MADRID (EFECOM). El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, ha reconocido que la desaceleración económica mundial, y en particular de los países del euro, hace "más difícil" que se pueda lograr la previsión de crecimiento del 1,3 % del PIB en 2011, si bien ha asegurado que "sigue siendo posible" alcanzarlo.
En cualquier caso, ha afirmado que el Gobierno no está trabajando en ninguna revisión del cuadro macroeconómico, porque ahora "no corresponde", ya que la actualización de las previsiones se hace habitualmente en presupuestos para el siguiente ejercicio, que este año no se van a presentar por el adelanto de las elecciones generales.
En rueda de prensa para valorar los datos del PIB, ha explicado que el punto de mayor incertidumbre para el segundo semestre del año está en el impacto que sobre las exportaciones y las importaciones tendrá la ralentización económica europea, puesto que el sector exterior constituye "la fuente fundamental" de crecimiento de la economía española.
En este sentido, ha dicho que los indicadores que ya se conocen del tercer trimestre, como órdenes de pedidos o indicadores de confianza, apuntan a que la exportación de bienes y servicios seguirá "el mismo patrón vinculado a la desaceleración" del segundo trimestre.
No obstante, ha considerado que con los datos disponibles por el momento cabe esperar que siga siendo "muy positivo" el comportamiento del turismo.
Ante un contexto más adverso, Campa cree que la única respuesta posible es seguir profundizando en reformas que mejoren la flexibilidad y competitividad de las empresas españolas ante el exterior.
Por esta razón, ha animado a los agentes sociales a mantener la moderación salarial y a usar el marco legal para desarrollar los mecanismos de flexibilidad interna en el marco de la empresa y adaptar las condiciones del trabajo a unas circunstancias más adversas.
Respecto a la demanda interna, piensa que la evolución va a continuar en línea con las previsiones, que apuntan a una ligera recuperación en la segunda mitad del año.
En este sentido, ha destacado el crecimiento trimestral en seis décimas del consumo de los hogares, aunque ha reconocido que es un repunte aún débil que debería ir creciendo en la medida en que siga mejorando la renta disponible de las familias y la confianza.
De esta manera, a final de año el consumo contribuirá positivamente al crecimiento pero "de una forma muy suave", en tanto que la contribución del sector público seguirá siendo negativa por el proceso de consolidación fiscal que ha llevado a recortar los gastos.
La aportación de la inversión también será negativa, pero menos, por la moderación del ajuste en la construcción. Campa ha señalado que sin la contracción del sector constructor ni el proceso de reducción del déficit público la economía española estaría creciendo a una tasa de alrededor del 2%, en línea con su potencial.
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