VALENCIA. Una de las frases más pronunciadas por los políticos, y escuchadas por los ciudadanos valencianos desde el año 2007 ha sido la célebre ‘hay que poner a Valencia en el mapa y los grandes eventos nos posicionan frente al resto del Mundo'.
No seré yo quien piense lo contrario. Es más, en los inicios de esta filosofía llegué a estar totalmente de acuerdo con sus argumentos. En la Global Champions Tour, el Mundial de Fórmula 1 o el Open 500 de Tenis la imagen trasladada de la ciudad al exterior era impoluta. Su promoción turística directa a millones de hogares de todo el planeta, evidente. E incluso su impacto económico en la economía levantina llegó hasta a poder calificarse de compensatorio habida cuenta del coste de su organización y sus cánones.
Sin embargo, lo que en aquellos tiempos era una incipiente crisis económica hoy amenaza con volver a ser una recesión. Y los 17 millones pagados alegremente a Ecclestone, los más de 300.000 euros (cesión de instalaciones aparte) que suponía albergar la competición equina y los casi dos millones que ponía el Govern en el campeonato del Ágora suenan ahora a cuerno quemado a los miles de parados que creen que su urbe ya es lo suficientemente conocida como para seguir malgastando el dinero de sus impuestos.
Quizá por ello el Ayuntamiento de Valencia (principalmente) ha sido inteligente, coherente y hasta sensato con la posibilidad de que la final de la Copa David viajara a la capital del Turia. Por varias razones que pasamos a exponer inmediatamente.
El Consistorio, inmerso como el resto de las instituciones en un mar insostenible de deudas, habló con la Federación Valenciana de Tenis al respecto. Y le dio todo su apoyo, sí, pero insistió en que si no disponían de una línea de crédito fiable y con buenas garantías no asumirían los 1,2 millones que suponía hacerse cargo del acontecimiento. Al menos, demostraron que no querían empantanar a nadie.
Por si fuera poco, en una maniobra bastante oscura la elección de Sevilla como sede se adelantó dos días a lo inicialmente previsto. Se hizo de manera semi-oficial, lo que dio más carácter de chanchullo al asunto. Y evidenció que, pese a todo, José Emilio Cervera y Rita Barberà tenían el tema encaminado. De lo contrario, no se habrían pillado el rebote que aún hoy les sigue durando.
Pero hete aquí que ahora mismo la Junta de Andalucía le ha dicho a los responsables del evento que no les dará soporte económico. Que no están las arcas para jugar. Y que vayan apañándoselas como buenamente puedas. ¿Significa esto que aun podría irse la Davis a Feria Valencia?
En ese caso, y muy a mi pesar como aficionado al tenis de altísimo nivel, me gustaría parafrasear la canción de Raimon ‘Diguem No'. No, porque hay pagos más urgentes que atender en Sanidad, Educación y hasta en federaciones deportivas. No, porque los rectores nacionales han demostrado que querían Sevilla a toda costa, infravalorando las capacidades de Valencia. Pero, sobre todo, No porque esta ciudad ya está en el mapa.
El aumento del turismo ha sido evidente en los últimos años. El incremento de las visitas urbanas (no las habituales de playa) por parte de ciudadanos no españoles, continuado. Por lo tanto, el trabajo para el que se albergaron los grandes eventos ya está hecho. Ahora solo queda poder continuarlo si hay posibilidad de seguir con esa política sin que toque el bolsillo de los ciudadanos.
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(*) David Blay es periodista
TOTALMENTE de acuerdo. Aunque estos grandes son siempre bienvenidos, en estos momentos hay otras prioridades. Además, no retomaría un proyecto después de lo sucedido. El prestigio de esta ciudad no puede quedar como segundo plato!!
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