RAÚL DE LA ROSA. Acabo de terminar de leer un sorprendente libro, ‘Línea Roja', la primera novela del valenciano Vicente Carbona, un periodista Licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, y máster en Periodismo por la Universidad de Boston.
Es un libro con una visión diferente. De hecho, para mí, ‘Línea roja' es el primer thriller español, ya que Vicente Carbona ha sabido adaptar el género de thriller americano a nuestro país y a nuestra forma de pensar de una forma asombrosa y refrescante.
Ésta es una novela extraordinariamente bien documentada en donde los entusiastas del género de acción encontrarán una trama más trabajada que en la mayor parte de los thrillers americanos, pero que supera las aspiraciones más elevadas de ritmo y acción.
Los lectores que buscan entretenimiento lo encontrarán a raudales en una historia absorbente que pone a prueba la voluntad del lector para tratar de dejar de devorar por un instante una novela electrizante, llena de acción y de situaciones sorprendentes.
Los protagonistas de la mayoría de los thrillers son personajes fuertes, duros, distantes, con los que difícilmente el lector puede identificarse. En Línea roja, Max Font, el protagonista, es fuerte, duro, pero cercano, podría vivir en nuestra misma finca y podríamos encontrárnoslo en un partido del Valencia C.F. o en cualquier bar de Valencia tomando una cerveza o un carajillo de Magno y leyendo Superdeporte.
Pero algo le diferencia de cualquier otro vecino. Max es un tipo sólido, impetuoso, lleno de energía, que sorprende y cautiva de principio a fin, el paradigma de hombre sin prejuicios, sin más limitaciones que las que impone su propia conciencia y sus propios valores de lo que está bien y lo que no. Y quien traspasa sus códigos éticos traspasa la línea roja.
Tras el secuestro de unos cooperantes españoles, Max Font, un experto en operaciones especiales, es contratado por el Gobierno español para solucionar una embarazosa y peligrosa situación de repercusión internacional. El gobierno quiere convencer al mundo de que puede resolver el secuestro sin ceder a las pretensiones de los secuestradores, y de forma extraoficial contrata los servicios de Max y de su grupo especial de agentes: Terminus.
La información lo es todo en nuestros tiempos, un arma poderosa, y Terminus la usa de forma impecable para lograr esclarecer una maraña de información veraz y desinformación deliberada.
Max está dispuesto a crear un infierno con tal de conseguir rescatar a los cooperantes sanos y salvos. Así se gana la vida. Pero nada es lo que parece en una trama donde se entremezclan empresas con oscuros intereses, traficantes, rebeldes, terroristas de Al Qaeda y la CIA.
Una trepidante historia de engaños y acción, ambientada en las calles de Valencia y en el corazón de África. Pocas veces ha llegado a mis manos una novela de acción que me haya atrapado de forma tan incondicional desde el principio.
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