MADRID (EFECOM). Pons, en conferencia de prensa en la sede del partido, ha confirmado que los populares efectivamente estudian llevar a cabo una reforma fiscal basada en la redistribución de las cargas y en que la clase media no soporte la mayor parte del peso impositivo.
Más que subir impuestos, según el dirigente del PP, es perentorio "reorganizar el sistema fiscal" y poner el acento en la competitividad y en la mejora de la recaudación.
Conseguir más competitividad pasa por crear empresas, es decir por favorecer que un emprendedor monte su proyecto en poco tiempo y sin tantos gastos, ha reseñado.
Por ello, el gran objetivo de esa reforma fiscal que estudia el Partido Popular es favorecer la creación de empresas, que son las que crean trabajo.
"Para que haya un nuevo millón de empresarios, hay que facilitar fiscalmente la creación de empresas y fiscalmente favorecer la emancipación y aparición de autónomos", ha explicado Pons al tiempo que ha señalado que "el poco dinero" que hay en España no debe estar en la administración, sino en manos de los emprendedores.
El PP pretende crear un millón de nuevas entidades, lo que se traducirá en la aparición de alrededor de tres millones y medio de empleos.
A Pons le han preguntado los periodistas sobre la reforma constitucional que está previsto que salga hoy aprobada del Senado.
Ha afirmado, por un lado, en respuesta al PSOE, que el PP no tiene intención de escudarse en dicha reforma para recortar el Estado de bienestar, algo que si así fuera también podría achacarse a los socialistas, puesto que ellos también apoyan el cambio en la Constitución.
Por otro lado, el responsable de Comunicación del PP ha insistido en la posición de su formación: la reforma es necesaria porque traslada a los españoles que "los políticos no gastarán más de lo que se ingresa", muestra a los mercados un compromiso de contención del gasto y apunta a una política monetaria única en Europa.
Pons, además, ha remarcado que el PP no está en contra de que haya un referéndum, incluso ha dicho que no hubiera puesto objeciones a la celebración del mismo si el Gobierno hubiera aceptado su propuesta de reforma constitucional hace un año; pero ahora, en palabras de Pons, con los mercados zarandeados por la inestabilidad, la consulta transmitiría "incertidumbre" y no sería recomendable.
Si no se hace referéndum es porque el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ejecutor de la iniciativa, no lo ha considerado.
En la misma línea de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, quien se ha puesto en contacto con los funcionarios para que le digan de dónde puede recortar dinero público, el vicesecretario de Comunicación del PP ha señalado que es "fácilmente previsible" que el hipotético nuevo Gobierno de Mariano Rajoy acometa una medida similar.
Pero antes, ha puntualizado, los populares tendrían que ver qué les han dejado los socialistas y qué se puede hacer con esa herencia.
El dirigente del PP ha salido en defensa de los funcionarios, toda vez que desde la clase política merecen "un gesto de confianza" dada su categoría "académica y profesional".
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