VALENCIA. Cuidado con los aplausos, que los carga el diablo. Dependiendo del contexto, cualquiera puede aplaudir algo que no debería, como que su país sea "en una ruina". Suena raro, pero es lo que ha pasado en la Convención Nacional del Partido Popular que se está celebrando en Málaga.
El expresidente José María Aznar criticaba la gestión del Gobierno y su público rompía aplaudir a cada pausa. Aznar es muy efectivo en sus mítines y, con un público entregado de antemano, sube la temperatura con facilidad.
EL EJEMPLO
Su técnica es siempre la misma: texto muy vocalizado (para superar sus problemas de dicción) y frases cortas que trasladen ideas simples. No en vano, su carrera política viene marcada por dos claims políticos cortos y simples: "Váyase, Señor González" y "España va bien".
Aunque su tono le hace forzar una voz demasiado nasal y llena de gallitos, a los que tanto partido le han sacado los humoristas, recuerda las técnicas al reforzar las frases clave repitiéndolas enfáticamente al principio y al final de su explicación (antes de dejar una larga pausa).
Esta mecánica hace que el público cubra los silencios de una determinada manera. A diferencia de lo que pasa en las películas, el público no aplaude y luego abuchea a voluntad del orador, sino que el público siempre hace lo mismo: o aplaude o abuchea. Es muy complicado hacer una transición.
Como en todos los mítines de todos los partidos, en Málaga el público quería aplaudir y nada ni nadie se lo iba a impedir. Si nos fijamos en las imágenes, Mariano Rajoy que sigue fijamente el discurso de Aznar es uno de los pocos que no aplaude cuando no toca.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.