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HEROES Y VILLANOS DEL deporte /7

El 'show' de Florentino en las elecciones a la presidencia del Real Madrid de 1995

ÁLVARO GONZÁLEZ. 05/01/2012

Poder, ambición, dinero, pasión... el cóctel explosivo que rodea a los grandes clubs de futbol de todo el mundo y que en el caso del Real Madrid alcanza grados de perfección... (en la imagen, Gómez Pintado, José Manuel de la Morena, Florentino Pérez y Ramón Mendoza)

MADRID. "Cutrones", ese era el adjetivo que empleaban los niños para calificar los fichajes que iba a hacer Florentino Pérez como alcanzase la presidencia del Real Madrid en las elecciones de 1995. La juventud, ignorante y atrevida, comulgaba a pies juntillas con Don Ramón Mendoza. El club parecía arruinado, los fichajes del brasileño Vitor -en lugar de Cafú, que vendría más tarde y luego no vino- y el eslovaco Dubovsky escocían, las cuatro ligas del Barça, con la destitución de Antic con el equipo líder a tres puntos -que tampoco eran tantos- dolían, pero Jorge Alberto Valdano Castellanos había devuelto eso que pronuncian con ese líquida: la ilusión.

Después de la era Benito Floro cualquier cosa parecía el Brasil de Sócrates. Fueron dos años en los que el Madrid hizo un fútbol estático y parsimonioso hasta la exasperación. El Marca calificaba las técnicas del entrenador como vanguardistas y sofisticadas. Por su trayectoria modesta pero imponente, Mendoza tal vez pensó que estaba trayendo a Chamartín al nuevo Sacchi -que también llegó al Milan previo paso por modestos y algún que otro ascenso- en esa especie de transmisión de la conducta que ocurre entre los maltratadores y sus víctimas. Pero Floro, y lo sacó el Marca en portada, lo más moderno que hizo fue tratar de que Butragueño imaginase que se comía un limón en un entrenamiento -en un aula- con la ayuda del psicólogo que había traído. Igual para que visualizase de una vez el amargo sabor de la derrota, el muy indolente.

Por ese motivo, con Valdano, que había maltratado al Madrid y ahora lo tenía líder, con su verbo petulante, los caracoleos de Amavisca y los remates de Zamorano, sin dejar de citar los detalles de Laudrup -que también tenía su pasado como maltratador de los blancos- aquello era una trituradora. Habían vuelto por fin los buenos tiempos de la Quinta, con Martín Vázquez incluido, el retorno del pasado edénico.

De modo que las elecciones de 95, al pueblo llano, como que le sobraban. Y más con un 5-0 al Barcelona en enero, que, recuerden, había maltratado al Madrid con idéntico resultado poco tiempo antes. Pero se conoce que a los socios que tenían un poco de idea de las cuentas y de ciertos tejemanejes e historietas, se trataba de una fecha muy relevante.

Según cuenta Juan Carlos Escudier en su biografía de Florentino Pérez, donde deja caer que sus compañeros de negocios le decían que seducía tan bien a sus amistades masculinas que si tuviera "una sola célula femenina en su cuerpo sería maricón", al actual presidente del club le costó Dios y ayuda convencer a sus socios -que por lo que se puede notar en la aludida cita eran muy simpáticos- para que le dejaran presentarse. Él les convenció de que sería bueno para OCP, la constructora en la que estaba metido, pero ya le habían visto palmar sin paliativos elecciones con UCD y con el Partido Reformista Democrático, una organización muy curiosa porque su cabeza visible, Miquel Roca, pertenecía a otro partido. A pesar de todo Florentino se lanzó a la piscina.

"Dejarás de ser Florentino para ser el Floro", le advirtió uno de sus socios, sigue esta biografía, en unos tiempos en los que los presidentes de fútbol harían llorar a Paris Hilton. Pero por lo visto estaba obsesionado. "Lo de este hombre con el Madrid es enfermizo", se resignó otro ejecutivo.

Dentro del Madrid, Florentino estaba apoyado por la Asociación para la Defensa del Patrimonio del Real Madrid. Un grupo de opositores que reunía a nombres de trayectoria tan nutritiva como el abogado Ramón Calderón o el periodista Carlos Dávila.

Como José María García estaba en guerra con Ramón Mendoza, la Cadena Ser se posicionó rápidamente de su lado, cuenta Escudier. Y como Florentino quiso estar a buenas con unos y con otros, también rápidamente García comenzó a atacarle. Al final, tras un "discreto encuentro en un hotel", García firmó la paz con Florentino imponiéndole una condición: ¡que se cargara a Valdano, por Dios! A cambio, el periodista mediaría para que Gómez Pintado se retirara.

