VALENCIA (VP). El pasado 7 de septiembre 'nacía' Vanguarda Agro, la primera firma agroindustrial de Brasil y la mayor del sector agrario de Latinoamérica, fruto de la fusión entre el grupo Vanguarda y Brasil Ecodiesel. De este modo, los títulos que cotizaban en el parqué paulista de ésta última se transformaban en los actuales de Vanguarda Agro, cuyo en torno al 25% está en manos del conocido empresario saguntino Enrique Bañuelos.
Brasil Ecodiesel cerró en su última sesión bajo dicho nombre en los 0,64 reales, mientras que el pasado viernes 4 de noviembre lo hacía en los 0,62 reales según los datos de Bloomberg, lo que representa un descenso del 3,13%. Sin embargo, el índice de referencia del parqué brasileño, el Ibovespa, ha avanzado en el mismo periodo un 3,64%, al pasar de los 56.607,30 puntos hasta los 58.669,92, según los mismos datos.
Pero las minusvalías latentes para el ex alma mater de Astroc son todavía mayores si se toman los datos de cuando Bañuelos desembarcó en Brasil Ecodiesel -finales de octubre de 2010-, dado que la caída del valor ahora rebautizado en Vanguarda Agro es del 44,64% al cotizar entonces en los 1,12 reales muy lejos de los 0,62 reales de la última sesión de la pasada semana.
A finales de octubre de 2010, Brasil Ecodiesel informó a la Comissão de Valores Mobiliários (CVM), la CNMV brasileña, que se encontraba en conversaciones con Maeda para una posible "combinación de negocios", mientras se anunciaba una ecuación de canje de "apróximadamente" 3,6395 acciones por cada título de Maeda Brasil Ecodiesel. De este modo, un tercio de la nueva compañía caía en manos de Bañuelos, convirtiéndose así en el principal accionista del nuevo gigante del biocombustible carioca.
EL EX PRESIDENTE DE NATRACEUTICAL LLEVA LA GESTIÓN DE VEREMONTE
El empresario saguntino había tomado el control de Maeda a través de Arion Capital, una firma especializada en reestructuraciones y asesoría financiera de empresas controlada por el propio Bañuelos a través de Veremonte, el conglomerado financiero del que el español es el principal inversor y que el pasado mes de mayo delegó la gestión a Xavier Adserà, ex presidente de Natraceutical.
Ahora llega el turno de Vanguarda Agro, que según la compañía estaba valorada en unos 2.160 millones de euros el día que culminó la fusión, pero que en el parqué paulista capitaliza por unos 600 millones de euros -1.438 millones de reales-, según los datos de Bloomberg.
Bañuelos es primer accionista de la nueva Vanguarda Agro -cuya presidencia recae en uno de los hombres de su confianza como es Marcelo Paracchini- mientras que el socio mayoritario de Leroy Merlin en Brasil, Helio Seibel, es el segundo (8,8%), mientras que el antiguo propietario de Vanguarda, Silvio Tini, es el tercero (7,7%).
La política de expansión de Vanguarda Agro podría cimentarse también en la venta de nuevas acciones o de bonos, según comunicó la propia empresa hace unos días al organismo supervisor del parqué paulista.
Pero el 'efecto Bañuelos' no sólo no se deja sentir en la nueva cotizada sino también en la que fue su primera incursión en Brasil: la inmobiliaria PDG Realty, que está bajo la 'órbita Bañuelos' desde el 4 de mayo de 2010, cuando fusionó su inmobiliaria brasileña Agre Empreendimentos Imobiliários -controlada por Veremonte, su sociedad patrimonial- con su homóloga PDG Realty. Aunque más bien habría que hablar de integración, que se realizó mediante un canje de acciones a razón de un título de Agre por cada 0,495 acciones de PDG.
LA INMOBILIARIA DE BAÑUELOS TAMPOCO ESCAPA DEL MAL TONO BURSÁTIL
Al cierre de dicha sesión, PDG Realty marcó los 8,20 reales, que rápidamente fue superando hasta alcanzar seis meses más tarde, concretamente el 5 de noviembre de 2010, los 11,21 reales. Un precio que incluía un split o desdoblamiento de acciones -a razón de dos nuevas por cada una antigua-, que se vio obligado a realizar ante la fuerte subida registrada. Hasta tal punto que el valor fue incluido en el Ibovespa, el 'Ibex 35' del parqué brasileño. Parecía que el 'efecto Bañuelos' estaba dando sus frutos, pero no fue así.
El primer grupo inmobiliario brasileño acabó el pasado año bajando hasta los 9,98 reales, que al cierre de la sesión de este pasado viernes se habían convertido en 7,28 reales. Un descenso que se ha llevado por delante un 27,05% del valor en bolsa en lo que va de año, mientras que el Ibovespa acumula unas pérdidas anuales de un 15,35%, prácticamente la mitad.
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