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BARCELONA (EP). La conversión de Indo de empresa industrial a comercial se halla ya en su recta final y esta transformación habrá supuesto pasar de unas ventas consolidadas de 142 millones y una plantilla total de 1.767 empleados en 2007 a unas ventas de 56 millones y una plantilla de 430 personas en 2011, unas 1.300 menos.

La dirección de Indo, en concurso de acreedores desde junio de 2010, ha repasado estas cifras en la junta general de accionistas celebrada este lunes, en la que también se ha detallado la evolución de las medidas del plan de viabilidad adoptado para superar la situación.

La transformación del fabricante de gafas y monturas ha conllevado el cierre de todos los centros productivos, tanto nacionales como internacionales; la concentración de laboratorios de lentes en uno sólo modernizado y automatizado y el cierre de todas las filiales extranjeras deficitarias, como de Francia e Italia.

Según ha explicado el presidente ejecutivo de Indo, Juan Casaponsa, todas las medidas aprobadas culminarán el próximo diciembre con el cierre definitivo del laboratorio de Valencia, que implicará la concentración de producción de lentes en el centro de El Papiol (Barcelona).

La reorganización de Indo durante estos meses ha supuesto a su vez liquidar la filial Inviva; la venta de las tiendas tipo Optifactory, ubicadas en espacios "outlet", a la cadena Alain Afflelou; la venta de Vistamax y la venta o cierre de las 27 tiendas de las cadenas pertenecientes a las sociedades Novolent y Eurooptica.

En junio, Indo firmó la venta de la fábrica de Tailandia a la americana Vision Ease, y ahora la compañía, con la intención de seguir reduciendo costes, está negociando una reducción de sueldos.

Indo espera que este acuerdo -el diálogo para aprobar esta medida expira el 6 de julio- genere una disminución de la masa salarial de un 8%, afectando de forma diferente a distintos tramos de compensación.

Además, la compañía catalana está renegociando el contrato de alquiler de la sede social de Sant Cugat del Vallès, ya que la reducción de la plantilla requiere menos metros cuadrados de oficina, y habrá supuesto un ahorro en base anual de en torno a 750.000 euros.