VALENCIA. Rafael Ripoll (Valencia, 1963), lleva 13 años en puestos de responsabilidad pública. Creció en Sevilla, se formó en Madrid y trabajó por primera vez en Bruselas. Hoy es secretario autonómico de Cultura de la Generalitat Valenciana. Se afilió al PP a los 18 años. De la política lo primero que le atrapó es su carácter de servicio público. Ha dado clases de Derecho comunitario en varias universidades, ha sido columnista de prensa y escrito varios libros. Uno de ellos presentado por Marcelino Oreja en Bruselas, Luís de Guindos en Madrid y Rita Barberá, de la que fue teniente de alcalde, en Valencia. Otro, titulado La Buena Nota, versaba sobre frases y reflexiones de la vida cotidiana recopiladas durante veinte años. Está enamorado y tiene una niña de siete meses. Le encanta el senderismo por las comarcas del interior como el Maestrazgo, comparte con su mujer la afición al cine, le encantan las tertulias y el fútbol (sobre todo cuando juega el Valencia). Es feliz y colecciona sensaciones.
-¿Qué frase le gustaría que le pusieran en su epitafio?
-Ninguna, solo mi nombre. Tengo una hija, Helena, de siete meses, con mi primera mujer de la que yo también soy su primer marido y con la que me casé hace cuatro años. Así que ante tanta felicidad no pienso para nada en finitudes.
-Normal. ¿Cómo lleva ser padre madurito?
-Fenomenal. Estoy en un momento dulce y disfrutando muchísimo. Mi vida personal, fruto de la experiencia, empezó hace solo cuatro años. Llegó cuando tuvo que llegar.
-Volviendo a las frases, ¿alguna memorable?
-Creo que fue Alfonso X El Sabio el que dijo que "para cualquier político el libro es su mejor consejero y aconseja acertadamente sacando a la luz su ambición e intereses privados".
-¿No le parece que para ser valenciano tiene mucho deje andaluz?
-Bueno porque pasé 20 años de mi vida en Sevilla y me marcó bastante. Fue mi infancia y adolescencia. Luego en Madrid estudié el master en comunidades europeas, y en Bruselas, ejercité mis estudios tanto en empresas privadas como públicas.
-¿Y tiene tiempo para escribir?
-Ahora menos, pero escribir siempre me aporta tranquilidad y sosiego.
-¿Escribir sobre derecho de la competencia comunitario, también?
-Sí porque era un tema que afectaba mucho al derecho español. Es decir todas las ayudas que se concedían a las empresas no eran conforme al derecho comunitario y desvirtuaban la libre competencia. En aquellos momentos había una disparidad normativa y me atrajo ese vacío legal existente en la legislación española.
-¿Qué tal su faceta como columnista?
-Me gustó porque se trata de plasmar un pensamiento político inmediato y te produce satisfacción verlo publicado.
-Usted ha sido secretario autonómico de Relaciones con la Unión Europea, ahora lo es de Cultura, ¿se aclara, es un premio a su labor política?
-Es una continuidad del trabajo realizado. El político se debe a la gestión de la rex pública. Tanto la gestión anterior en la Unión Europea como la actual en Cultura están relacionadas. De hecho muchas políticas culturales se benefician de la financiación que procede de Europa. Por ejemplo, una de las áreas donde más está creciendo las competencias de la Unión Europea es en la coordinación de las propuestas de turismo cultural de los 27 estados miembros.
-En épocas de bonanza se invierte mucho en arte y cultura, pero en época de crisis ¿son seguras estas inversiones?
-Desgraciadamente las épocas de crisis generan tiempo y también oportunidades para autoformarse y reciclarse. Y esto es lo que está pasando. Actualmente en la Comunidad Valenciana se están editando libros entre un 10% y un 14% más que el año pasado, ha subido el índice de lectura, el de visitas y recorrido por los museos. Se invierte en cultura y en la formación del individuo. Respecto a la adquisición de arte se empieza a ver que los precios bajan y no son de subasta ni de titular de periódico.
-¿Usted tiene alguna buena colección?
-No, ni lo he pretendido nunca, pero si tengo una buena biblioteca.
-O sea que invierte en cultura, ¿para tanto le sirven a usted?
-En el background de cualquier político debe coexistir conocimiento de la sociedad a través de la lectura y conocimiento de la realidad mundial, y si es posible incorporar la solidaridad e implicación.
-¿Y cree que esa formación existe hoy en los políticos?
-En mucha mayor medida que hace una década. Tenemos como referencia los políticos de la transición, brillantes en oratoria y pensamiento político, sin embargo en esa élite política existían carencias de conocimiento del mundo y profundización cultural a través de la lectura de la que existe hoy. Comparando las clases políticas medias de entonces a la de ahora, la de hoy está más preparada.
-¿La cultura también humaniza?
-Sin duda. Cervantes decía que la cultura a través del conocimiento de los otros nos hacía ser más prudentes y humanos porque nos daba más puntos de referencia. La cultura enriquece y nos proporciona más equilibrio a la hora de aceptar una crítica o de generarla.
-Si es así, ¿por qué nos enfrentamos y se han dado casos tan duros como Gurtel, Emarsa, etc con repercusiones tan nefastas en la Comunidad Valenciana? ¿Podía haber sido evitado?
