VALENCIA.(VP) Miguel Brito tiene las horas contadas en el Valencia, siempre y cuando el club encuentre un sustituro de garantías para el lateral derecho.
A última hora de la noche de este lunes el club y el portugués negociaban la rescisión del año de contrato que le resta a Miguel. Al lateral que le quedan por percibir 1,6 millones de euros netos exige el pago integro y al contado de la totalidad del dinero.
Después de muchos años en la cuerda floja por sus continuas faltas de indisciplina, el lisboeta parece haber forzado esta decisión del club al ver que no cuenta para nada en los planes del técnico valencianista. La historia viene desde el final de la pasada campaña, ya que el jugador sabía que el club quería traspasarle. Pero fue el pasado sábado cuando Emery decididó dejarle fuera de la lista cuando Miguel se rebeló.
Esa misma noche y tras la victoria del equipo frente al Rácing, salió a celebrar con algunos compañeros que se marchaba del Valencia. Cuando eran las 8:15 de la mañana y el salía de una conocida discoteca valencia, recibió insultos por parte de varios aficionados que le increparon por estar a esas horas de marcha. El jugador se encaró con ellos y recibió una agresión por parte de una joven. En ese momento intervinieron los miembros de seguirad del local y disuadieron el efrentamiento.
Ese ha sido el motivo por el que el Valencia ha dicho basta. Después de incontables faltas de indisciplina el club ha decido poner punto final a la relación contractual entre la entidad y el jugador.
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