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VALENCIA (VP). "Estoy pensando seriamente dejar un tiempo este trabajo porque me está quitando vida. Realmente no entiendo nada de lo que está pasando en las bolsas y nunca en mis más de 20 años de profesión he visto una situación como ésta. No sé que decirles a mis clientes cada vez que me llaman". Así de tajante se ha mostrado un veterano gestor local con la coyuntura actual por la que atraviesan los mercados bursátiles, que ayer lunes volvieron a protagonizar un nuevo descalabro y ya son muchos en los últimos meses.

Un batacazo en toda regla el que se vivió en toda Europa ante los temores, cada vez más latentes, de una recesión a nivel mundial, cuya caja de los truenos la abrió la nueva directora del Fondo Monetaria Internacional, Christine Lagarde. Por si fuera poco, el presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, echó más leña al fuego al advertir que la situación actual es muy parecida con la crisis de 2008 tras el colapso de Lehman Brothers. Asimismo, el propio Ackerman advirtió de la posibilidad de que varios bancos europeos lleguen a la quiebra si se recorta el precio de la deuda soberana a precios de mercado

Así se explica la estampida que se vivió en el sector bancario europeo cotizado, con espectaculares caídas superiores al 8% en los casos del propio Deustche Bank, Societe Generale e ING dentro del principal índice bursátil europeo como es el Euro Stoxx50. Un indicador que despidió el día retrocediendo un 5,11%, apenas dos décimas menos que el Dax Xetra alemán (-5,28%), que fue de largo el índice continental que peor se comportó en el arranque semanal.

De vuelta a casa, el Ibex 35 echó el cierre en los 8.066,50 puntos tras retroceder un 4,7% aunque llegó a rozar un descenso del 5%. Únicamente Bolsas y Mercados Españoles (BME), cuyos títulos se elevaron un 0,51%, salvó el día en positivo dentro del selectivo. El resto sucumbió a la corriente bajista muy especialmente en los casos de Sacyr Vallehermoso y ArcelorMittal, que presentaron números rojos por encima del 7%.

La banca española cotizada no fue ajena al mal tono exterior. Así, la peor parada fue Caja Mediterráneo (CAM), cuyas cuotas participativas se hundieron un 9,52%. El Popular fue el que más cayó dentro del Ibex 35, al anotarse un descenso de un 6,10%. Los dos grandes bancos, Santander y BBVA, protagonizaron fuertes recortes del orden del 5,9%, muy en la línea del Banco de Valencia, mientras que Bankinter cedió un 4,94%, Banesto un 3,86%, CaixaBank un 3,02%, Banca Cívica un 2,71%, Sbadell un 2,29%, Bankia un 2,13% y el Pastor sólo cedió un 0,35%.

"Estaba claro que las prohibiciones de las ventas en corto no iban a servir de mucho, tal y como sucedió en 2008. El mercado es soberano y no puedes luchar contra él con este tipo de medidas o con simples declaraciones. Toca actuar de verdad de manera conjunta, adoptando medidas concretas, para poner en jaque a los bajistas", advierten desde una mesa de operaciones madrileña. "El rojo va a ser el color que marque la moda de este otoño. Al tiempo", añaden.

Todo ello mientras la prima de riesgo española se disparaba hasta los 341 puntos básicos -máximo en las últimas cuatro semanas- después de que la rentabilidad del bono alemán a diez años marcara un nuevo mínimo histórico en el 1,83%, síntoma evidente de que buena parte de los inversores se están refugiando en la deuda germana. De ahí que los precios suban y se estrechen las rentabilidades, dado que se mueven en sentido contrario.

"Veremos como responde hoy Wall Street tras el festivo de mañana, pero me temo que tendremos venta y más ventas en bolsa. Si no es hoy, mañana. ¿Y qué le digo a mis clientes?", se pregunta lacónicamente el veterano gestor.

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