¿Y quién era Pintado? El tercer candidato era el dueño de Otaysa, una red de concesionarios de coches. Siempre planeó sobre él la duda de si se trataba de un hombre de paja de Mendoza para hundir la candidatura de Florentino, pero el dato objetivo es que sólo con estar en campaña las ventas de vehículos le habían subido como la espuma. En cualquier caso, el periodista Antonio Herrero fue llamado a negociar con él por lo civil, pero no logró nada. Ya sólo quedaba margen para lo criminal.

De eso es de lo que acusaron a Florentino. De haber movido los hilos entre sus contactos banqueros para que, a última hora, el Banco Urquijo le denegara el aval dejándole con el culo al aire. Al final, a través del Zaragozano consiguió el dichoso aval para presentarse, pero esta acusación, sin pruebas, no dejó de aparecer en la campaña. Entre otras lindezas, porque a Florentino le recordaban el caso Ocisa -sobornos a cargos públicos a cambio de concesiones- que estuvo a punto de hundir su empresa. Además, en el programa Goles, de Radio España, Mendoza le dijo a Florentino que parecía "un robot". Y en una tertulia que no especifica Escudier, Pintado le habría dicho también a Florentino un cautivador: "Eres un gilipollas y te voy a dar dos hostias".

Sólo Florentino tenía asesores de imagen, como ahora es habitual hasta en los concejales rurales. Los demás iban a pelo. De eso dan buena cuenta las entrevistas personales que les realizó El País a cada uno:

Mendoza: "El éxito del Madrid conmigo o mío con el Madrid no me repercute nada más que en mi orgullo, en mi vanidad y en mi soberbia (...) Como ya no tengo un horario, lo cual es un punto a favor del jubilado con medios, hasta las diez o diez y media no salgo de casa. (...) Leo los periódicos, algún libro, juego al GameBoy. Soy un buen gameboysta. Ando por 160 líneas en el Tetris y quiero ver si un tío de 10 años, mi nieto, que ya ha hecho 172, es mejor que yo (...) En la casa de Córdoba tengo un mecanismo que me permite ver 90 canales de televisión. Soy feliz con el zapping, un minuto cada canal. Y de ver algo, Eurosport, un combate de boxeo en Singapur, películas simpáticas, escapismo puro y duro. No quiero mensajes de nadie (...) Asistimos a una ceremonia de la confusión continua en un país atormentado, siniestro, morboso, difícil (...) Colectivamente nos autodestruimos (...) Este equipo [el Madrid] es mío y este entrenador [Valdano] es el mío. Todos le quieren, pero quien le trajo fui yo en una decisión personal. Diría algo de un libro: 'todos los animales son iguales, pero hay unos animales que son más iguales que otros'. Ahora, todos querían a Valdano, pero le traje yo".

Pintado: "No soy nocivo para la gente que me rodea, las cosas a mi alrededor florecen. No soy un tío castrante, emprendo cosas y luego, bufff, se desarrollan (...) estuve ahogado. Muchas veces, por la noche, lo digo sinceramente, me he asomado al balcón y he dicho 'yo sé por qué la gente se tira'. Entonces, el dinero es algo que nunca he tenido y cuando lo tuve, vi tantas necesidades en la empresa que lo invertí en ella. Y no se la va a creer, pero no he sacado ni un céntimo de la empresa en treinta años (...) Sin darme cuenta he hecho un capitalazo, pero no en dinero sino en empresa. Pero si me dice qué dinero tengo personalmente, digo, pues muy poco (...) Me levanto, leo El Mundo, ABC y El País, que me lo traen las dos señoras que tenemos por la mañana. (...) Desayuno con mi mujer; me hace ella el zumo, que se levanta un poquito antes que yo. (...) A mediodía, a comer a casa. Mi mujer guisa muy bien, estupendamente. Vemos los telediarios de Telemadrid y Antena 3. Después, La 2 si hay algún documental de animales de África. Yo estuve en Kenia y me impactó mucho. Entonces llamo a mi secretaria y le digo que voy a llegar media hora más tarde. (...) Antes de dormir siempre leo un poco, tengo dos o tres libros a mano, ahora el de don Juan, otro el de Mario Conde, uno de Ussía, muy simpático, y el de Valdano, que leo según tenga el ánimo. Si tengo ánimo de diversión, cojo el Interviú, mi mujer no quiere que lo compre, dice que lo compro por las chavalas, es un poco verdad"...

