VALENCIA (VP). La ciudad de Dénia enamora al visitante por distintos frentes: la bondad de su clima, su ciudad dinámica y audaz abierta al mar y su renombrada gastronomía, basada en los productos del mar. Sus gentes, acostumbradas a los visitantes, también constituyen un activo de la comarca.
Si bien la complejidad urbanística de Dénia apabulla y despista al nuevo visitante, la siempre visible referencia geográfica que constituye el Montgó nos permite guiarnos entre sectores tan distintos de la costa diánica. La costa hacia el Montgó, una montaña venerada y declarada parque natural a la que vale la pena encaramarse si se encuentran las fuerzas y no flaquea la voluntad, se hace progresivamente más y más escarpada y la arena da paso a la roca, afilada y cortante, modelada por el agua, el viento y la tozudez del paso del tiempo.
En esta zona la costa se torna escultura y las formas rocosas se exponen a los cuatro vientos; la ladera de la montaña se fragmenta y los caminos que parecÍan llevarnos a algún lugar se diluyen como el oxígeno en el agua que portan las olas. Algún restaurante singular y memorable nos abrirá sus puertas para sorprendernos y contentar no sólo nuestro estómago, sino nuestro espíritu de viajero buscador de nuevas experiencias.
Si la tierra es sorprendente, también el mar nos ofrece placeres reservados a unos pocos y los que se atreven a cruzar la frontera observarán las raíces de la montaña que, como si de un ser vivo se tratara, hinca sus raíces hacia las entrañas de la tierra y, en esa batalla, la fauna marina encuentra su máximo esplendor: meros, langostas, grandes peces de roca y abigarradas piedras cubiertas de coloridas algas son el patrimonio sumergido que encontraremos.
Para el acceso a estas playas será necesario dirigirse hacia el Club Náutico de Dénia y desde aquí hacia el sur en dirección a Les Rotes por la exigua pero encantadora carretera que serpentea entre las edificaciones. También es posible caminar por el borde del mar desde la playa de la Marineta Cassiana, disfrutando así más y mejor del paisaje que iremos encontrando.
Buen artículo. Excelente el estilo literario, felicitaciones al autor/a . Si se me permite, yo diría que la carretera de Les Rotes es más que suficiente y que las "edificaciones" (con la acepción playera/urbanística del termino)no existen. De nuevo mi enhorabuena al autor.
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