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VALENCIA (EFE). El Valencia ha repetido con David Villa la historia de hace veinticinco años con Roberto Fernández, cuando este jugador fue traspaso al club catalán para aliviar los problemas económicos del club valenciano y en un momento en el que el aficionado prefería que el jugador se hubiera quedad.

La diferencia principal entre ambos casos estriba en que aquel traspaso se produjo en el momento en que el Valencia acababa de descender a Segunda División y ahora el equipo ha acabado la Liga en tercera posición y clasificado para la próxima Liga de Campeones.

En aquellas ocasión, tras cuatro campañas en el Barcelona, en las que conquistó varios títulos y como internacional disputó el Mundial de Italia 90, regresó a la que había sido su casa.

Mientras el traspaso de Villa ha supuesto un ingreso confirmado por el Valencia de cuarenta millones de euros, el de Roberto, en 1986, fue de 600.000 (cien millones de pesetas).

En esta historia de marchas de valencianistas al club catalán hay otros cinco precedentes y el más reciente es el del centrocampista Gerard López por el que el Barcelona llegó a pagar 3.500 millones de pesetas (21 millones de euros) en 2000.

El primero en esta lista fue Domingo Torredeflot en los años treinta, mientras que tras la guerra civil los que emigraron fueron Ignacio Llácer y Vicente Sierra y más tarde, en la década de los sesenta, fue el guardameta José Manuel Pesudo.