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Control doméstico de gastos
21 reglas para gestionar el hogar como una empresa

ENRIQUE ROCA (*). 06/02/2012 La actual crisis ha llegado para quedarse más tiempo de lo que pensamos. Todos tenemos que pagar las erróneas previsiones y el despilfarro de nuestros gobernantes, cuándo no el hurto puro y duro

 

VALENCIA. La actual crisis económica ha llegado para permanecer por aquí más tiempo de lo que pensamos. Todos tenemos que pagar las erróneas previsiones y el despilfarro de nuestros gobernantes, cuándo no el hurto puro y duro.

Por ello hay que prepararse para tiempos difíciles, por lo menos hasta que logremos algo tan sencillo y lógico como atribuir responsabilidades y que cada palo aguante su vela. Nadie sabe lo que debe, ni a quien debe, ni cómo va a pagar  así que el actual Gobierno ha decidido socializar las deudas en un intento de desatascar las cañerías de circulación del dinero (lástima que no entre nuestra hipoteca, mientras que los deudores públicos, esos que deberían dar ejemplo, se beneficien del aval estatal).

Ante esta situación nada como recordar lo que hacían nuestras madres y abuelas en unas épocas de escasez que creíamos superadas. Antes del marketing del "busque, compare y si encuentra algo mejor cómprelo", ellas ya lo hacían. La necesidad fue su universidad y a fuerza de ser sinceros superaron el examen con nota alta. En todos los momentos y más en estos tiempos de dificultades es prioritario:

1) Tomar conciencia de la situación real, relativizando los mensajes de los periódicos y los políticos. La misión de los actuales políticos es vender humo y salir reelegidos. La nuestra, ser felices, muy a su pesar. Ahorrar más o gastar controladamente nos enseña lo irracional o superfluo de muchas de nuestras decisiones. Haga un stress test de su situación familiar y mire si podría vivir si sus ingresos bajarán a la mitad.

2). Hacer partícipe a las otras unidades de ingreso y de gasto (normalmente la familia) de nuestros proyectos. La unión hace la fuerza y esto es una labor de equipo. Además, el estar comprometidos con nuestros seres queridos hará que no nos desviemos del objetivo.

Consensue con ellos los objetivos concretos, así como los medios para alcanzarlos. Transmita con su ejemplo estos valores a sus descendientes concretando situaciones y mostrando que en todas las épocas, pero sobretodo en las de penuria, el ahorro y el consumo razonado nos ayudaron.

3) Ahorre con un objetivo determinado (tener un colchón de X meses de salario por si las cosas se tuercen, educación para los hijos, un viaje o complementar la pensión)..

4) Empiece considerando los gastos. Aplique la técnica del presupuesto base cero.

¿Es necesaria la luz eléctrica o la iluminación? ¿Es preciso el coche o  tener un medio con el que trasladarse como puedan ser nuestras piernas y de paso hacemos ejercicio y nos evitamos el gimnasio al que no vamos? ¿Cuántos taxis podemos coger con los gastos fijos del coche (seguros, impuestos, reparaciones, garajes...)? ¿Puede compartir coche? ¿El ocio tiene que costarnos dinero o podemos acudir a museos, festivales, y espectáculo gratuitos?

5) Cuantifique los gastos por áreas (alimentación, vestido, ocio, suministros, tributos, medios de desplazamiento, salud...), vea su evolución en los últimos años y establezca un presupuesto. Mire los armarios y verá cuanta ropa tiene y si es susceptible de ser aprovechada. Si necesita un vestido o un utensilio para una única ocasión, alquílelo. Intercambie libros y vestidos con sus amigos.

6) Separe el trigo de la paja En una cena de amigos, ¿qué es lo importante?

7) Haga varias listas de productos:

a) imprescindibles
b) necesarios
c) aconsejables
d) deseables
e) caprichos

Vea lo que aporta cada uno a su salud y felicidad. Reparta el gasto de acuerdo a una lista meditada, escrita, pública e inmodificable. Compre en función de dicha lista. Sea consciente del gasto y pague en efectivo y no con tarjetas, que además le cobra un
20%.

8) Compare dichos productos con los de marca blanca. Haga cata a ciegas para ver si además de la calidad se nota en otros factores como el gusto, tacto... Determine qué productos comprará de marca blanca y cuáles no. El ahorro puede ser superior al 25%.

9) Compare precios y busque la tienda más barata. La más céntrica puede ser la más cara. Si desconoce el precio de algo en la tienda pregunte antes de comprar, después es más difícil devolver el producto.

10) No le dé vergüenza preguntar el precio de un almuerzo en el bar o el de una cena en un restaurante antes de pedir el servicio. Cuantifique el gasto antes de salir de casa y vaya al local sabiendo el coste.

