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VALENCIA. He comparado precios de hace 20, 10 y 5 años y la conclusión es clara: en 2011 los precios de los coches en España son más baratos que en los últimos 20 años.

No pretendo esconderme de la realidad y, está claro que la situación económica, el aumento del paro y la incertidumbre son los problemas reales de la bajada en las ventas de automóviles, pero ¿por qué dirigimos entonces nuestra conversación hacia el precio de los coches?

No es ni más ni menos que un sistema de autoprotección personal, algunas personas se esconden detrás del precio para autoconvencerse de que están muy caros y que no se pueden cambiar de coche, otras sencillamente no pueden y para éstas sí que son caros, pero no por el precio de los mismos sino por la economía particular de cada uno.

Y es que en la actualidad, con poco más de 12.000 €, puedes adquirir un compacto de buen tamaño para una familia con un equipamiento realmente sorprendente en seguridad y confort, un excelente rendimiento de su motorización y un diseño actual.

Hace 20 años, este mismo coche con mucho menos equipamiento en todos sus apartados se adquiría por dos millones de las antiguas pesetas, o sea, 12.000 euros. Creo que este dato es concluyente, en estos momentos la adquisición de un coche no es cara, todo lo contrario.

Donde sí tenemos que centrar nuestra atención es en la financiación, de igual manera hace 20 años una nomina sencilla (120.000 pesetas) era más que suficiente para acceder a un automóvil como el comentado anteriormente sin necesidad de avales, hoy en día una nómina comparable a la de hace 20 años, es decir, 1.000€ aproximadamente no sirve de nada para una entidad bancaria si no hay aval. En esta situación sí que podemos comenzar a hablar de lo difícil que está la adquisición de un nuevo automóvil, no por su precio sino por la financiación del mismo.

Los fabricantes y las empresas distribuidoras están haciendo todo lo que está en su mano para que los precios de sus productos, de sus automóviles, resulten lo más interesantes posibles. Los márgenes para los concesionarios están en los límites y, en muchas ocasiones, por debajo de ellos.

Los fabricantes están además de reduciendo los precios, ofreciendo garantías más amplias sin coste adicional, equipamientos más completos por el precio de versiones más básicas y un sinfin de promociones y descuentos siempre con el fin de motivar a los potenciales compradores de coches, y por descontado a los que puedan acceder a la financiación para la adquisición de un nuevo coche.

Así está la situación, complicada, pero eso sí, con los coches más baratos que hace 20 años. ¿Quién puede querer uno?