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-¿Cómo se ve desde GBS Finanzas la marcha de la bolsa española?
-La marcha de la bolsa española va en consonancia con el resto de los mercados, puesto que estamos viendo una fuerte correlación entre los mismos. El mercado está poniendo en precio con un 50% de posibilidades una recesión. Una recesión suave en Europa (-0,5%) es muy probable en el cuarto trimestre de este año y en el primero del que viene, dado que las medidas de ajuste presupuestario y las subidas de impuestos de los Gobiernos no han sido acompañadas por estímulos de tipo monetario. La inflación no es un riesgo ahora mismo, por lo que BCE debería haber bajado los tipos de intervención hace tiempo.
 
-Los fundamentales de buena parte de las cotizadas son buenos, pero no paran de bajar ¿por qué?
-La crisis de deuda soberana y las perspectivas de una quiebra en Grecia en los próximos tres meses, con el riesgo de contagio a otros países, está pesando enormemente sobre la renta variable. Las acciones son una gran oportunidad de inversión, pero antes deberemos ver una resolución de la crisis de deuda, que pasa por una recapitalización de la banca europea tenedora de dicha deuda (francesa y alemana especialmente). Para ello hace falta coordinación y determinación de los líderes políticos europeos en la aplicación de medidas estabilizadoras. Y, de momento, hemos adolecido de ellas.
 
-¿Hasta qué punto la próxima presentación de los resultados empresariales podría insuflar algo de optimismo?
-Los resultados empresariales van a continuar siendo positivos. Esperamos una mejora del 13% en los resultados del tercer trimestre del presente ejercicio. Las empresas han hecho los deberes y han ajustado sus costes mucho más rápido que los Gobiernos. Lo que ocurre es que si las proyecciones macro se cumplen, el crecimiento de los beneficios el próximo año podría ser nulo.
 
-¿Qué percepción tiene de la situación actual por la que atraviesa la economía española?
A corto plazo, podemos pasar de un crecimiento del PIB de un 0,7% positivo para este año a una caída de seis décimas en 2012. A medio plazo, la economía española está en un momento de cambio fundamental que debemos aprovechar para introducir cambios estructurales. Esta crisis es comparable a la de 1870 o la de 1930 en sus efectos sobre la sociedad. El desarrollo y los nuevos puestos de trabajo vendrán por la creación de empresas de servicios de alto valor añadido, de la creatividad, del turismo y de nuestras relaciones con el exterior. Si nos centramos en esas áreas tendremos un futuro prometedor.