11) Tenga siempre a mano una lista de profesionales cualificados de diferentes áreas para en caso de urgencia llamarlos y no al primero que pille en las páginas amarillas, que suele ser el más caro.

12) Aproveche las ofertas de productos no perecederos, el famoso 2x1, compartiendo cantidades con otros familiares o vecinos. Asóciese para comprar y tendrá el poder. Groupon y Grupalia son los nuevos paradigmas de cómo la asociación con otros compradores beneficia a todos. Espere a las rebajas y aumentará su inteligencia emocional.

Compare precios vía Internet en productos homogéneos (coches, seguros, viajes u hoteles), lo que nos permite tener una gama más amplia de productos elegibles.

13) Establezca una lista de lugares donde quiera pasar las vacaciones los próximos años
y aproveche la evolución del tipo de cambio eligiendo aquel destino más económico. Viaje fuera de temporada, contrate viajes con anticipación o de última hora.

Existen establecimientos especializados en venta de electrodomésticos con pequeños defectos externos de fábrica pero que en nada obstaculizan su funcionamiento.

Para ocasiones esporádicas vale la pena alquilar (por ejemplo: un traje para una ocasión especial).

Dada la querencia en nuestro país por la vivienda en propiedad, utilice ratios como el PER, años de sueldo u otra medida razonable para comparar su precio tanto con los de otra época como con el de otros activos. Retrase la adquisición, antes que pagar precios desorbitados. La paciencia se recompensa y hay que gastar cuando todos ahorran y ahorrar cuando todos gastan. Ahora es tiempo de invertir y gastar moderadamente.

Busque en Internet las publicaciones especializadas y oiga los programas de radio sobre la materia.

14) Mire los recibos que le llegan del banco.
¿Hay algún gasto inútil o que no disfruto como cadenas de TV de pago, gimnasio o libros que no leo?

De los suministros, diferencie lo que corresponde a gastos fijos y a consumo, ¿puedo bajar potencia, usar bombillas de bajo consumo o acumular energía?

Por cierto, ¿cuánto me cobra el banco por tener mi dinero depositado allí? ¿Ese euro mensual de comisión de mantenimiento es razonable? ¿Son todas las tarjetas necesarias y gratuitas? Recuerde que, en general, para los bancos usted es un mero objetivo para colocarle sus productos, en función de sus prioridades.

15) Exija un trato adecuado e individualizado a sus necesidades particulares:
¿Conozco lo que la entidad financiera gana conmigo para negociar en plan de igualdad? Quiero ser rentable para mi banco pero en su justa medida y no pagar ni el gasto de otros, ni sueldos ni pensiones multimillonarias.

Compare los tipos de interés de sus créditos y cambie a la entidad más barata, que le ofrezca garantías. Busque los comparadores de crédito en Internet. Amortice deuda cuando pueda, sobre todo si es de primera vivienda, ya que maximizar la desgravación fiscal del 15% le beneficia.

Salvo excepciones, no se endeude en moneda diferente de sus ingresos, ni a tipos que no pueda asumir (sume al tipo actual un 3% y así sabrá si puede pagar el préstamo cuando los tipos suban).

16) Consulte con su asesor fiscal dos veces al año, planificando sus impuestos en mayo y noviembre.

17) Invierta en lo que conozca mejor que la media del mercado y tenga siempre liquidez. Las oportunidades se presentan cada cuatro o cinco años y debe estar preparado. Si necesita, busque un buen profesional o asesor independiente y páguele en función de los resultados.

18) Haga un balance periódico de las medidas tomadas y cuantifique el ahorro en términos monetarios y la sensación de felicidad/infelicidad de las mismas.

19) Infórmese y fórmese tanto en su actividad laboral como en la particular. Estamos en un mundo que cambia, pero esto no nos debe hacer perder el equilibrio. Tenga siempre alternativas preparadas antes de que se presenten las situaciones comprometidas y haga caso del viejo refrán "el que espera la sopa de otro se la come tarde y helada".

20) Aprovéchese de las subvenciones de todo tipo y de los planes Renove de coches, electrodomésticos, aire acondicionado, ascensores para eliminar barreras arquitectónicas, etc.

Si es miembro de un colectivo especial (familias numerosas, minusválidos, tercera edad...) averigüe las condiciones especiales que tienen y exíjalas. No se desanime por las tramas burocráticas, ya que las ayudas suelen llegar aunque tarden.

21) Si es miembro de un club, comunidad de vecinos u asociación, revise las cuentas y exíjale al administrador que actúe como un buen padre de familia mirando por el bien colectivo y todos los años pida presupuesto a varias casas de los servicios comunes (mantenimiento de ascensor, limpieza, seguros, suministros y reparaciones).
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(*) Enrique Roca es analista financiero

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