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Ángeles Fuertes: "Para ser buen empresario sobre todo hace falta sentido común"

Plaza Privada / MARÍA COSTA. 15/05/2010

VILAMARXANT. Pájaros, grillos, silencio, plantas autóctonas y cientos de hectáreas de naranjos rodean Más de Canicattí, (Villamarxant), una vieja masia convertida en un 'Relaise Chateaux' donde puedes encontrar empresarios, políticos y artistas en el más absoluto anonimato. Angeles Fuertes es la dueña de este oasis fruto de una vieja ambición: volver a su tierra natal, Valencia. Suiza le proporcionó las posibilidades, los idiomas y los contactos, pero se quedó con su juventud. Es perfeccionista ("en sitios como éste la perfección es la norma"). Le cuesta delegar ("sigo llevando las cuentas, pero observo que mi equipo cada día lo hace mejor"). Al frente de la dirección del hotel está su hija. Se relaja leyendo y dando paseos con su perra, Lisa.

-¿Vivir aquí es estar en un sueño?
-Ahora ya no vivo aquí. Hace un tiempo decidí que no podía vivir y trabajar en el mismo sitio porque nunca descansaba.

-¿Y optó por el stress valenciano?
-Sí, una se acostumbra a todo.

-Mas de Canicattí fue fruto ¿de...?
-Las ganas de volver a Valencia cuando vivía en Suiza. Soy de Alzira. Mi familia ha estado vinculada al mundo agrícola y a las naranjas con una empresa de exportación de cítricos en Suiza, pero siempre supe que quería volver a resprar el azahar. Empecé con mi marido comprando tierras y construyendo la masía, acabé el proyecto sola.

-¿De ama de casa a empresaria?
-Estudié Derecho, pero es cierto que cuando me casé olvidé la carrera y me centré en el hogar. Cuando decidí dar el paso y convertir esta masía en un hotel especial con encanto di los primeros pasos profesionales. Estudié, busqué colaboración de expertos, tuve mucho apoyo y la suerte de entrar a formar parte de la asociación Relaise Chateaux que se gestó en los 50 con la misión de crear la ruta hotelera de la felicidad. Son hoteles con calidad, calma, excelencia, buena cocina, máxima atención al cliente y donde la propiedad está implicada en el proyecto.

-¿Qué ha aprendido estos años como empresaria?
-Muchas cosas, pero sobre todo que para ser una buena empresaria lo único que se necesita es aplicar el sentido común.

-¿Por qué un nombre italiano para una masía valenciana?
-La finca se llamaba Canicattí. Era una finca de secano cuando empezamos a comprar tierras, aunque con una gran balsa de agua. Es una vaguada que mira al sureste con un microclima útil para los cultivos.

-¿Fue una gran inversión?
-Sí, demasiada, pero ha valido la pena.

-¿Qué hacen con tantas hectáreas de naranjos?
-Las vendemos, pero pusimos en marcha hace unos años un balneario centrado en las bondades y propiedades de la naranja. Somos especialistas en tratamientos de cítricos.

-¿Qué no volvería a repetir?
-Volvería a hacer lo mismo.

-¿Qué aconseja a la juventud a la hora de emprender negocios como el suyo?
-Hace dos años tuve que reducir la plantilla a la mitad. De 60 personas pasamos a 27. En estos momentos la clave es dar lo mismo con menos personal, e innovar. El secreto está ahí. Actualmente y debido a la Copa América hay un exceso de oferta y por tanto una competitividad salvaje en precio. A empresas como la mía, más independiente, nos coloca en una difícil situación.

-¿Es caro pasar una noche aquí?
-No. También depende de si acudes directamente o a través de un intermediario, así como de la época del año.. Digamos que suele rondar entre 160 y 200 euros la noche.

-¿Con tantas prisas hay tiempo para el relax?
-Sí. Los clientes desde que entran en coche por la cancela hasta que llegan a la casa, y recorren más de un kilómetro, sienten el silencio y la paz de los naranjos.

-¿De dónde proceden sus principales clientes?
-Han evolucionado. Entre los españoles al principio venían más madrileños y ahora valencianos. De Europa lo que más llega ahora son franceses, suizos y alemanes.

-¿Duerme muy a menudo en su hotel?
-Un mes al año por lo menos.

-¿Y vienen muchos famosos?
-Algunos, pero los que vienen buscan intimidad. Ha dormido alguna vez Cayetano Martínez de Irujo, Rosario Flores, Malu, Norma Duval, algunos políticos...

-¿Cuando viaja es más crítica con los hoteles de la competencia que con el suyo?
-No, soy muy crítica con el mío. En este tipo de negocio no te puedes dormir y más cuando la filosofía de trabajo es la excelencia.

-¿Su hotel preferido?
-Un hotel donde me miré como espejo es Mas de Torrent, en Girona. Una masía del siglo XVII con una belleza especial.

-¿A qué piensa dedicarse cuando se jubile?
-No me pienso jubilar porque me cuesta. Mi vida actualmente es más calmada. Leo, camino con mi perra Lisa, pero ya no juego al golf, ni al tenis, ni voy en bicicleta.

 

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