VALENCIA. Ni un minuto para el respiro. El mismo día en que la CNMV levantó el veto a las apuestas bajistas en el sector financiero, los bolsistas especializados en esta operativa se lanzaron como un solo hombre a intentar recuperar el tiempo perdido. Desde que el pasado mes de agosto España, Francia, Italia y Bélgica acordaron poner un coto a este tipo de operaciones para evitar males mayores en la crisis financiera estaban en ayunas.
Los valores bancarios que cotizan en la bolsa española sufrieron un auténtico descalabro en la jornada. Es cierto que el Ibex cayó un 2,1% al final del día, y que en las pérdidas de la sesión influyeron muchos factores, pero el regreso de los bajistas se dejó notar, como demuestra que los bancos tuvieran un comportamiento mucho peor que el conjunto del índice de referencia.
Las caídas más sonadas se las llevaron para Bankia (-7,28%) situándose en el mínimo histórico desde su debut, Sabadell (-5,97%), Caixabank (-6,22%) y Popular (-6,18%), pero nadie se salvó del descalabro. Los dos grandes, BBVA (-4,09%) Bankinter (-3,31%) y Santander (-2,56%) también sufrieron en sus gráficos la llegada de la temporada de bajistas. Fuera del índice, el Banco de Valencia cedió 0,02 euros, lo que supone una caída porcentual del 5,71%, hasta los 0,33 euros.
UN EFECTO DE CORTA DURACIÓN... AL MENOS EN FRANCIA
La sesión de ayer, vista exclusivamente desde la óptica del impacto del levantamiento del veto a las constitución o incremento de las posiciones cortas, no hay que tomarla como una tendencia, al menos como consecuencia de los bajistas. Al menos en eso coinciden los analistas. Seguramente en los recortes de la sesión se juntaron tanto el regreso al parqué de los bajistas como el temor de los que decidieron ponerse la venda por si la herida era muy profunda. Lo normal es que en los próximos días la situación se normalice, como ha ocurrido en Francia, donde, como en Bélgica, se levantó el veto el lunes.
UNA OPERATIVA PARA GRANDES FONDOS E INICIADOS
Como tantas cosas en bolsa, las posiciones a corto no son intrínsecamente buenas o malas. Es cierto que, para el lego en inversión, apostar a que un valor va a bajar (y hacer lo posible porque ocurra) se parece bastante a un mecanismo pensado para la especulación. Sin embargo, este tipo de operaciones aportan liquidez y profundidad al mercado. Su ausencia, puede llegar a estrechar las operaciones hasta el punto de que, valga de ejemplo, la falta de volumen haga imposible que los gestores del Ibex 35 sepan a qué valor tienen que echar para dejar de ser el Ibex 35+1, como ocurre desde enero por la incorporación de DIA.
La operativa a corto no es un mecanismo pensado para los pequeños inversores, incapaces de mover la cotización con su volumen de dinero. Los hedge funds sí. Normalmente son esos grandes fondos de capital que caminan sobre el filo buscando altas rentabilidades con movimientos rápides de ingentes cantidades de dinero los que pueden tirar un valor y lograr beneficios.
La fórmula para apostar a pérdidas y ganar es la siguiente: se escoge un valor, se piden acciones prestadas de esa empresa y se venden. Si se ha escogido bien y el valor cae, se recompran, se devuelven al dieño orginal y el bajista se queda con la plusvalía obtenida en ese proceso. Cómo se consigue que la apuesta a caballo perdedor sea ganadora tiene mucho que ver con la presión a la baja que introduce la propia venta masiva. De ahí las críticas que reciben los fondos que operan en este segmento.
Pero la apuesta a la baja tiene riesgos. Si se yerra en la apuesta, es decir, si la acción sube, las pérdidas que se pueden alcanzar solo tienen como límite lo que sea capaz de subir la acción. Si cuando nos la dejaron valía 6,5 euros, la vendimos y sube a 6,8, para devolverlas en el plazo marcado tendremos que recomprarlas a 6,8, con lo que estaremos perdiendo 0,3 euros por acción. Eso, multiplicado por millones de decenas de miles de títulos puede llevarnos a perdidas notables.
Las posiciones cortas es uno de los métodos para ganar dinero con el desplome de las bolsas. Otros como los futuros, las opciones, los warrants, ventas a crédito, los o CFD y ETF inversos, también entran en ese terreno, aunque precisan un apalancamiento. Son elementos complejos y arriesgados, solo para viejos osos de paqué.
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