LOS ÁNGELES. Los prototipos DC100 y DC100 Sport de Land Rover exploran la futura línea de diseño del futuro Defender. John Edwards, director de Land Rover Cars, señala: "El Defender ha sido siempre el principal representante de la marca Land Rover y define, por sí solo, nuestra capacidad para llegar a cualquier parte y hacer cualquier cosa. Nuestra intención es crear un Defender totalmente nuevo para el mercado internacional que respete fielmente el ADN del modelo original, resistente, versátil, duradero y capaz, que sea, al mismo tiempo, un vehículo para el siglo XXI adaptado a las necesidades de las generaciones futuras.
Tenemos intención de presentar el nuevo Defender a mediados de la década. Queda mucho trabajo por hacer para cumplir este objetivo, siendo nuestros modelos Concept los que marcan el inicio del viaje. Nuestra presencia en Los Ángeles tiene por objeto mostrar nuestros prototipos DC100 y DC100 Sport y explorar activamente la posibilidad de traer el futuro Defender a Norteamérica".
Captando plenamente el espíritu aventurero y salvaje de los primeros Defender, los modelos DC100 se proponen mostrar el potencial de aptitudes de la futura familia Defender. Ambos prototipos, que han sido objeto de nuevos desarrollos desde su presentación en el Salón del Automóvil de Frankfurt, en septiembre de 2011, emplean ahora llantas de aleación optimizadas de 20" con neumáticos todoterreno Cooper. El DC100 también incluye accesorios de aventura además del "snorkel" para el vadeo y baca.
Haciendo gala de la combinación de pintura "Heritage Blue" y techo blanco Candy Weiss que constituye el sello de Land Rover, el DC100 reinventa las señas de diseño esenciales del Defender adecuándolas al siglo XXI. Esto incluye cortos voladizos que permiten al vehículo enfrentarse a ángulos de entrada y salida extremos, parabrisas verticales, línea pronunciada de los hombros que facilita la visibilidad y el posicionamiento y, desde luego, un frontal innegablemente Defender con sus característicos faros redondos y su prominente calandra con cabestrante.
El DC100 Sport tiene en cuenta estas claves en su diseño y les añade el espíritu de libertad que encarnaban los primeros Land Rover, con techo de lona y parabrisas plegable, para crear un concepto rompedor con un aire californiano.
Los atributos clave de capacidad y versatilidad de Land Rover se refuerzan en ambos prototipos mediante la incorporación de un conjunto de innovadoras ayudas tecnológicas que reducen la carga de trabajo del conductor durante la conducción todoterreno.
Entre otras, cabe destacar la próxima generación del aclamado sistema Terrain Response de Land Rover que optimiza el comportamiento el vehículo en todas las condiciones sin necesidad de preselección por parte del conductor. Además, el nuevo sistema Terrain-i crea un mapa inteligente de la topografía a la que se enfrenta el vehículo, mostrándola mediante una representación 3D. Terrain-i identifica automáticamente todos lo posibles riesgos y sugiere rutas alternativas. En entornos urbanos, el sistema identifica con gran precisión peatones y obstáculos.
El nuevo Sistema de Ayuda al Vadeo utiliza sensores de sonar instalados en los paragolpes y espejos retrovisores exteriores para medir la profundidad del agua. Al igual que el Terrain Response, la ayuda al vadeo optimiza el vehículo cerrando todas las entradas y salidas de aire de la carrocería, elevando la suspensión, seleccionando una relación corta y recomendando la velocidad más segura.
La sostenibilidad ha sido siempre un sello de identidad de Land Rover, más de tres cuartos de los casi dos millones de Defender fabricados a lo largo de su historia siguen todavía prestando sus servicios. Los modelos DC100 refuerzan este compromiso con nuevas tecnologías que reducen su impacto medioambiental, como el sistema inteligente de Stop/Start, que se complementa con la más avanzada transmisión automática de ocho velocidades, ambos concebidos pensando en la futura hibridación del modelo, o el exclusivo sistema Driveline Disconnect que únicamente envía potencia al eje delantero, a menos que las condiciones del terreno exijan tracción a las cuatro ruedas. A diferencia de los sistemas convencionales, este dispositivo desacopla física, y no electrónicamente, el eje trasero, para reducir las pérdidas por fricción, si bien puede recuperar la tracción trasera casi instantáneamente.
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