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VALENCIA. Al pie de la sierra del Carabassí se extiende una playa virgen que lleva el mismo nombre, formada por dunas actuales, en parte cubiertas de pinos, y dunas fósiles de gran interés geológico. La cercanía de los saladares y las zonas húmedas de Els Bassals y El Clot de Galvany, permite al visitante disfrutar de la fauna y vegetación autóctona en todo su esplendor. Considerada como zona de protección ecológica, esta tranquila playa de arena fina dorada, ventosa y de oleaje moderado, aguas transparentes y campos de algas es ideal para los practicantes de nudismo.

La zona aparentemente dormida si el verano ha sido riguroso y las lluvias remolonean en el otoño, se convierte en un reservorio natural y previene de feroces avenidas acumulando agua durante los cortos pero torrenciales periodos de gota fría.

Pese a la amenaza que se cierne sobre este espacio el entorno tiene el encanto de lo fugaz, de lo precario y, en definitiva, de la naturaleza indomable que se escapa por las rendijas en un entorno que le es hostil. En las cercanías de este espacio dunar se encuentra una curiosa ermita, la Ermita de Nuestra Señora del Rosario y en sus proximidades enlazaremos con otras calas cercanas como la del Aljup.

De grades proporciones, bordeada por pinos, zona ideal para el picnic, con lugares habilitados, en las noches de verano se convierte en centro de ocio, bares de playa al borde del mar, con música actual, donde puedes bailar, centro de encuentro de muchos jóvenes, discotecas con servicio de autobuses.