BARCELONA (EP). La Seda de Barcelona deberá devolver en siete años los créditos que le ha concedido la Generalitat de Cataluña en este última etapa de reestructuración -dos préstamos de 15 millones cada uno- y suma un total de 50 millones en ayudas, también del Gobierno, según ha explicado el presidente de la compañía, Carlos Moreira da Silva.
Tras la junta general de accionistas celebrada ayer miércoles, Moreira ha comentado que, tras conseguir alejar el fantasma de la bancarrota de la mano de ajustes y créditos en momentos clave, este 2011 toca esperar que las cosas salgan bien para zanjar un periodo muy difícil.
Según él, la química catalana ha hecho un cambio importante y la producción de las plantas va según lo previsto, y atrás queda cuando la planta de El Prat quedó paralizada por la falta de recursos y liquidez y fue el Instituto Catalán de Finanzas (ICF), brazo inversor del Govern, quien salió en su auxilio para retomar la actividad.
Sobre el apoyo del Govern, un portavoz de los minoritarios ha explicado también tras la junta que pedirán por carta explicaciones a la Conselleria de Economía porque ningún representante del ICF ha acudido a la convocatoria de junta.
Además, elevan la cifra de recursos inyectados en La Seda por parte de la Generalitat a 51 millones de euros, más el porcentaje que conserven del capital social que compraron al acudir a la ampliación del pasado año.
Los pequeños accionistas han lamentado esta ausencia porque consideran que el Govern debería estar presente cuando han "metido tanto dinero" para salvar la compañía, algo que ellos celebran, puesto que garantizan empleos y producción.
En la junta, que esta vez se ha celebrado en Barcelona y no en la sede de El Prat de Llobregat, se han aprobado las cuentas de 2010 -con pérdidas de 85 millones, un 82% menos- y se ha ratificado el nombramiento de tres consejeros independientes, la reelección de José Luis Morlanes como consejero y la designación de Miquel Roca como presidente de la junta.
Precisamente, los minoritarios han criticado de nuevo este último nombramiento porque no ven necesaria esta figura -Roca cobrará 60.000 euros brutos anuales, según ellos- y critican que La Seda lo justifique para demostrar más transparencia cuando es de esperar que la haya.
DESINVERSIONES EN CARTERA
Este miércoles la química catalana ha comunicado la venta de la planta de PET Artenius Portugal, localizada en Portalegre, a Control PET, sociedad participada por Imatosgil y Banco Espirito Santo, por unos 5,6 millones.
Según Moreira, todavía quedan activos no estratégicos para vender en la cartera de la multinacional, que diseñó un duro plan de ajuste para garantizar su supervivencia tras la época gloriosa de adquisiciones bajo la tutela de su ex presidente Rafael Español.
Entre estos activos -cuya venta no se prevé para este año- figuran la planta de Simpe, la de IQUA de Tarragona y otra de Sines, en Portugal.
Sobre las querellas y denuncias en curso contra ex gestores de la compañía por supuestas irregularidades, Moreira ha evitado pronunciarse a la espera de su resolución.
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