BARCELONA (EFE). Un estudio realizado por la Asociación de Economía de la Salud (AES) ha certificado que el objetivo del Ministerio de Sanidad de prohibir fumar en todos los bares y restaurantes no tendrá ningún coste económico, como tampoco lo han tenido las medidas regulatorias de la actual Ley del Tabaco.
En base a los datos de la Federación Española de Hostelería, del Instituto Nacional de Estadística, de los ministerios de Industria y de Trabajo, y de la Seguridad Social, la ley 28/2005 de medidas sanitarias frente al tabaquismo "no ha provocado ningún cambio negativo sobre las tendencias pasadas del sector hostelero".
En el subsector de establecimientos de comidas y bebidas, el empleo y la facturación han seguido creciendo, con 46.980 nuevos puestos de trabajo y más de 2.200 millones de euros en 2006 con respecto a 2005. En 2007, el incremento de contrataciones fue de 39.280.
Los representantes de la Federación Española de Hostelería auguraron la pérdida de 20.000 puestos de trabajo cuando en 2005 comparecieron en el Congresos para frenar las restricciones.
En España, el 1 de enero de 2006 entró en vigor la Ley 28/2005 de medidas sanitarias frente al tabaquismo, que prohíbe fumar en centros y lugares de trabajo, así como en establecimientos de hostelería y restauración cerrados con una superficie superior a 100 metros cuadrados, a no ser que se habiliten zonas para no fumadores.
El informe, coordinado por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Politécnica de Cartagena, Ángel López Nicolás, y redactado por los profesores Jaime Pinilla y Miguel Ángel Negrín, analiza los gastos en comidas y bebidas fuera del hogar de las familias residentes en Cataluña, la comunidad que registra un mayor número de locales libres de humo.
En esta autonomía, entre 2006 y 2007 aumentó más de un 5% este gasto, tres veces más que el incremento del gasto de las familias madrileñas (1,5%) y tres puntos más que la media nacional.
En el caso de los establecimientos de comida rápida, en un 80% de los cuales se prohíbe fumar, el crecimiento medio de su facturación es del 3% anual en toda España.
Los aeropuertos han quedado libres de humo gracias a la nueva ley, pero esta circunstancia no ha supuesto una caída en la facturación de sus servicios de restauración puesto que el gasto por pasajero se incrementó a un ritmo de entre el 10% y el 12% en los años siguientes a la aplicación de la ley, según este informe, elaborado en el marco de la colaboración de la AES con el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo.
El estudio recoge la experiencia de otros países para afirmar: "no encontramos base empírica para afirmar que los españoles vayan a reducir su frecuentación a bares y restaurantes en el caso de que se amplíe la ley hasta la prohibición total de consumo (de tabaco) en lugares de ocio y restauración".
Irlanda fue uno de los países pioneros de la Unión Europea en aprobar la prohibición total del consumo de tabaco en lugares públicos y, tras años de aplicación de su ley, los datos del sector hostelero irlandés no muestra efectos económicos adversos.
Así, entre 2003 y 2007 el número de personas ocupadas en el sector hostelero irlandés aumentó en un 13,7% (la ley entró en vigor en marzo de 2004), y entre 2004 y 2005 el 87,7% del gasto semanal en cervezas de las familias irlandesas se realizó fuera de casa.
El informe también ha analizado las consecuencias económicas de las prohibiciones sobre el tabaco en países como Noruega, Italia, Inglaterra, Escocia y Gales, en donde se constata "un patrón general de aumentos en la intención de frecuentación (bares y restaurantes) de los que valoran el aire sin humo que más que compensa la reducción en la intención de frecuentación de los que valoran más poder fumar".
Por contra, estos economistas de la salud aseguran que, en base a las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la actual ley "ha defraudado a los españoles, en especial a los no fumadores", que representan el 70% de la población.
Según estos datos, en 2005, el 17,8% de los fumadores, el 36,5% de los ex fumadores y el 50,8% de los nunca fumadores, percibían la ley como muy buena, mientras que en 2008 esta valoración cayó: el 12,1% de los fumadores, el 20,7% de los ex fumadores y sólo el 20,3% de los nunca fumadores consideran la ley como muy buena.
En cambio, leyes más estrictas que la española incrementaron el apoyo ciudadano, como en Francia, que pasó del 67% en 2007 al 83%, después de la prohibición de fumar en la hostelería en 2008.
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