VALENCIA (VP). A tan sólo cuarenta y ocho horas para el cierre del mercado de fichajes, los clubes se vuelven locos en busca de esas últimas incorporaciones que le den un plus a sus plantillas. Muchos son los casos de jugadores que llegan como estrellas a cambio de cifras astronómicas y terminan estrellándose. Mientras que otros llegan a última hora como auténticos desconocidos y acaban siendo los jugadores sorpresa de la temporada.
Si normalmente los meses de verano son de continuo trasiego y actividad para los directores deportivos y para los representates de jugadores, estas últimas horas se convierten en una auténtica locura. Miguel Ángel Ruiz, ex director deportivo del Valencia, y actualmente profesor de los cursos de la Federación para nuevos titulados, reconoce que en las últimas horas "si la plantilla está cerrada son días más tranquilos, si tienes que comprar o vender pasas veinticuatro horas en el club buscando soluciones".
Conforme se acerca la hora tope, que son las doce de la noche del día treinta y uno de agosto los representantes hacen su faena, que es la de tratar de buscar el mejor acomodo para sus representados. Mario Parri, uno de los representantes valencianos con más jugadores en la élite reconoce que, "en estos días no paramos, el día no lo puedes planificar, te lo va marcando el mercado. Vives pegado al teléfono para tratar de alcanzar acuerdos satisfactorios".
En estas horas locas para los directores deportivos de los clubes, hay una clave en la que todos coinciden. Las prisas son malas consejeras. Javier Subirats, ex secretario técnico del Valencia, y actual comentarista de Radio Nou, reconoce que "lo ideal sería no llegar a esos días con la necesidad de reforzar ninguna posición clave, ya que si es así todo es mucho más caro".
Los equipos pequeños muchas veces aguantan hasta el final del mercado a sus mejores jugadores, esperando que aparezca la mejor oferta por ellos, sabedores de que los equipos que les quieren terminarán pagando lo que ellos exigen en la negociación. Por su parte los equipos grandes que esperan a estas últimas horas del mercado para cerrar sus fichajes, saben de antemano que "cuando uno sale al mercado a comprar a última hora y es además es público, el precio se dispara" asegura Subirats.
Llegados a este punto hay equipos que deben fiarse de alguno de los miles de faxes que entran en sus oficinas ofreciéndoles jugadores de todo tipo. Sin ir más lejos el año pasado el Levante cerró la cesión de Felipe Caicedo sólo una hora antes de cerrarse el plazo. Este jugador terminó siendo parte de la salvación deportiva y económica del club. De la misma manera esos ofrecimientos en ocasiones llegan con truco, jugadores lesionados, estrellas con nombre y una alta ficha que sirve para contentar a la afición, pero que luego terminan siendo un fiasco.
Con todos estos condicionantes surge una pregunta. ¿Son las últimas horas de mercado una ganga o un atraco para los clubes a la hora de acometer los fichajes?. Subirats lo tiene claro. "Las gangas las encuentran los equipos pequeños, ya que si venden lo hacen por mucho más de lo que vale el jugador, y si consiguen a algún jugador es porque el club grande le busca una salida casi a cualquier precio".
Consultados directivos, secretarios técnicos y representantes de futbolistas, todos coinciden en una idea. Salir al mercado a última hora es un riesgo. Haciendo un simil es como ir a comprar la nueva colección de una tienda en rebajas, es decir, sale caro. Por contra fiarse de ofrecimientos de jugadores que llegan bajo la coletilla "si ficháis a este jugador firmáis una ganga" es sinónimo de que el producto llega con algun defecto.
Reconoce Miguel Ángel Ruiz que "llegar al último día de fichajes con operaciones por cerrar, provoca que aunque todo se haga con la mejor intención, tengas muchas más opciones de equivocarte".
En el fútbol español, hay mil ejemplos de jugadores por los que se ha pagado un sobreprecio, de la misma manera que hay muchos futbolistas que encuentran acomodo a última hora pero que reciben sus nóminas casi integras de los equipos que terminan cediéndoles.
Seguramente a estas horas todos los directores deportivos y la mayoría de representantes de España, tendrán sus móviles comunicando y sus faxes creando rollos de papel en el suelo de sus despachos. Todos y cada uno de ellos tratarán de fichar lo que más les beneficie tanto deportiva como económicamente, pero ninguno de ellos podrá tener claro si lo que firma es una ganga o un atraco.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.