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VALENCIA (LIDIA MASERES). Julián Pelacho, gerente de Conmac Consultores y asesor en Formación desde 1989 en más de una veintena de entidades, se ha convertido en un psicólogo. En uno de los que ven siempre el vaso medio lleno. Este abogado especialista en 'coaching positivo', basa gran parte de su trabajo en enseñar a empresarios, directivos, y trabajadores a mejorar el ambiente de sus oficinas, así como a potenciar sus cualidades. Según asegura, el 'buen rollo' acaba repercutiendo en las cuentas de beneficios de las empresas.

Basado en el método Grow (crecer) de Alexander, Pelacho dio ayer una conferencia en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Valencia (CEEI) con el objetivo de "afilar el hacha" e iniciar a los empresarios estas técnicas para marcarse los desafíos que les impulsarán como profesionales y como personas.

-¿Cuáles son las cuatro claves del éxito?
-La psicología positiva invita a ver nuestras fortalezas y los desafíos que las personas se van encontrando. La primera clave es marcarse una meta que merezca la pena, y la segunda pensar en nuestros puntos fuertes. Además, hay que estimular la creatividad de la escucha, y por último, saber que todos podemos trazar una hoja de ruta con alternativas diferentes a las que teníamos.

-Usted habla de competencias personales, compromiso, iniciativa...¿Qué ha sido de estas cualidades? ¿Se han perdido?
-Sí, lo hemos perdido, pero es muy normal dada la situación en la que estamos. Cuando tenemos problemas, éstos se identifican en el hemisferio izquierdo del cerebro, y lo que tenemos que hacer es dar el salto al derecho, el del positivismo. Tenemos que encontrar soluciones, darnos cuenta de las cosas.

-¿Por ejemplo?
- Sé de una trabajadora que se colgó en la pared de su oficina un póster de los pirineos, le gustaba el montañismo. Cada vez que tiene un problema 'camina' por esos bosques, se oxigena y focaliza su energía en buscar soluciones. También encontramos a personas que están desarrollando nuevos proyectos. Hay que atender a los pequeños detalles.

-Está haciendo un trabajo sobre el coaching positivo, ¿Qué es lo que hace exactamente?
-Trabajamos ayudando a las personas a focalizar detalles. Hacemos talleres individuales y de grupo sobre el disfrute en el trabajo. Son reflexiones sobre el valor de lo que hacen para que se conozcan más a sí mismos, mejoren su productividad y aumenten su satisfacción.

-¿Tienen más demanda de trabajo desde que estalló la crisis?
-La verdad es que sí. Las empresas nos contratan para que sus trabajadores se sientan mejor. Los talleres de grupo son de entre 12 y 16 horas.

-¿Existen datos reales sobre cómo el buen ambiente de trabajo influye en las cuentas de resultados de las compañías?
-Claro. Esade tiene un estudio en el que demuestra que las tiendas con buen humor venden más. En cualquier caso, una de las claves para el buen funcionamiento de una empresa es tener una buena comunicación interna, es decir, que los trabajadores tengan buenas relaciones.

-¿Qué pueden hacer los trabajadores, y los directivos, para trabajar en armonía?
-Crear buen ambiente es una de las labores. Los jefes tienen la oportunidad de generarlo y así, potenciar la creatividad de sus empleados. La principal función directiva es que los objetivos de la empresa satisfagan también a los trabajadores. Las personas que desean mejorar lo hacen sin necesidad de técnicas complejas. Destacaría querer y saber escuchar para conocer realidades diferentes y desde una perspectiva amplísima.

-¿Cómo se puede reflotar la economía emocional de un país?
-(Ríe) Invitamos a que cada vez que alguien reciba una mala noticia responda con una frase que empiece por "afortunadamente" antes o después de analizar el problema. Esto es de mi amigo Eduardo Jáuregui. Generar un poco de energía positiva pero sin creer en disneylandiadas. Hay que saber transitar y aprovechar los dos hemisferios del cerebro.