La moderación en la contracción del PIB español en el cuarto trimestre fue resultado de la menor contribución negativa de la demanda nacional, que pasó de -6,6 puntos a -5,3 puntos, frente a la reducción en cuatro décimas de la aportación positiva de la demanda externa al crecimiento, que pasó de 2,6 puntos a 2,2 puntos.
Dentro de la demanda interna, sus dos principales componentes, el consumo de los hogares y la inversión, mostraron un comportamiento más positivo en el trimestre, aunque con distinta intensidad. Así, el gasto en consumo final de los hogares recortó un punto y medio su crecimiento negativo, desde el -5% al -3,5%, mientras que la inversión registró una tasa interanual negativa del -12,9%, frente al -16% del trimestre anterior.
Estos datos confirman las previsiones del Gobierno, que estimaba que la economía española no saldría de la recesión en 2009 y que el PIB registraría una caída global del 3,6% en el conjunto del año, frente al crecimiento del 0,9% experimentado en 2008 (datos corregidos). El descenso que se anotó la economía española en 2009 representa la mayor caída de la actividad de las últimas décadas.
La contracción del PIB en 2009 fue resultado de una aportación negativa de la demanda nacional de -6,4 puntos (5,9 puntos menos que en 2008) y una demanda externa que contribuyó en 2,8 puntos al crecimiento del PIB (el doble que en 2008).
La tasa interanual del PIB del cuarto trimestre de 2009 (-3,1%) mejora en nueve décimas la registrada en el trimestre anterior (-4%) y supone la quinta caída trimestral consecutiva.
Por su parte, la variación intertrimestral de la economía española se situó en el -0,1% en el cuarto trimestre, atemperando en dos décimas el descenso experimentado en el tercer trimestre (-0,3%). Con éste, ya son seis los trimestres consecutivos en los que se contrae el PIB español, que oficialmente entró en recesión (dos trimestres de crecimiento negativo) a finales del año pasado.
El INE señala que, tras dos trimestres consecutivos en los que la actividad global ha moderado su contracción, las cifras apuntan a que el "mínimo del ciclo se alcanzó en el segundo trimestre".
El PIB a precios corrientes retrocedió en el cuarto trimestre un 3,5% en tasa interanual, frenando su contracción en 1,2 puntos. De esta manera, el deflactor implícito de la economía se situó en el -0,2%, cifra cuatro décimas superior a la del trimestre anterior.
EL CONSUMO Y LA INVERSIÓN CAEN, PERO MENOS
El INE explicó que el comportamiento menos contractivo de la demanda interna se ha debido a la moderación en la caída del consumo familiar y de la inversión, que han mejorado sus resultados negativos aunque con distinta intensidad. Asimismo, reseñó que el gasto en consumo de las administraciones públicas se desaceleró "significativamente" en el cuarto trimestre.
En concreto, el gasto en consumo final de los hogares atemperó su evolución negativa desde el -5% del tercer trimestre al -3,5% en el cuarto trimestre en consonancia con la evolución de su renta disponible (la remuneración de los asalariados se moderó hasta el 2,7% por el menor nivel de empleo) y con un nivel de confianza en la economía "ligeramente menos negativo" que en el trimestre anterior.
En el cuarto trimestre, destacó el crecimiento interanual positivo experimentado por el gasto de los hogares en bienes duraderos, como en vehículos (las matriculaciones han aumentado casi un 30%), mientras que los otros tipos de gasto (alimentos, bienes no duraderos y servicios) mantuvieron crecimientos negativos, aunque menos intensos que en el tercer trimestre.
Por su parte, el gasto en consumo final de las administraciones públicas se desaceleró en el cuarto trimestre notablemente, desde el 4,1% al 0,8%, como consecuencia del menor ritmo de avance de la remuneración de los asalariados del sector público y, especialmente, del correspondiente volumen de consumos intermedios del sector.
La formación bruta de capital fijo moderó su caída desde el -16% del tercer trimestre al -12,9% en el cuarto trimestre gracias, principalmente, al comportamiento menos negativo de la inversión en bienes de equipo, que registró un retroceso del 15,3%, frente al -23,8% del tercer trimestre.
También se atenuó, aunque menos, la caída de la inversión en construcción, desde el -11,4% del tercer trimestre al -10,2% en el cuarto. La inversión en vivienda siguió registrando los peores resultados, aunque su tasa de variación mejoró levemente, desde el -25,2% al -24,5%, mientras que las otras construcciones presentaron nuevamente tasas positivas, del 2,4%, destacando especialmente la obra en infraestructuras, vinculada sobre todo a las corporaciones locales y al AVE.
SE MODERA EL RETROCESO DE EXPORTACIONES E IMPORTACIONES
Los datos de Estadística ponen de manifiesto que la demanda exterior redujo su contribución al PIB cuatro décimas en el cuarto trimestre, hasta los 2,2 puntos. Tanto las exportaciones como las importaciones registraron tasas de crecimiento menos negativas, especialmente las segundas.
En concreto, las exportaciones de bienes y servicios registraron una variación del -2,9% en el cuarto trimestre, frente al -10,8% del tercero, como consecuencia de la mejor evolución de la demanda nacional de los países destino, fundamentalmente de la Unión Europea. Por su parte, las importaciones de bienes y servicios desaceleraron su retroceso en el cuarto trimestre de forma más intensa que las exportaciones, pasando del -17% al -9,6%.
Desde la óptica de la oferta, la variación interanual del valor añadido bruto de todas las ramas de actividad, a nivel agregado, es negativa.
El valor añadido bruto de las ramas industriales redujo su caída en casi cuatro puntos, hasta el 10,5%; el de la industria manufacturera mejoró desde el -15,5% hasta el -10,9%; el de las ramas energéticas aceleró su contracción desde el -7,6% hasta el -8,3%, y el de los servicios se situó en el -1,1%, dos décimas menos.
MÁS DE UN MILLÓN DE EMPLEOS DESTRUIDOS EN UN AÑO
El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, registró en el cuarto trimestre una reducción del 6,1%, frente a la tasa del -7,2% registrada en el tercer trimestre, lo que se tradujo en la destrucción de 1,125 millones de puestos de trabajo en un año. En el conjunto del año se destruyeron 1,271 millones de empleos (-6,7%).
La mayor contracción de la ocupación en el cuarto trimestre se dio en la construcción (-17,9%), aunque el dato fue mejor que el del tercer trimestre (-23,4%). A continuación se situaron las ramas industriales y energéticas (-9,9%), las ramas agrarias y pesqueras (-3,5%) y las ramas de los servicios (-3,4%).
La productividad aparente del factor trabajo de la economía se situó en el 3,2% en tasa interanual, cifra dos décimas inferior a la del trimestre precedente.
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