DAEGU (COREA DEL SUR) (EFE / José Antonio Diego). Kenia escribió una página imborrable para los anales del atletismo al conseguir un triplete en la final femenina de 10.000 metros horas después de haber hecho lo mismo en el maratón, barriendo, por tanto, con todas las medallas que estaban en juego el primer día de los Mundiales.
Tan grande fue el delirio keniano que hasta la presencia de Usain Bolt en las series de 100 metros pasó a un segundo plano. El primer medallero de los campeonatos contiene un solo nombre, Kenia, que en una sola jornada consiguió por partida doble los tres metales.
Por la mañana Kenia había protagonizado un espectacular arranque al cuajar el primer triplete jamás logrado en maratón (masculino o femenino) en Mundiales o Juegos Olímpicos, por medio de Edna Kiplagat, Priscah Jeptoo y Sharon Cherop.
Agente de Policía de 31 años, Kiplagat, pese a sufrir una caída al chocar con Cherop en una zona de avituallamiento, remató su calurosa carrera (24 grados, 80 por ciento de humedad) en un tiempo de 2h28:43.
En ausencia de la defensora del título, la china Bai Xue, lesionada, la carrera se presentaba como el primer asalto en el combate entre Kenia y Etiopía por la supremacía del fondo, y el desenlace fue un 3-0 para las kenianas. Las etíopes, que pretendían dar a su país el primer título, no aguantaron el segundo cambio de las kenianas.
Kiplagat, ganadora del último maratón de Nueva York, imprimió un brusco cambio de ritmo a 10 kilómetros de la meta. Era la atleta con mejor marca de las participantes (2h20:46) y se llevó consigo a dos compatriotas Prisca Jeptoo y Sharon Cherop.
Por la noche, en la final de 10.000, la historia se repitió. Vivian Cheruiyot alargó su condición de invicta esta temporada con un ataque a 500 metros del final que la condujo a la victoria en 30:48.98, la mejor marca de su vida, y a continuación cruzaron la meta sus compatriotas Sally Kipyego (30:50.04) y la anterior campeona, Linet Masai (30:53.59).
La superioridad keniana fue tan aplastante que su cuarta atleta, Priscah Cherono, se quedó a las puertas del podio porque no cabían más que tres.
Etiopía necesitaba dar réplica a la humillación matinal pero se enfrentaban a un serio obstáculo: Cheruiyot, actual campeona de 5.000, que se inscribió en 10.000 en busca del doblete.
Cheruiyot no había perdido una sola carrera esta temporada y ya había corrido seis en diversas distancias, incluida la que le dio el título nacional keniano de 10.000.
Masali, la esbelta campeona de Berlín 2009, se dejó llevar al fondo del grupo, hasta que tomó la cabeza a 6 km. del final.
Un cuarto mil en 3:10, con tres kenianas al frente seleccionó a una docena arriba. Sally Kipyego tomó el relevo en el quinto kilómetro con tres compatriotas y ya solo dos etíopes a su estela.
Las piernas larguísimas de Masai volvieron a marcar la pauta a ocho vueltas. La campeona, contemplándose en el videomarcador, daba la impresión de ir sobrada de fuerzas. Arriba quedaba ya una sola etíope, Melkamu, subcampeona dos años antes.
Quedaban dos kilómetros y la suerte de la carrera, con cuatro kenianas y Melkamu destacadas, todavía no estaba echada, pero a 500 metros del final cambió a fondo Vivian Cheruiyot y sentenció la contienda. Kenia no olvidará este día. Etiopía, doblemente humillada, probablemente tampoco.
Al final de la jornada, con perilla y su acostumbrada parafernalia gestual, Bolt hizo su primera comparecencia y levantó ya murmullos de asombro entre el público.
Tal fue la facilidad con que ganó la sexta serie de 100 metros que, cuando sólo había cubierto la mitad, ya se relajaba mirando al tendido. Cruzó la meta en 10.10, con viento contrario de 0,7 metros por segundo, y abandonó la pista haciendo carantoñas a la cámara.
El estadio Daegu, con un aforo de 65.000 localidades, se llenó por completo en la sesión nocturna ante el doble gancho de la ceremonia inaugural y la primera comparecencia de Usain Bolt sobre la pista.
La primera ronda de los 100 metros empezó a desvelar las claves de lo que puede ser la final del domingo. Nadie duda de la victoria de Usain Bolt. La incógnita residirá en la marca ganadora.
El francés Christophe Lemaitre, primer blanco que bajó de 10 segundos, ofreció una gran impresión en la tercera serie, batiendo de largo, con un tiempo de 10.15 y viento contrario de un metro, al estadounidense Justin Gatlin (10.30).
El australiano Steven Hooker, campeón mundial y olímpico de pértiga, falló en la primera altura que intentó en la calificación (5,50) y se quedó fuera de la final, primera víctima ilustre de los campeonatos.
Hooker, que en Berlín 2009 sólo necesitó dos saltos y sólo uno válido, de 5,90 metros, para ganar la medalla de oro, ha visto truncada su racha victoriosa. Sus principales adversarios, por el contrario, pasaron la criba sin problemas: los franceses Renaud Lavillenie y Romain Mesnil, el alemán Malte Mohr y el polaco Pavel Wojciechowski.
No fue la única víctima ilustre ni el único héroe olímpico que cayó a la primera. En la velada nocturna, Christine Ohuruogu, que en Pekín 2008 dio a Gran Bretaña la medalla de oro número 50 en unos Juegos, se fue a casa descalificada por salida falsa en las series de 400.
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