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VALENCIA. Empezó en 2009 y es el único rescatador de empresas en Valencia. Ha trabajado para empresas como Lladró, Aguas de Valencia o Röching Alemanias. Algunas le proponen quedarse y el resto repiten. A él le gustan los retos, cumplir objetivos y empezar de cero por eso nunca se queda más tiempo del necesario. Desconecta practicando joggin o pádel cada mañana y meditando durante diez minutos el plan de cada día. Considera una equivocación mejorar las empresas de otros y no la tuya, y más cuando tú eres producto de tu producto.

-Cómo experto en rescatar empresas, ¿cómo rescataría al país, y más con la que está cayendo?
-¡Uf! Eso son palabras mayores. De todos modos hay dos áreas claves. Por un lado arreglar las cuentas y por otro estimular los ingresos dando posibilidades a gente con imaginación. Faltan creadores de ingresos y proyectos innovadores. Y sobran perfiles conservadores. Hay que intentar hacer cosas nuevas.

-¿Y por qué aún nos lo estamos pensando?
-Unas veces porque no nos hemos atrevido, otras hemos tenido miedo o simplemente no nos ha hecho falta. Pero ahora se necesita gente que diga "¿y por qué no?". No simplemente no.

-¿Hay muchos empresarios así?
-Es un perfil escaso en el tejido empresarial valenciano. Actualmente hay mucha gente con capacidad, pero que se resiste a significarse, no sea que su propuesta sea inviable y acabe en el paro.

-¿Las medidas políticas adoptadas serán suficientes?
-Digamos que todavía no se han apuntado medidas de calado para mejorar los ingresos, las propuestas hasta la fecha solo hablan de recortes. Si seguimos quitando grasa nos vamos a quedar con el hueso en la mano, y entonces ¿qué? ¿Seguiremos recortando? Hay que centrarse en cómo generar ingresos.

-¿Qué tipo de empresas solicitan sus permisos?
-De todo tipo. Recientemente me llamó una empresa que en 2009 renegoció su deuda bancaria, le hicieron una quita del 50% y le dieron un plazo de cinco años para devolver la ayuda. El primer año no generó hucha y siguió haciendo las cosas exactamente igual. Por lo que se dieron cuenta que tenían que cambiar so pena de encontrarse dentro de cinco años con deudas duplicadas. Ahora la pregunta es ¿tengo la suficiente imaginación, formación e iniciativa para trabajar de otra manera o me pueden y me voy a dejar ayudar?

-¿Ustedes aplican las I+D+i?
-Sobre todo la última. Las dos primeras la gente las identifica con batas blancas, personal altamente cualificado y muy costoso. La i de innovación se olvida, sin embargo se refiere a esto, a mirar cómo se hacen las cosas, mirar si se puede mejorar y todo ello sin una inversión salvaje.

-¿Los empresarios valencianos son realistas?
-Tenemos un componente de emprededurismo tremendo y es verdad que algunos sueñan con descubrir una nueva Coca-Cola o encontrar un mercado virgen en el mundo donde vender sus productos. Lo más difícil para el empresario es pasar de la idea a la acción. Nos falta rigor y disciplina para cumplir el plan y calendarizar los pasos para dar vida a la creatividad.

-¿Cómo rescatador de empresas cuál ha sido la más difícil?
-Cada una tiene su peculiaridad, pero en todas tropiezas con el mismo hándicap: cambiar la mentalidad de la gente, parece una broma pero el único cambio al que no nos resistimos es al de los pañales.

-¿Hay que saber de todo para asesorar empresas de sectores dispares?
-No. En toda empresa hay un trasfondo común, la gestión de los fundamentos básicos, área comercial, producción, financiera, administrativa...y luego un decorado diferentes: agua, muebles, madera, metal, porcelana...Esta visión tiene que integrarse con otra: el conocimiento profundo que el empresario tiene de su propia empresa. Si la perspectiva del empresario es, "haber que me cuentas tú que yo no sepa", vamos por mal camino, porque nunca sabremos más de una empresa que aquel que lleva 30 años en ella.

-¿Con qué otros hándicap se ha encontrado?
-Que nadie tiene tiempo para aplicar cosas nuevas, ni realizar seguimientos al detalle. Por eso nos incorporamos y estamos dos, tres o cuatro meses. Trabajo con un equipo de colaboradores a los que recurro en función de las necesidades de las empresas contratadas.

-¿Por qué se hizo Interim Manager?
-Fue un amigo el que hace unos años me comentó que quizá este podía ser mi trabajo ideal. Y acertó. El Interim Manager surge en EE.UU, llega a Inglaterra a principios de los 80 donde se especializa llegando a ser una profesión aceptada socialmente. Pasa a Alemania y Holanda. Entra en España en 2004 y en 2009 a la Comunidad Valenciana. Al ser una nueva profesión, una mezcla entre gestión empresarial y arte, está todo por hacer. De hecho cada Interim Manager tiene su peculiar manera de hacer las cosas para que éstas cambien.

-¿Cómo lo traducimos?
-Gestor de cambios. Facilito que éstos se lleven a cabo. Lo había hecho previamente en distintas empresas. Para realizarlo no es necesario incorporarse a la firma, trabajas como un externo invirtiendo las horas precisas para ejecutar la gestión.

