MADRID. Los primeros Octavia Green E Line estarán en circulación en las carreteras este otoño. Los conductores los reconocerán por su diseño y un nuevo elemento de seguridad, un generador de sonido que simula el ruido de un motor a una velocidad de 40 km/h. Los expertos creen que los vehículos eléctricos tendrán un papel cada vez más importante en la reducción de emisiones de CO2. En estrecha colaboración con el Grupo Volkswagen, Škoda quiere tener un rol importante en este proceso. Es por ello que la información recogida por estos vehículos será una fuente de datos importante para la investigación y desarrollo futuro en este campo.
La propulsión eléctrica es una parte integral del paquete de tecnologías que Škoda ofrece en su gama de modelos en su búsqueda para reducir los niveles de emisiones y consumo e incrementar la efectividad. Ya sea a través de la reducción de la cilindrada de los motores o con las últimas tecnologías usadas en los modelos de la segunda generación GreenLine como el sistema Start-stop, la recuperación de energía de frenada y ahora la propulsión eléctrica, el hilo conductor siempre es el mismo: ofrecer vehículos tan respetuosos con el medioambiente y seguros como sea posible. Siguiendo esta filosofía, Škoda va a ofrecer en un futuro a sus clientes el primer vehículo híbrido enchufable.
El responsable de Desarrollo Técnico y miembro del Consejo de Dirección de Škoda Auto, Eckhard Scholz, explica: "La movilidad libre de emisiones es uno de nuestros objetivos clave para el futuro, y mi opinión es que los vehículos eléctricos son la respuesta correcta a los cada vez más estrictos límites de emisiones y a la necesidad de desarrollar una industria automovilística sostenible. Nuestra fuerza reside en una excelente combinación de nuestro equipo de desarrollo tecnológico altamente competente y los amplios conocimientos del Grupo Volkswagen, y creo que es exactamente esta combinación la que nos permitirá desarrollar un vehículo eléctrico que será un auténtico paso adelante".
El Octavia Green E Line está basado en el Škoda Octavia Combi ya que el diseño modular del suelo de este vehículo ofrece un espacio ideal para albergar las baterías, el control electrónico y el motor eléctrico con una potencia constante de 60 kW y una máxima de 85 kW. En el desarrollo de este vehículo, Škoda ha usado también algunos módulos ya existentes del Grupo Volkswagen.
El par máximo de 270 Nm, disponible justo después del arranque como es propio de este tipo de propulsión, ofrece al vehículo suficiente potencia para moverse y un alto grado de agilidad y respuesta, que el conductor va a apreciar cuando acelere en el denso tráfico de la ciudad.
El Octavia Green E Line, con una autonomía de 150 kilómetros, acelera de 0 a 100 km/h en solo 12 segundos, y su velocidad máxima está limitada a 135 km/h. La electricidad está suministrada por una moderna batería de litio (26,5 kWh) que está compuesta por 180 pilas de iones de litio, pesa cerca de 315 kilos y recupera la energía cuando el conductor frena con el motor.
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