VALENCIA (VP). La ruta comienza en Requena, dentro de la comarca de La Plana de Utiel-Requena, conocida principalmente por la denominación de origen del vino y por su rica gastronomía. Además goza de un rico patrimonio histórico, como el Barrio de la Villa, declarado Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico-Artístico Nacional. Tras Requena, siguiendo el río Magro, llegamos a Utiel y, tras pasar por las localidades de Caudete de las Fuentes y Villargordo del Cabriel, nos dirigimos al parque natural de las Hoces del Cabriel, uno de los patrimonios naturales más bellos e importantes de la Comunitat Valenciana.
Requena, posee un recinto medieval, el Barrio de la Villa, cuya estructura actual fue realizada durante la época almohade, en el siglo XII y el primer tercio del siglo XIII. La Villa se asienta en una colina de toba caliza que permitió, en su día, hacer de Requena un fortín defensivo. Pasear por las calles del barrio es un ejercicio de reencuentro con la historia. Bajo la ciudad encontramos las cuevas de la Villa que fueron construidas por los árabes al horadar la toba caliza y penetrar en el subsuelo, extrayendo la arcilla y formando las bóvedas de las cuevas. Entre los diferentes usos que se le ha dado a las cuevas a lo largo de la historia destaca la utilización de los laberínticos pasadizos y estancias como refugios en las diferentes épocas de guerra, como silos para almacenar los cereales y, sin duda alguna, el uso más reciente e importante que han tenido, como bodegas de elaboración y conservación de vinos.
De Requena, y sin salir del Barrio de la Villa, declarado Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico-Artístico Nacional, podemos encontrar otra serie de monumentos y espacios de gran interés cultural tales como la Casa del Arte Mayor de la Seda, la Iglesia de San Nicolás, la Iglesia de Santa María, la Iglesia del Salvador, La Alcazaba, La Fortaleza, La Judería, el Palacio del Cid y la Torre del Homenaje.
DE REQUENA A UTIEL
Dejamos Requena por la carretera CV-450 con destino a Utiel. Por el trayecto, nos encontraremos con dos aspectos definitorios de la comarca de la Plana de Utiel-Requena: las aldeas y los campos de vid. Las aldeas que podremos ver desde la carretera son las de El Pontón, El Azagador, Derramador, Roma, Barrio Arroyo, San Antonio, San Juan y Calderón. Esos colores ocres contrastan, por otro lado, con el verde de los brotes de la vid en primavera y en verano y se combinan en otoño con el color dorado. Llegados a Utiel es imprescindible darse una vuelta por el casco antiguo, en el que se pueden contemplar las antiguas viviendas y casas solariegas en las calles de Armas, Trinidad, Enmedio, Beato Gálvez, Puerta Nueva y Amargosas, Real, Santa María y Camino y las señoriales casas de recreo como la de de Don Ángel y La Noria. Utiel posee un marcado sabor medieval con trazados que denotan su pasado árabe. Antes de salir de Utiel es, también imprescindible, acercarse por algún local hostelero a degustar la rica gastronomía y beber su vino con denominación de origen.
A la salida de Utiel tomaremos el camino de la Carrasquilla, en dirección a la casa del Renegado, para, a unos seis kilómetros, dirigirnos a nuestra derecha, hasta alcanzar Villargordo del Cabriel. A mitad de camino entre Utiel y Villargordo del Cabriel queda a la derecha, en un trayecto de ida y vuelta de unos tres kilómetros por la carretera CV-543, la villa de Caudete de las Fuentes. Esta población tiene como principal atractivo la iglesia parroquial de la Natividad de la Virgen, del siglo XVIII, y el Museo Arqueológico Municipal Luis García Ejarque. La zona donde se localiza Caudete de las Fuentes ha estado poblada desde la Edad de Bronce, tal y como certifican los yacimientos arqueológicos de los cercanos cerros de Casa Doñana y Los Villares.
Tras el paso obligado por Caudete de las Fuentes llegamos a Villargordo del Cabriel, población que gira entorno a la iglesia parroquial de San Roque. Por los alrededores de esta población, además de buenas fuentes, encontramos yacimientos arqueológicos de la Edad de Bronce en la cueva de Mulatillas, una posible necrópolis íbera en la partida del Moluengo, restos de la misma época en la cueva del Puntal del Horno Ciego, cerámicas romanas y de época medieval en la Cueva Santa y ruinas romanas en una villa rústica conocida como casa Zapata.