Pero de Florentino, ninguna frase jugosa... salvo las del periodista: "Florentino Pérez no deja nada al azar. En caso de duda, aprieta él mismo la tecla de stop de la grabadora. Entonces solicita una tregua. Realizó tres interrupciones durante la conversación: para situar cuándo jugó Didí en el Madrid, para preguntar si era necesario contestar a cuánto ganaba al mes y para negarse a dar su opinión sobre las comisiones (...) va escuchando la radio en "distintas emisoras", y tras decir que por la noche "la suelo oir también", se le escapa un ruego a micrófono abierto: "No me preguntes qué emisoras, anda". (...) con el cuestionario de historia del Real Madrid, sólo Florentino Pérez pidió conocerlo antemano (...) No obstante, ante la negativa, accedió a responder, aunque con el temor "de no quedar bien". Con determinadas preguntas solicitó el tiempo necesario para ofrecer la respuesta; algunas veces realizó auténticos esfuerzos de concentración en busca de la contestación precisa y en otras cogió papel y bolígrafo para anotar datos. (...) Al final, incluso quiso mejorar algunas respuestas dadas".

De fichajes de ensueño, Mendoza citó a Fonseca. Florentino a Guerrero, Fran, Caminero, Stoichkov, Romario, Bergkamp y Suker. Y Peinado, a Romario, Stoichkov, Bebeto, Fran, Esnáider y Hagi. Todos con el dinero que quedase de empapelar la ciudad con publicidad como se hizo, se supone.

Al final, Mendoza ganó por 700 votos no exentos de polémica. Pintado desapareció de la historia. Vendió coches como nunca, pero recibió tantas amenazas de muerte durante ese periodo que, según le dijeron sus colaboradores a Escudier, desde entonces empezó a llevar un arma.

Lo gracioso llegó a los pocos meses, en verano. Otro viejo conocido, Villar Mir, dimitió de la directiva. Para que no se presentara a las elecciones, Mendoza le había ofrecido una sucesión pacífica en el cargo dos años después a cambio de ciertos avales. Considerando que le habían timado, el empresario se fue no sin antes presentar las cuentas del club con unas pérdidas estratosféricas. Nadie en la directiva quiso avalar a Mendoza. La deuda era de 13.600 milloncejos. No se podía ni pagar a los jugadores.

Pero Mendoza seguía dispuesto a huir hacia delante y contó con un aliado sin igual... ¡Florentino! Se reunieron en el Bernabeu para pactar una presidencia de concentración y una sucesión pacífica tiempo después... al estilo Villar Mir. Entonces, como en el desmoronamiento de un país socialista, en plan Yeltsin, un tercer hombre convocó de repente a los medios para denunciar ese acuerdo bajo mano. Fue Lorenzo Sanz. Hombre hecho a sí mismo que, entre otras cosas, soportaba la mayor carga de avales de la directiva en ese momento. Quedaba hacerse con los avales de Mendoza. Florentino estaba dispuesto, pero sólo la junta podía convocar elecciones, y la junta era Sanz, de modo que, desde esa pole, cuando Medoza dimitó un 20 de noviembre, la fecha favorita de los españoles, pudo ser elegido por la directiva y agotar la legislatura como presidente. No había nada (legal) que pudiese hacer Florentino.

Mendoza había dicho en la campaña, cuando los candidatos esgrimían la necesidad de ganar la séptima Copa de Europa, que eso era "un sacarmo". Que hacía "veintinueve años que no se ganaba". Parecía un imposible, pero dos años después, con estas intrigas palaciegas de por medio, Sanz la levantó. Y la octava. Mendoza falleció tomando el sol en las Bahamas. Y Florentino... Florentino rió el último.

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1 comentario

Durc escribió
06/01/2012 15:56

Yo tengo el recuerdo de un debate televisado entre estos dos con JJ Santos de moderador en la Telecinco de las mamachichos. Florentino presentando informe tras informe sobre la quiebra del club y enfrente Mendoza, repantingado en su silla y fumando tranquilamente; sobre su lado de la mesa no hay ni un solo papel, solo un paquete de ducados. Cuendo por fin le llega el turno, impasible, Mendoza le responde a los datos y cuentas de Floren: "Yo he ganado cinco ligas. ¿Usted qué ha hecho por el Real Madrid?" ¿No fue también en estas elecciones en las que los socios muertos se levantaron de sus tumbas para votar? Supongo que en el futuro lo harían por correo.

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