VALENCIA (VP). Cuando acabó la pasada temporada se daba por hecho que el Valencia debía reforzar dos posiciones de manera fija, y otra dependiendo de si salía Banega. Esas dos demarcaciones eran el lateral derecho, donde no se contaba ni con Miguel ni con Bruno, y el centro de la defensa.
En el lateral se daba por segura la marcha del portugués Miguel Brito. Sus continuas faltas de indisciplina, su bajo rendimiento deportivo y su escaso feeling con el entrenador, le colocaban como número uno en la ‘parrilla' de salida.
Por su parte Éver Banega no quería continuar en el club. Se marchó de vacaciones dándole instrucciones a sus representantes para que le encontraran un nuevo destino. El Inter de Milán hizo una oferta por él, pero el Valencia no quiso aceptar los siete millones de los italianos, ya que le parecían una cantidad baja por un jugador que costó 18.
Ante tal tesitura, el Valencia se puso manos a la obra. El secretario técnico, Braulio Vázquez, cerró a primeros de julio el fichaje de Dani Parejo, centrocampista del Getafe que podía repescar el R.Madrid. Un jugador que prometía mucho pero que en sus dos temporadas en Primera no había terminado de explotar. Con él se hizo una apuesta arriesgada, ya que se le fichó como sustituto de un mediocentro siendo él mediapunta.
Por esta operación se pagaron 7 millones de euros al Getafe. En su presentación se dijo de él que era un jugador muy polivalente, que podía actuar en diferentes zonas del ataque, pero que se le había contratado como centrocampista de creación. Es decir, para asumir el rol de Banega en la plantilla.
Por otro lado se gestó la llegada de Barragán. El lateral derecho andaluz llegó el penúltimo día de mercado con la seguridad de que su fichaje propiciaría el adiós definitivo de Miguel Brito. El Valencia aceleró las negociaciones con el Valladolid por el futbolista, y cerró su fichaje a cambio de dos millones de euros y un amistoso en Zorrilla antes los vallisoletanos.
Con las llegadas de Parejo y Barragán el club pensó que Banega y Miguel no seguirían. Confió en que los dos verían amenazada su participación en el equipo y buscarían una salida. Y no fue así. El argentino no encontró destino y decidió darse una última oportunidad en el club blanquinegro. Por su parte, el portugués se encontró con que nadie le quería y no pudo salir del club aunque lo intentó hasta última hora.
Con el cierre del mercado de fichajes, se dio por hecho que Unai daría mucha confianza a los nuevos y exigiría a Banega y Miguel ser muy constantes en el trabajo para darles una oportunidad. La sorpresa ha sido que el mister ha invertido la situación en este inicio de temporada.
Parejo sólo ha jugado 74 minutos en lo que va de temporada, fueron en Champions frente al Genk. Lo preocupante de su situación es que todavía no ha sido convocado para ningún partido de Liga por Unai. Por su parte Antonio Barragán todavía no ha debutado. En su caso se utilizó la excusa de que no tenía asimilados los conceptos defensivos para no alinearle frente al Atlético y ese día, por sorpresa para todos, Unai le dio la titularidad a Miguel Brito tras perdonarle por enésima vez.
Esta situación se puede disfrazar. Se le puede poner mucho maquillaje para que presente mejor aspecto, pero la realidad de la historia es que el Valencia ha invertido este verano nueve millones de euros en dos jugadores que no cuentan de entrada para Unai Emery.
En el caso de Dani Parejo es más evidente, ya que el propio entrenador le pidió al club que lo sacara cedido al final del mes de agosto porque no le veía preparado para jugar en el Valencia. El club se negó en rotundo. En el caso de Barragán, ya ha quedado claro que el mister ha preferido colocar al díscolo Miguel, antes que jugársela con un jugador joven que venía de competir en el Valladolid.
Estas muestras de desconfianza en estos dos jugadores ya han creado las primeras dudas sobre sus fichajes. La primera es sencilla. ¿Se precipitó el Valencia a la hora de fichar a Dani Parejo y Antonio Barragán? Mirando en clave económica hay otra quizá para analizar más detenidamente. En una situación económica tan complicada como la que vive el Valencia, ¿se puede permitir el lujo el club de pagar 9 millones de euros en dos jugadores que han reforzado la grada?
Soldado no empezó como titular la pasada temporada, y había costado 10 millones. El paso del timpo ha demostrado que fue un buen fichaje. Hay tantas ganas de criticar por parte de algunos, que les lleva a la precipitación.
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