LAS HOCES DEL CABRIEL
Dejar Villargordo del Cabriel es cambiar el paisaje, es dejar el monocultivo de la vid para adentrarse en el bosque mediterráneo, especialmente exuberante en esta zona de la Comunitat Valenciana. Desde Villargordo del Cabriel tomaremos la carretera CV- 4661, hasta el cruce con el camino de Minglanilla, que nos llevará en dirección sur y por los pies de la sierra del Rubial a buscar el lecho del río Cabriel allá por el caserío de Tamayo. A partir de este momento nuestra ruta no dejará el río Cabriel hasta llegar a Cofrentes, lugar donde el río Cabriel se encuentra con el Júcar. Aunque desde el caserío Tamayo podemos realizar alguna ruta secundaria como la visita a la presa de Contreras, a la que se puede acceder en coche continuando por la CV-4661.
Adentrarnos en el frondoso bosque existente en la ribera del Cabriel, acompañados del incesante fluir del río, nos permite un contacto con el medio que nos colma todos los sentidos y que nos transporta a otros tiempos genuinos y originales, haciéndonos conscientes de que el único secreto de la existencia humana es la propia Naturaleza. Estos pensamientos pueden venirse abajo cuando llegamos a la zona de Los Cuchillos. La Naturaleza, en este caso, deja de ser un remanso de paz y muestra su lado más afilado y peligroso, aunque no por ello menos bello.
Tras Los Cuchillos, llegamos al pequeño valle de Fonseca y, tras este punto, ya hemos dejado atrás lugares con una toponimia curiosa y significativa como El Escalón, peña del Carcachal, el cerro de las Cuevas, Rabo de la Sartén, Lasas Hoyuelas, Hoz de Vicente, el cerro del Purgatorio, El Purgatorio, el corral de Riscas, El Quemado, Tollo del Hombre, cerro Gordo, cerro de la Hoya del Anguí o cumbre Hermosa.
En este punto nos encontramos, siguiendo la ribera del Cabriel, con el puente de Vadocañas. Este puente, construido en la segunda mitad del siglo XVI y principios del XVII, era la vía de comunicación entre la población de Iniesta y los caminos de Andalucía y Castilla con las tierras valencianas, aprovechando una antigua vía romana.
Una vez en la localidad de Vadocañas el desfiladero del río se suaviza. Después del puente regresan los meandros y el cañón ya no mostrará paredes tan vertiginosas como en la pasada hoz de Vicente. Este hecho ha permitido, a lo largo de la historia, asentamientos como viviendas, aldeas e infraestructuras de aprovechamiento de las aguas del Cabriel.
En la aldea de Casas del Río se encuentra la única noria en funcionamiento de la Comunitat Valenciana, regando, actualmente, la partida o paraje denominado Rinconada de Muñoz, con una superficie de regadío de 19 hectáreas. La noria tuvo su última restauración en el año 2001. Su diámetro es de 9,60 metros, tiene 20 radios a cada lado, el eje central es de hierro, con un diámetro de 19 centímetros, y está rodeado por una corona de madera de 130 centímetros. de diámetro.
Si se desea realizar la ruta a mediados de agosto cabe recordar que las fiestas patronales de Casas del Río se celebran el 15 de agosto. Otro atractivo que ofrece esta aldea es la visita a la iglesia parroquial de San Antonio de Padua, construida en 1893, en la que podemos encontrar en la fachada y en cerámica, la representación de los inicios de la aldea, así como la construcción de la noria por los moriscos. Tras el paso por la noria continuamos nuestro recorrido por la ribera del Cabriel hasta Cofrentes, aunque, en este lugar del camino, hace rato que hemos dejado la grandiosidad del parque natural de las Hoces del Cabriel, los elevados riscos, las choperas, los pinares, los almendros y la sensación de transitar por tierra virgen.
Aún así, el río sigue su curso generando posibilidades de vida para los humanos. Por ello, en este tramo del recorrido, encontramos la casa de Penan, el saltó hidroeléctrico de Cofrentes, las Casas de Alcance, el balneario modernista Hervideros de Cofrentes (restaurado recientemente y catalogado como uno de los mejores centros termales de España) y la villa de Cofrentes. El río Cabriel nos demuestra, una vez más, antes de despedirnos de él, que es fuente de vida inacabable.
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