VALENCIA. Dicen los que le aprecian que es un buen tipo. Y trabajador. Y sus detractores, aún reconociendo lo anterior, opinan que esas dos virtudes no son suficientes para dirigir a nuestro equipo. Por mi parte, sin entrar a valorar, ni su personalidad, ni sus supuestas carencias, si creo conveniente evaluar sus "homilías". Emery, como todos, usted también es esclavo de sus palabras. Hace casi cuatro años, con aquello de "hemos de aprender de nuestros errores", "hemos de seguir creciendo", "tenemos capacidad para mejorar"... le di el beneficio de la duda.
A día de hoy, dale que te pego con lo mismo. Yo le escucho y no doy crédito. Cuando habla en rueda de prensa su apostura es impecable y su figura hierática. Mientras en el campo su diacronía de gestos es alarmante, casi excéntrica, en sus declaraciones nada es desequilibrado. Y no lo es porque su discurso es aprendido. Es plano. (¿Allá donde fueres, haz lo que vieres?) Su mensaje no es verdadero. Por eso sus palabras, o para ser más preciso, el contenido de las mismas, es gris. Es repetitivo, cansino, inapropiado e increíble. ¡Después de casi cuatro años y con la misma cantinela!
De todas formas, si usted dice y hace lo que cree y sabe, no está obligado a más. Por tanto, mi intención no es crear un rencor, sino que recapacite. Nos irá mejor a todos. Otra cosa es que tuviera usted mala conciencia. Yo creo que no, pero es evidente que esa equis de la ecuación solo la puede despejar usted.
El problema principal no radica en lo que hace o dice Emery. Eso quisiera alguno. Ni en los fallos de los jugadores. En todo caso, eso sería el problema del equipo de fútbol. Lo que sucede es que por más pueril que resulte, esas trivialidades revierten en trascendentes cuando se convierten en un mal hábito. Y eso es lo que se debe corregir.
Lo que sucede es que quien debiera exigírselo (yo solo se lo apunto), a lo mejor, es el más interesado en que la situación no se revierta mientras seamos terceros. Es a quien le interesa que los ojos del valencianismo sigan fijos en lo fútil y no en lo importante. Que no se giren al palco. Que exijan al mando intermedio y se olviden del verdadero responsable. ¡Exigencias a don Manuel ni una, que es un genio-gestor! ¡Que no fue él quien renovó a este técnico! ¡Que fue por aclamación!
Que él solo está aquí para, en primera persona, idear las sociedades que han comprado el suelo de Mestalla. Los susurros eran del bankero, pero la idea y la gestión, no lo duden, ha sido del señor Llorente. (Por cierto don Rodrigo, ¿para qué quieren ustedes los terrenos de uso deportivo de Paterna? Explíquemelo). Está para buscar y encontrar la financiación suficiente que nos va a permitir tener un campo nuevo de primer nivel y una ciudad deportiva en Porxinos. Para encontrar el sponsor adecuado para la camiseta, que debe estar al caer. Para impedir que anteriores jerifaltes se vayan de rositas.
Independientemente de que, pudiera ser, aquellos mandatarios, estuvieran (o estén) en connivencia con el máximo acreedor para salir indemnes. ¡Oigan, que la independencia de este consejo, en este y en otros temas, es incuestionable! Y también está aquí para dar ideas al avalista de cómo solucionar la deuda de la Fundación. Y todo eso, a los hechos me remito, lo está haciendo de maravilla, de categoría, de cine. Él solito, don Manuel Llorente. No iremos a pedirle explicaciones por lo de la renovación de Emery. ¡Que no fue él!
Y deportivamente, así están las cosas. Y pasa la vida. Y, paradójicamente, no pasa nada. Y gran parte de culpa la tienen los que solo miran al césped. El silencio de los corderos. De los que luego se irritan cuando no jugamos a nada, cuando perdemos partidos inexplicables o nos eliminan a las primeras de cambio. Eso si les encorajina. Señores, hay cosas más importantes. Como la venta de Mestalla y la subsiguiente financiación para acabar el nuevo estadio y Porxinos. ¡Escudo de oro y brillantes, pero ya, para el señor Llorente, el conseguidor!
Por lo tanto, nos guste más o menos nuestro staff técnico, dejémonos de pedir que "rueden las cabezas" inadecuadas. Como bien escribía hace unos días mi buen amigo Vicente Molins (en Jot Down Cultural Magazine): "Fin de la adolescencia en Mestalla". Que no les obnubilen más. El palco está más arriba y el señor Llorente ya ha cumplido la misión para la que fue nominado. Señores, altura de miras.
Y con respecto a la estupenda noticia de la venta del suelo de Mestalla (y esto va sin retintín) quedamos a la espera de explicaciones en profundidad, en rueda de prensa y sobre todo en junta extraordinaria. Que nadie olvide que los pequeños accionistas somos los únicos que hemos aportado fondos a esta entidad (casi 19 millones de euros) sin pedir nada a cambio y nos merecemos eso y más. Miento, Generalitat y Ayuntamiento tampoco han pedido nada a cambio por todo lo que han hecho por este Club. Y ha sido muchísimo. Y sin pignorarnos nada a cambio.
Y cuando nos den toda la información que les solicitemos, pero toda, entonces será el momento del aplauso, de las ovaciones, de la alfombra roja y de elegir a quien/es se la tendemos. Lo de autoproclamarse César pasó a la historia. Por lo tanto, a día de hoy solo gracias a quien corresponda. Por prudencia, no debemos ir más allá. El qué, sin el cómo, no es suficiente para mayores alharacas. Ustedes tienen la palabra. Nosotros aquí seguimos, tranquilos y esperanzados de que el cómo sea igual de "macanudo" que el qué.
Así reza el villancico: Una pandereta suena, una pandereta suena, yo no se por donde irá. Sal mirandillo arandandillo, sal mirandillo arandandá, "cabo de guardia alerta está". Feliz Navidad.Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
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