MADRID (EFE). El incremento de las acciones de piratería en el Océano Índico ha forzado esta mañana a que la organización de la Volvo Ocean Race -Vuelta al Mundo por escalas-, que partirá de Alicante el próximo 5 de noviembre haya decidido reconfigurar las rutas de la segunda y al tercera etapa de la prueba.
La ruta original llevaba a los equipos a navegar por la costa este de África en la segunda etapa, entre Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), y hacerlo de nuevo en la tercera, entre Abu Dhabi y Sanya (China).
Asesorados por la empresa de seguridad marítima Dryad Maritime Intelligence y por la International Sailing Federation (Federación Internacional de Vela, ISAF), los organizadores de la regata han decidido que mantener esa ruta podría poner a las tripulaciones frente a un riesgo demasiado elevado.
Según esta decisión, los barcos saldrán desde Ciudad del Cabo el 11 de diciembre hasta un puerto seguro en la costa del Índico, posiblemente Goa o Kochi, en la India, para ser transportados desde allí hasta un lugar próximo a Abu Dabi, posiblemente el puerto de Mascate, capital de Omán, en la entrada del golfo Pérsico donde se reiniciará la etapa hasta la meta de Abu Dabi, donde el 13 de enero de 2012 se disputará la regata costera. El proceso será inverso en la tercera etapa antes de que pongan rumbo a Sanya (China), cuarta de las diez escalas que acogerán la regata.
Job Bramley, director de comunicación de la VOR ha explicado que se ha tomado la decisión en estos momentos porque la situación en el Índico es "dinámica". Hasta que remita el monzón del suroeste y se establezca el del noroeste entre finales de octubre y principios de noviembre no se sabrá, añadió, cómo evolucionará la piratería esta temporada.
Los barcos serán transportados en un mercante especial y las tripulaciones lo harán por separado por vía aérea. La organización no ha avanzado los nombres de los puertos de parada por "por el interés de la seguridad operacional y los detalles sobre su ubicación exacta serán facilitados más adelante", ha asegurado Bramley.
Sobre la seguridad del mercante que transportará los barcos ha explicado: "La piratería todavía es un crimen oportunista. Los barcos de regata son (relativamente) lentos y con un francobordo demasiado bajo, cuentan con pocas oportunidades de poder aplicar contramedidas de táctica defensiva, y por ello son considerados un objetivo fácil. Los cargueros que cuentan con una velocidad mantenida mayor, un francobordo más alto y medidas defensivas, son un objetivo más difícil. Los piratas todavía se decantan por las opciones que presenten menos resistencia".
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