Un cordón litoral de bolos, gravas y cantos forma la extensa serie de playas que cierran por el mar la desconocida marjalería del Prat de Cabanes-Torreblanca, también conocido como el Prat d´Albalat dels Ànecs.
Las largos zonas de bolos parecen disuadir al turista de acceder a la costa, se trata de una pequeña prueba tras la cual, tan sólo se saboreará y valorará mejor el paraíso natural que Torre de la Sal esconde. Una vez adentrados en la playa el bañista puede conocer uno de los espacios costeros más recónditos y singulares de la geografía valenciana. Un disfrute para los amantes de la naturaleza. El premio es la observación de la fauna acuática propia de las zonas húmedas y simultáneamente avifauna marina en un entorno de largas extensiones vírgenes donde el fragor de las olas rompiendo contra la barrera de bolos será el único sonido audible en la travesía, pareciendohaber llegado, así, auna remota cita costera.
La arena y la grava se entremezclan en su superficie a lo largo de esta playa. En su entorno destacan cuatro torres de defensa, entre las que sobresale la que lleva su nombre, Torre la Sal, que está rodeada de un pequeño bosque de eucaliptos. La limpieza de sus aguas ha propiciado que se instale en ella un Centro de Investigaciones Biológicas Marinas.
Charranes, gaviotas, garzas o una de las especies más emblemáticas del Prat: el aguilucho cenizo; son los únicos testicos de la marisma del Prat de Cabanes. Como una pequeña isla en un entorno despoblado se encuentra la pequeña población de Torre la Sal.
Se trata de una antigua colonia de pescadores, ahora convertida en pequeño enclave de visita obligada y en el que reponer fuerzas en alguno de los escasos aunque singulares bares de la zona. En las poblaciones cercanas al Parque Natural se puede saborear la cocina típica del litoral mediterráneo. Son de gran interés los platos a base de pescado o marisco y, por supuesto, la excelente variedad de arroces. El visitante tiene la opción de degustar los diferentes tipos de paella, o bien, puede elegir entre otras sugerencias menos conocidas de los restauradores.
El nombre de Torre la Sal proviene de la torre de vigilancia de planta cuadrada, testigo de episodios no tan remotos, de razias y escaramuzas con los piratas berberiscos que en otros tiempos visitaban la zona. El acceso al área puede realizarse por la población de Torreblanca o bien por el sur desde Oropesa del Mar y Cabanes. Si se accede por el sector sur puede realizarse una visita al centro de interpretación del parque natural donde se consigue una visión más completa de los numerosos valores que el Prat de Cabanes- Torreblanca atesora.
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