-¿Llegado este momento del año -con las vacaciones acercándose- es momento de deshacer posiciones para disfrutar de un verano tranquilo?
-Bueno, verano tranquilo para el que pueda. Al final, si estás en este sector, salvo que no tengas bajo tu responsabilidad carteras, tranquilo no estás nunca. Personalmente, más que por estacionalidad actuaría de cara al verano, valorando mucho la volatilidad y la incertidumbre de los mercados. Estamos en un momento donde toda plusvalía es más que buena y si se hace líquida mejor aún. Creo que más que nunca hay que mantener la cautela. De momento, habrá que esperar a la reunión del BCE del mes que viene para ver si decide elevar los tipos o no -ya hemos visto que de momento los mantiene al 1,25%-; también habrá que ver si prosiguen las dudas sobre la restructuración de la deuda griega; sin olvidarnos de Portugal e Irlanda; así de ver cómo evolucionaran los problemas internos de nuestro país. Por lo tanto, para los pocos días que tenemos para desconectar mínimamente de los mercados, hacer efectivas las plusvalías y cerrar posiciones en valores dudosos me parece interesante y nada descabechado. Lógicamente intentando aprovechar los rebotes para llevarlo a cabo y más si tenemos en cuenta que llevamos bastante días y no sería descartable un ligero rebote de recuperación.
-¿Qué valores debería tener todo aquel inversor que no quiera correr riesgos innecesarios propios de una época donde el volumen cae en picado?
-Todo inversor sabe que la renta variable es riesgo y que lógicamente en una coyuntura como la actual, éste es más elevado aún si cabe. Tras un 2010 en el que las tensiones de deuda en los países periféricos terminaron por descorrelacionar los mercados y donde se produjo una fuerte dicotomía entre aquellas economías más avanzadas, con fundamentales más fuertes, y aquellas otras lastradas por la debilidad de su crecimiento y el encarecimiento de la financiación de sus estados, nos encontramos con un 2011 donde, aunque con ciertas mejorías, parece que todavía a día de hoy siguen sin resolverse definitivamente los problemas. Este escenario no aporta como es lógico ninguna tranquilidad a las bolsas y merma la confianza de los inversores por lo que consecuentemente, observamos cómo día a día los volúmenes mantienen niveles cada vez menores. Por todo esto, creo que se deberían mantener valores con fortaleza, líquidos y representativos de compañías estables y evitar aquellos con baja capitalización, propenso a situaciones de incertidumbre y los famosos 'chicharros'. Con esto, destacaría a nivel nacional, Santander, BBVA, Repsol, Gas, OHL, Ferrovial y en europeos Deutsche Bank, BNP, Vivendi, AXA, Volkswagen y Alstom.
-La prima de riesgo vuelve a dispararse, ¿se recrudece la desconfianza sobre la economía española?
-Aunque a principios de año las dudas sobre la sostenibilidad dieron un respiro a España a raíz de la aplicación de una serie de medidas estructurales de reducción del déficit, provocando el alejamiento del grupo de Grecia, Portugal e Irlanda, las tensiones hacen acto de presencia otra vez. De nuevo parece volver a la memoria de los inversores la realidad de la economía española, inmersa aún en una situación de estancamiento con un ligerísimo crecimiento del PIB y con una constante destrucción de empleo, principal escollo de esta situación económica. Y si, además, sumamos los problemas en las negociaciones entre sindicatos y patronal, tenemos el cocktail perfecto para que la prima de riesgo esté a estos niveles. Frente a este crecimiento insuficiente, pienso que el oxígeno vendrá por un lado por las exportaciones y la industria que de momento están siendo los mejores aliados de nuestro PIB y el turismo que en breve se unirá a ellos. Lo que parece no estar descontando la prima de riesgo es el hecho de que a estas alturas España ha emitido ya más de la mitad de sus necesidad de financiación. En cualquier caso, la resolución del problema griego debería tranquilizar los mercados y relajar la prima de riesgo de España.
-Si el BCE sube los tipos en julio, ¿será mérito de Alemania o por demérito de la marcha de la economía de la Eurozona?
-Yo creo que es un compendio de ambos. Como comentaba anteriormente, la situación aunque lejos de estar en su punto más crítico, sigue sin resolverse satisfactoriamente para todos y de forma definitiva. Frente a los graves problemas de financiación de determinados estados y especialmente de Grecia, las autoridades parecen estar desbordadas. Además, y contraviniendo la tendencia vivida hasta ahora, observamos como en los resultados empresariales de este primer trimestre aparecen las primeras revisiones de estimaciones a la baja de expectativas, fundamentalmente en Europa. Los problemas son cada vez más complejos y la toma de decisiones conjunta se torna casi imposible teniendo en cuenta que en esta tesitura los intereses particulares afloran más rápidamente en el seno de la Unión Europea. Una Europa en la que nos guste o no Alemania ha tenido -y tiene- un protagonismo fundamental, y donde no cabe duda de que sus inyecciones de capital le otorgan un mayor peso en el consejo. Ciertamente que una subida de tipos le es más beneficiosa a Alemania, todo lo contrario que a los países con problemas de financiación, véase periféricos (Grecia, Portugal, Irlanda y España). Pero, además, no debemos olvidar al sector bancario, que se vería beneficiado por una subida de tipos en detrimento de las rentas disponibles que se verían reducidas. Por lo tanto, y ante este escenario, vamos a tener que hacer mejor nuestros deberes si no queremos que Alemania nos 'regale' una subida de tipos en julio.
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