-En gran medida sí. Ha habido un uso y abuso de algunos políticos del Estado de Derecho. Aquel que ha podido controlar determinadas instituciones ha abusado de las mismas para su uso partidista. Sería bueno que ejercitáramos la autocrítica para evitar estos acontecimientos de gasto público y escarnio ante la sociedad pública. Creo que ante comportamientos poco humanizados, poco instruidos y reprobables tiene que actuar el Estado de Derecho.
-¿Estar en política es un seguro de vida en los tiempos que corren?
-Bueno, en algunos casos así ha sido. Para trabajar en política hay que tener vocación por el servicio público. La satisfacción que genera ser coautor de la puesta en marcha de servicios y mejoras sociales es lo que espero mantenga despierta esta vocación. Si bien es evidente que hay que mejorar la preparación y cualificación de los que dirigen la política, también es cierto que si no existieran tendríamos que crearlos. En cualquier colectivo humano que quiera organizarse se necesitan figuras al frente de ellos.
-¿Y a usted cuando se le despertó la vocación?
-En mi casom, al volver de Bruselas y tras mi periplo profesional entré a formar parte como teniente de alcalde del gobierno de Rita Barberá. Hace de esto 13 años. Mi función fue provocar la participación de la ciudad de Valencia en una proyección internacional de la misma y en la captación de fondos europeos. De todos modos llevaba en el Partido Popular desde el año 82. Empecé a los 18 años. Aún era joven. Ahora lo soy por razones de paternidad. Te rejuvenece ipso facto.
-¿Cree en la disciplina de partido, es fiel a ella?
-Por fortuna no he coincidido siempre con las opiniones de mi partido y sí he podido manifestarme tanto con los que ostentaban la dirección como en los foros y juntas asamblearias. Además pensar que de lo que formas parte es la verdad absoluta te lleva al ostracismo.
-La cara b de los partidos está formado por la existencia de muchas familias políticas, ¿a usted le ha marcado mucho?
-Más que hablar de familias hablaría de distintas sensibilidades que a veces pueden coincidir unas con otras en criterios puntuales y variar. En cualquier familia, ya sea biológica o no, existen distintas sensibilidades entre sus miembros. Por lo que ¿deberíamos hablar de familias dentro de la familia? ¿de corrientes de hermanos dentro de una gran familia? ¿tiene que ser negativo que haya más afinidad entre dos hermanos que con el resto?...
-Conclusión, ¿con quién se lleva bien?
-Con mi carácter, con todos.
-¡Qué políticamente correcto!
-Ah, y respecto a las discrepancias, le puedo decir que sólo los peces muertos van a favor de la corriente. Por eso se puede y se debe discrepar, los partidos están vivos.
-¿Se mueve bien entre las vanidades?
-¿Y usted? ¿cree que se mueve bien entre la naturaleza humana de la empresa donde trabaja o en su familia? Nos movemos aceptablemente bien porque todos tenemos la misma naturaleza. Eso sí siempre, moviéndonos con dignidad y respeto hacia los demás.
-¿A qué se hubiera dedicado de no entrar en política?
-Al mundo de la literatura y a escribir ensayos sobre la vivencias que producen los grandes viajes. Me fascina llevar al papel las experiencias surgidas por el contacto con otras culturas.
-¿Como Miguel de la Quadra?
-No con ese punto de aventurero. Me parece más apasionante coleccionar vivencias que objetos. Trasladar eso al papel es lo que me provoca fascinación. He hecho una pequeña incursión en un relato titulado "Cartas desde el avión", pero muy privado.
-Ahora que está en cultura igual se atreve. Por cierto ¿interesa la cultura española más allá de nuestras fronteras?
-Muchísimo. Interesa más la cultura hispánica que la anglosajona o la francesa. El inglés interesa por su utilitariedad, el francés ha perdido lamentablemente el peso que esta cultura ha tenido. Hay un gran papel que junto a las culturas orientales está teniendo la cultura española. La pasión por lo español no se circunscribe sólo al idioma sino que incluye toda nuestra historia pasada y actual. Ningún partido político puede ser abanderado de esto, que es fruto del trabajo de todos los españoles.
-Por cierto, ¿qué criterios se siguen para decidir si es más importante invertir en una bienal o en la Luz de las Imágenes?
-Con las bienales llegas a un gran público en el corto plazo. Es significativo y rentable. Con la inversión en el patrimonio cultural localizas en un territorio concreto la inversión por la cultura y a medio y largo plazo obtienes valorización del público. La ligazón entre cultura y formación es tan significativa como lo fue en el medievo tener acceso a la cultura. Hay que invertir en ambas propuestas culturales.
-¿Cómo se siente un político ante datos alarmantes que hablan de que España entra en la pobreza?
-Con preocupación. Lo fundamental es resolver el problema de todas aquellas familias que entren en esa situación. Se están tomando medidas y sí se percibe que alguien está asumiendo el riesgo para resolver esta situación. Como muchos también tengo amigos y familia en esa tesitura. Es una cuestión que nos atañe a todos.
-¿Dónde acaba el político y empieza el ser humano?
-El ser humano siempre está presente. Ahora soy un padre de familia al que le gusta vivir la experiencia de la paternidad. Hemos tenido que postergar nuestras salidas de cena y cine, pero esperamos recuperarlas y trasladarla a nuestra hija. También me llenan las tertulias con los amigos y poco tiempo tengo para nada más.
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