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La incursión bursátil de Enrique Bañuelos en Brasil se traduce en fuertes pérdidas

LUIS A. TORRALBA. 07/01/2012 Vanguarda Agro se desplomó en el parqué un 68% en 2011, mientras que PDG Realty acusó una caída de un 41%. Descensos muy superiores al que presentó el pasado año el Ibovespa, el 'Ibex 35 carioca', que fue de un 18%

VALENCIA (VP). Las dos cotizadas brasileñas en las que está presente Enrique Bañuelos, Vanguarda Agro y PDG Realty, sufrieron fuertes pérdidas a lo largo del pasado año muy por encima de los números rojos que presentó el Ibovespa, el principal índice del mercado bursátil de Brasil.

Lo hicieron, además, dibujando una senda descendente en el parqué que partió el mismo día (12 de enero de 211), cuando ambas cotizadas marcaron los máximos anuales. Desde ese día comenzaron a perder fuelle, muy especialmente en el caso de la primera (Vanguarda Agro), cuya cotización acabó en mínimos históricos.

Las luchas internas dentro del consejo de la mayor compañía agroindustrial de Latinoamérica, que llevó a cuatro de sus ejecutivos -los del bloque de Bañuelos incluido él mismo- tras mostrar sus discrepancias con el resto de sus socios aunque manifestó sus intenciones de seguir siendo "socio financiero estable".

Pero la cosa no quedó ahí, puesto que la participación del empresario brasileño, que se vertebra a través de los fondos Vila Rica y Tiradentes, se redujo en la recta final del pasado año desde el 21,3% hasta el 15,9%.

Una circunstancia que provocó a su vez la estampida de pequeños accionistas de Vanguarda Agro, lo que se tradujo en una pérdida anual de un 68% y de un 39,6% solo durante el pasado mes de diciembre. La cotización del gigante agroindustrial, que partió de una cotización de 1 real, despidió el año en los 0,32 centavos. Un descenso que representa casi cuatro veces más de la que acusó el Ibovespa durante 2011.

EL 'EFECTO BAÑUELOS' SE DESINFLA

Un serio revés para los intereses del empresario saguntino y, por ende, para los de todos sus accionistas que han visto como el 'efecto Bañuelos' no ha funcionado. De hecho, desde que el pasado 6 de septiembre la CNMV brasileña diera el visto bueno a la incorporación al parqué de las acciones de Vanguarda Agro -fruto de la transformación de las que cotizaban bajo el nombre de Brasil Ecodiesel de donde viene la participación del 'ex alma mater' de Astroc-, los títulos del gigante agroindustrial sólo han logrado franquear los 0,64 reales -el precio al que debutaron- en dos ocasiones: al día siguiente (0,67 reales) y nueve días después (0,65 reales).

Según los últimos datos que figuran en la web corporativa de Vanguarda Agro, el principal accionista a título personal corresponde a Octaviano Olavo con un 26,69%, seguido del propio Bañuelos y Helio Seibel, el socio mayoritario de Leroy Merlin Brasil, que ostenta un 10,74% del capital social.

A continuación, según reza una comunicación fechada el pasado 28 de diciembre de la Comissao de Valores Mobiliariários -la CNMV brasileña- aparece un viejo conocido del empresario saguntino: Silvio Tini, con un 5,60%, el antiguo propietario de Vanguarda.

Tampoco le ha ido nada bien su inversión con PDG Realty, el primer grupo inmobiliario brasileño, que presentó el pasado ejercicio una caída de un 40,88% en el parqué carioca. Una cotizada que se movió en 2011 entre los 9,98 reales del máximo establecido en la jornada del 12 de enero y los 5,86 reales que tocó en la sesión del pasado 3 de octubre. Apenas cuatro céntimos por debajo de los 5,90 reales con los que echó el cierre al año bursátil.

Dicha inmobiliaria está bajo la 'órbita Bañuelos' desde el 4 de mayo de 2010, cuando fusionó su inmobiliaria brasileña Agre Empreendimentos Imobiliários -controlada por Veremonte, su sociedad patrimonial- con su homóloga PDG Realty. Aunque más bien habría que hablar de integración, que se realizó mediante un canje de acciones a razón de un título de Agre por cada 0,495 acciones de PDG.

Al cierre de dicha sesión, PDG Realty marcó los 8,20 reales, que rápidamente fue superando hasta alcanzar seis meses más tarde, concretamente el 5 de noviembre de 2010, los 11,21 reales.

Un precio que incluía un split o desdoblamiento de acciones -a razón de dos nuevas por cada una antigua-, que se vio obligado a realizar ante la fuerte subida registrada. Hasta tal punto que el valor fue incluido en el Ibovespa, el 'Ibex 35' del parqué brasileño. Parecía que el 'efecto Bañuelos' estaba dando sus frutos, pero finalmente no fue así.

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