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Miguel Brito

VALENCIA. Uno más. Como si de una colección se tratará, Miguel Brito ya tiene otro problema encima y lo peor de todo es que vuelve a ser por el mismo motivo de casi siempre. El lateral derecho valencianista se durmió el pasado domingo y llego 10 minutos tarde a la sesión de entrenamiento post partido ante el Rayo Vallecano.

En ese partido Unai decidió dejar en la grada a Miguel y que éste fuera el único descarte de los diecinueve jugadores que viajaron hasta la capital de España el pasado viernes. Una vez concluido el partido el equipo regreso a Valencia y el domingo la plantilla estaba citada para entrenar.

A ese entrenamiento el portugués llegó diez minutos tarde y en vez de incorporarse con el resto de compañeros que no habían jugado y que ya se entrenaban en uno de los campos de la ciudad deportiva, se metió directamente al gimnasio junto con los que habían sido titulares ante el Rayo Vallecano. 

Esa situación llamó la atención ya que Miguel debía entrenarse junto al resto de sus compañeros  suplentes en el campo y no en el gimnasio con los que habían sido titulares. Miguel abandonó la Ciudad Deportiva asegurando que su ausencia en el entrenamiento era debida a unas molestias en la cadera.

Según el jefe de los servicios médicos del Valencia, consultado por esta redacción, esas molestias jamás existieron. El jugador ni siquiera se dirigió en ningún momento a ninguno de los doctores del club para comunicarles ningún tipo de molestia. Aquí fue donde saltó la liebre. El jugador dijo molestias y los doctores no conocían ninguna molestia en la cadera de Miguel. 

Y es que la auténtica realidad de la historia fue bien diferente. El lateral derecho portugués llegó diez minutos tarde a la sesión de entrenamiento programada para el domingo por la mañana. Unai le pidió explicaciones y Miguel le dijo que se había dormido, que había tenido un problema con el despertador y que se había dormido. Eso sí, el portugués juró y perjuró que no había salido de marcha la noche anterior.

Sin embargo esta redacción ha podido conocer de primera mano que el jugador luso no dijo la verdad, ya que la noche del sábado al domingo se la pasó en vela y de juerga en un conocido local de ocio de la ciudad valenciana.  

Este extremo que también ha llegado a oídos del club, ha molestado y mucho en la entidad valencianista ya que sólo han pasado dos meses desde que el jugador hiciera un rueda de prensa en la que se comprometía a "dejar de ser noticia por lo extradeportivo". 

Otra vez más Miguel no ha cumplido su palabra y quizá lo peor de todo ha sido que ha vuelto a ser protagonista de otra salida nocturna, la enésima desde que es jugador valencianista. Este hecho ha provocado que en el club se planteen seriamente que hacer con el futbolista. 

Es tal la decepción y a la vez el enfado que este hecho ha causado en la zona noble del club, que no sería descabellado que en los próximos días hubiera alguna medida drástica en torno a la figura del jugador portugués.