LOS ANGELES (Alba Porras). Demi Moore es como el vino, que mejora con los años, o podríamos llamar a este el misterioso caso de Benjamin-Demi Moore-Button porque esta actriz consigue estar a los 40 mejor que a los 20. Tal vez el amor de Aston Kutcher sean las vitaminas de juventud para Demi Moore pero nos gustaría analizar con detenimiento la transformación de una veinteañera envejecida a una auténtica mamá sexy.
Con ejemplos como este nos hacemos una idea de por qué se comenta que cuánto daño hizo a la moda los 80 y los 90. La imagen habla por sí sola y dice: "Válgame el cielo, qué horror". Mención aparte merece el 'modelito' que lleva aquí la reina del glamour ochentero. Todavía estamos tratando de averiguar qué quiere decir esa camiseta con una raja en el ombligo. Tal vez ese agujero sea la sonrisa y los ojos (saltones por cierto), los pechos.
Ir sin sujetador es apropiado si llevas una pieza de escote prominente pero en este caso, que el escote (incomprensiblemente) está en el ombligo NO HAY NECESIDAD. Resulta chavacano y puede que al final de la noche acabes taladrando la camiseta. Si tenías frío, podrías haberte tapado con esa ¿camisa? de estampado indescifrable que llevabas anudada a la cintura.
Nos gustaría pensar que al salir de esa fiesta, que esperemos fuera de disfraces, hubieras cogido un bidón de gasolina y una cerilla y quemaras semejante atuendo hasta que no quedasen ni las cenizas de ese atentado contra la moda. La chica no es fea, pero por eso mismo no se entiende por qué lleva la cara encendida como si acabara de salir de una limpieza de cutis. Lo peor de todo es que seguro que Demi pensaría que iba mona.
No se sabe qué es peor, si el pelito pixie estilo Justin Bieber que llevaba en la película Ghost o este auténtico 'quiero-y-no-puedo ser un peinado de la Movida Madrileña'. Quiere ser alocado pero se queda por el camino... quiere estar rizado... y la conclusión que sacamos es que se queda en un look-fregona que encima le hace cara de pan. No dabas ni una.
Pero de repente todo cambió. No sabemos si porque junto al tazón de cereales desayunaba colágeno, pero lo cierto es que gracias o no a los retoques, ahora está radiante y fabulosa. Queremos agradecer de todo corazón a ese estilista anónimo que un día apostó por la belleza de esta actriz y en demostración al más puro estilo My Fair Lady cogió a una Teniente O'Neill y la transformó en la bella madurita de hoy en día.
Demi, vive el presente y no hagas caso de lo que dicen, que en tu caso 'cualquier tiempo pasado NO fue mejor'.
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