-¿No le exigen presencia?
-En mi caso no. Existe una cultura que vincula la calidad del trabajo con las horas de estancia en un sitio, pero cada día las empresas se percatan que no mejora con ello la productividad. En mi caso los resultados e ir cerrando hitos garantizan el método.

-¿Tiene una elevada cronología de éxitos?
-Sí. Llevo 8 proyectos realizados desde finales de 2009 y los resultados son satisfactorios. Mido el éxito de dos maneras. Una porque te piden que te reincorpores a las empresas y otra porque meses después te vuelven a llamar para gestionar otra acción. En mi caso se han dado las dos fórmulas.

-Su trabajo está en alza en estos tiempos, pero cuando amaine la crisis ¿qué hará?
-Trabajar más. Cuando las cosas van bien te llaman más porque quieren crecer; ahora recurren a ti, un poco obligados, para salir de situaciones complicadas. Cuando a un empresario le dices pisa aquí que es tierra firme va cogiendo confianza.

-¿Por qué son tan importantes las redes sociales?
-Al ser prácticamente un arte, al Interim Manager le conocen los que le han probado. Si generas fama y prestigio en redes sociales profesionales es más fácil que te localicen y tu profesión no les resulte tan desconocida. Empecé usándolas de forma pasiva y he pasado a ser proactivo generando grupos.

-¿Tiene tiempo para todo?
-Enseño unas técnicas denominadas "aprenda a exprimir el tiempo" donde se pone de manifiesto para qué queremos tiempo extra. Si tienes objetivos te puede servir, pero si no, no sirve para nada ganar tiempo extra.

-¿Y cómo lo gana?
-Aplico mi método.

-¿Qué método?
-El de las tres pés: Planifico, priorizo y protejo. Planifico lo que quiero hacer, priorizo lo más importante e impido que no se cumpla, lo protejo.

-¿Cómo?
-Si yo quedo con usted y me suena el móvil en mitad de una conversación. ¿Qué hago, lo cojo o no? Cuando mira la agenda de una persona, lo que lea en ella refleja su vida. Si no hay nada personal su vida será todo trabajo.

-¿Y en su caso?
-Intercalo actividades. Un día me voy a hacer joggin, leo, practico paddel, etc. Y cuando llego a casa por la noche duermo a los niños con técnicas de relajación.

-¡Qué me dice!
-Los hipnotizo. Les hago una pequeña técnica de relajación porque después de haber estado años leyéndoles cuentos solo conseguía que estuvieran más despiertos. Ahora les digo que se concentren en un tema, relajan la actividad del día y cuando menos me doy cuenta escucho zzzzzzzzzzz.

-¿Cómo se le ocurrió aplicar esta técnica?
-Porque la utilizo en las conferencias que doy. La gente llega estresada porque han aparcado mal, el móvil no para de sonar, tienen prisa... El caso es que hay que tranquilizarlos. Les enseño una pequeña técnica de relajación de tres minutos y resetean.

-¿Son caros sus servicios?
-No. Si se calcula cuánto puede costar un trabajador integrado en una plantilla, sale mucho más caro que contratar una persona externa que estará tres, cuatro o cinco meses y una vez cumplidos sus objetivos se va.

-¿Su llegada a las empresas es vista con miedo por parte de los trabajadores?
-A veces hemos tenido que recortar plantilla, pero solo ha sido en casos concretos y con personas que se oponen frontalmente a los cambios.

-Su trabajo se parece a esas series americanas en las que llega el peluquero o cocinero poniendo patas arriba la empresa y los trabajadores.
-Sí, de hecho utilizo un símil parecido en mis charlas. La diferencia es que ellos no se salen del esquema y yo unas veces estoy en una empresa de cerámica, otra en un restaurante, en el sector del mueble, etc.

-¿Cómo se puede hacer rentable una empresa en una época de escaso consumo?
-Hay miles de fórmulas porque siempre hay alguien dispuesto a consumir. Lo que no se puede es cambiar en un solo día. Hay que tener un plan, una estrategia y hacerlo. Eso sí, siempre con los pies en el suelo.

-¿En su vida personal es tan aplicado?
-Se intenta y más cuando se tienen dos niños pequeños. Encuentro tiempo para todo porque me gusta el orden. Me da tiempo hasta para viajar que es una de las cosas que más me gusta, aunque con cuatro en casa últimamente viajamos menos.

-¿Siente que trabaja o se divierte con esta actividad?
-Me estoy divirtiendo trabajando y sobre todo estoy encontrando tiempo para hacer cosas que había aparcado. He trabajado intensamente y solucionado problemas a las 3 o 4 de la mañana de las delegaciones que teníamos por el mundo. Era un vivir sin vivir en mí.

-¿Cuál fue el detonante de su cambio?
-Tener un niño que un día decidió dejar de hablar. Era su manera de protestar. Mi mujer trabajaba tanto como yo y nunca estábamos totalmente disponibles. Cambiamos. Nos dimos cuenta que era necesario que controláramos nuestra vida, porque si no lo hacíamos nosotros nos la controlarían desde fuera.