día desde el perímetro y a intentar cerrar su aro.
De inicio, sin el control del rebote ni tampoco pudiendo surtir de balones a sus interiores, la solución para el ataque de los blancos llegaba desde los tiros de Kyle Singler, autor de siete puntos en el primer cuarto.
El Fuenlabrada, con buena puntería desde el exterior, dominaba. Dos triples de Hall y seis puntos de Saúl Blanco. Los de Porfirio Fisac se movieron bien en las transiciones defensa-ataque y llevaron el partido a su terreno (11-16). La entrada de Felipe Reyes a poco del final del primer cuarto marcó un punto de inflexión en el partido (15-16).
De hecho, Reyes, junto con Velickovic, fueron los que mejor interpretaron el juego de Sergio Rodríguez. Los de Laso, si pueden correr, se sienten muy cómodos y con dos interiores así, el Real Madrid empezó a jugar con más criterio.
Un triple de Pocius abrió un poco de brecha en el marcador para los suyos (22-18), hasta que el neozelandés Kirk Penney (10 puntos de los 15 de su equipo en este cuarto) tomó la responsabilidad en ataque y equilibró el partido (28-28).
La mínima ventaja que el Real Madrid consiguió en el ecuador del partido (35-31), fue gracias a la anotación de Reyes y a los rebotes de Mirotic. La balanza empezaba a decantarse, por calidad y por fondo de armario a favor de los de Pablo Laso.
Pero sin razón aparente, el técnico madridista volvió a dejar fuera de juego a Reyes y a Velickovic. El protagonismo era para el juego exterior, para los triples de Carroll, Mirotic y Llull.
El Fuenlabrada no se movió mal en este terreno. Mainoldi y Colom dirigieron las operaciones. El Madrid se escapó (48-40), pero no fue la definitiva. Dos triples de Laviña dejaron el marcador nuevamente ajustado al final del tercer cuarto (55-53).
Y, a la hora de la verdad, Reyes reclamó su cuota de jugador determinante junto con Velickovic. El Fuenlabrada resistió hasta el 59-59, de aquí hasta el final el Madrid jugó su mejor baloncesto y se impuso por 75-66.
Mañana los de Pablo Laso se medirán en la segunda semifinal (20:30 horas) al Banca Cívica de Sevilla, que se deshizo del Unicaja. Antes el Barcelona y el Caja Laboral (18:00) habrán disputado la primera semifinal.
- Ficha técnica:
75 - Real Madrid (15+20+20+20): Llull (8), Singler (7), Suárez (-), Mirotic (7), Begic (2) -cinco inicial-, Carroll (8), Tomic (6), Reyes (17), Pocius (3), S. Rodríguez (4) y Velickovic (13).
66 - Baloncesto Fuenlabrada (16+15+22+13): Colom (12), Laviña (6), Blanco (6), Mainoldi (13), Hall (6) -cinco inicial-, Cortaberría (3), Penney (12), Diouf (4), Sánchez (2), Vega (-), Muñoz (2) y Laso (-).
Árbitros: Pérez Pizarro, Perea y Peruga. Sin eliminados.
Incidencias: Asistieron al encuentro 14.100 espectadores en el último partido de cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
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