MADRID (EFE). La agencia Moody´s ha decidido rebajar la calificación de deuda subordinada de 21 entidades financieras españolas, pues ya no considera que estén respaldadas de manera gubernamental ante la difícil situación de la economía del país.
En una nota emitida hoy, la agencia recuerda que en una profunda revisión iniciada el pasado 29 de noviembre, ha decidido que las emisiones de deuda subordinada de 21 bancos -todos los que califica en España- ya no cuentan con el "apoyo sistémico", es decir, el apoyo gubernamental.
Como resultado, el rating o calificación de esta deuda ha sido rebajado, tal y como explicaron a EFE los analistas Alberto Postigo y María Jose Mori.
Así le ha ocurrido, por ejemplo, al Banco de Santander, al BBVA, y a Caixabank, que han pasado de tener calificación A1 a A2 en su deuda subordinada, las tres con perspectiva negativa.
Lo mismo ocurre con Unicaja y Banco Cooperativo, que pasa de A2 a A3, y La Caixa, Bankinter, el Banco Popular, Banesto, que han perdido la nota A3 para pasar a Baa1, Baa2 o incluso Baa3, según los casos.
Otras entidades que han sufrido la rebaja son Banco Sabadell, Ibercaja Banco, Liberbank, BFA y Bankia, NCG Banco, BBK, Banco CEISS, Catalunya Banc, el Banco Pastor, el Banco de Valencia y el Banco CAM.
Moody"s es pesimista sobre la evolución de la economía española, y en su informe recuerda que su perspectiva de crecimiento para 2012 ha bajado del 2 al 1%, "como mucho", lo que tendrá un claro impacto en la generación de ingresos de la banca.
De hecho, la agencia ha puesto en perspectiva negativa en las últimas horas la calificación de la fortaleza financiera de ocho entidades financieras, "debido a la vulnerabilidad" que sufren frente a dos factores, su exposición al sector inmobiliario y el deterioro del negocio en España.
Las ocho entidades son el Banco Cooperativo, el Sabadell, Bankia -y su matriz Banco Financiero y de Ahorros (BFA)-, Bankinter, CaixaBank -y su matriz La Caixa-, la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), Caja Rural de Granada, Ibercaja Banco y la empresa Lico Leasing.
UN FUTURO NADA PROMETEDOR
Los analistas de Moody"s están preocupados especialmente por el impacto del sector inmobiliario, dado que "vemos que las cifras de morosidad se están incrementando de forma importante, al igual que el stock de activos inmobiliarios procedentes de ejecuciones o de daciones en pago".
"Son dos indicadores que, trimestre a trimestre, vemos que sufren un deterioro mayor y mayor", explicó Alberto Postigo.
"Por eso lo hemos puesto en revisión. Asumimos que los bancos van a tener que hacer un reconocimiento anticipado de sus pérdidas y que van a necesitar más capital", indica el analista.
El segundo factor de riesgo está vinculado a la menor previsión de crecimiento en España, que va a ejercer una gran presión sobre la cuenta de resultados de la banca, por su menor capacidad de generar ingresos.
El negocio de la banca en España se desarrolla en un entorno muy desfavorable, "con bajos tipos de interés, que estrecha sus márgenes, un menor negocio por la atonía económica, un mayor coste de financiación, y con un volumen creciente de activos inmobiliarios y de préstamos morosos", añade Postigo.
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