VALENCIA (VP). Si pensábamos que en Torrevieja no podríamos encontrar la deseada tranquilidad, erramos de nuevo en nuestras previsiones. Más propia de un oasis de Marruecos es la estampa que desde el agua obtendremos de esta modesta pero evocadora cala pues, durante nuestro reconfortante baño, lo que llama poderosamente nuestra atención son las numerosas palmeras datileras que, en una preciosa estampa nada frecuente en nuestras playas, yerguen sus finos troncos hacia el cielo, destilando todo el sabor del mediterráneo en sus frutos.
Todavía sin urbanizar en una costa hiperurbanizada, Cala Ferrís es el recoleto tramo del litoral escogido por los gestores municipales como nueva imagen promocional de una Torrevieja, dicen, "por descubrir". La cala es una enseanada que por sus características se asemeja más al Mar Caribe que al propio Mediterráneo. Plagada de palmeras y pequeñas dunas, con hermosas aguas cristalinas, cala Ferris nos ofrece la posibilidad de disfrutar de un tranquilo baño en un ambiente extraordinario, siempre acompañado por los sonidos de los pájaros (entre ellos loros), y por el relajante sonido del mar. En esta cala es recomendable la práctica del buceo, ya que encontraremos varias praderas de posidonia y una gran cantidad de peces.
Ubicada al sur del casco de Torrevieja, a escasos tres kilómetros de la más concurrida playa de los Náufragos, su acceso se hace desde la carretera N-332, entre las urbanizaciones de La Veleta y Rocío del Mar, en un tramo donde todavía los simbólicos árboles que constituyen los edificios, nos dejan ver el fantástico bosque de arenas y azules playas.
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