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El entuerto del Nou Mestalla que lo arregle la alcaldesa

EL BROKER ENMASCARADO. 13/05/2011

VALENCIA. Qué duro debe ser para el presidente del Valencia CF SAD, el señor Llorente, pasar por la Avenida de las Cortes Valencianas. Me hago cargo. ¿Y qué me dicen del accionista mayoritario? el presidente de la Fundación VCF, el señor Piles. No puede mirar a su paso, seguro. ¿Y el presidente de Bancaja? el mayor acreedor financiero del club, señor Olivas. Dicen que pasa más tiempo en Madrid que en Valencia para evitar cruzar la mirada con tan fastuosa obra. Menos mal que siempre queda el consuelo del chairman.

Duro, muy duro. Yo diría agónico. Y mira que los objetivos del club, todos, pasaban de una y otra forma por la finalización de las obras de Nou Mestalla. Pero más de 24 meses después los resultados son decepcionantes.

Cuánto tiempo invertido por CB Richard Ellis. La mejor para el mejor proyecto de venta. En su newsletter rezaba: "Un equipo multidisciplinar formado por expertos del área de Cross Border, Arquitectura, Consultoría y junto con el apoyo de la red internacional de oficinas de CBRE, llevará a cabo un estudio de viabilidad, definición de usos óptimos, definición del proyecto y posterior venta del proyecto a nivel internacional".

Pero seis meses más tarde, la firma del contrato con estos expertos inmobiliarios algo parecía no funcionar. Otro newsletter de la compañía volvía a rezar: "Tras concluir el pasado mes de junio el mandato de comercialización de las parcelas donde se ubica el campo de fútbol de Mestalla, el estadio del Valencia C.F., CB Richard Ellis ha renovado el mandato durante seis meses más, trabajando conjuntamente con otros agentes y coordinando la comercialización".

EL SUEÑO DE LOS JUSTOS

Veinticuatro meses después nada se sabe de estos sabios de los inmuebles. Y el campo durmiendo el sueño de los justos. Y es que con la construcción de los estadios hay que tener mucho cuidado. De tabla de salvación a carga insoportable sólo existe un paso. En Londres, recientemente, han podido sufrir unos y disfrutar otros las consecuencias de la construcción de un estadio.

Por un lado, el Emirates Stadium, como magnífico ejemplo del diseño, ejecución y puesta en funcionamiento de un campo que ha venido a aportar un salto cuantitativo y cualitativo en las finanzas del Arsenal FC y, por otro, el agujero negro de la Federación Inglesa de Fútbol y su novel Wembley Stadium. Una construcción valorada en 1.000 millones de euros. Que ahí es nada.

Pero por desgracia existen muchos ejemplos similares a Nou Mestalla. Sólo por citar algunos, vale la pena mencionar a los dos mejores estadios del mundo para la práctica del fútbol (The Times, 2009). El Veltins Arena de nuestro recordado Schalke 04, y el mítico Westfalenstadion, hoy conocido como Signal Iduna Park, del Borussia Dortmund.

Sin duda, dos increíbles estadios como he podido comprobar este mismo año, que distintos motivos han estado a punto de llevarse por delante estos históricos clubs europeos.

MALOS EJEMPLOS

A principios de la década del 2000, los dirigentes del Borussia tenían claro que el éxito en el fútbol debía de comprarse (les suena). Así, se embarcaron en la construcción de un nuevo estadio, más una salida a bolsa para captar capital fresco. Todo ello adornado con un gasto de nuevos jugadores estratosférico. El desenlace estaba claro: la casi cantada desaparición.

En una huida hacia adelante, los anteriores dirigentes venderían el 51% del estadio a Molsiris Real Estate Investment Fund a cambio de unos asfixiantes alquileres. La situación financiera llegó a ser tan mala que el propio Bayern Munich se ofrecería para salvar al histórico Borussia Dortmund (se lo imaginan ustedes aquí).

Sólo la llegada de nuevos gestores en 2005, con ideas claras y planes de reestructuración creíbles (les suena), fueron capaces de enderezar el rumbo dando lugar a la conquista, esta misma temporada, de la Budesliga.

En junio de 2006 se refinanciaría la deuda a corto plazo por otra a un plazo de 15 años. Se recompararía el 51% del Signal Iduna Park al fondo de inmobiliario. Se firmaría un magnífico 'namings rights' para el estadio y un nuevo sponsor para la camiseta.

UNA SORPRESA MUNICIPAL

El Shalke 04 también atravesaría su propio calvario a raíz de la construcción del nuevo campo de fútbol. Más de 20 millones de euros en interés de financiación. Aquí la solución a los problemas financieros con una exorbitante deuda fue muy interesante (atentos).

En octubre de 2009, el club minero acordó la venta, con posibilidad posterior de recompra a 10 años, del 50% de la propiedad del estadio a una empresa pública del ayuntamiento de Gelsenkirchen. Una especie de parking transitorio a la espera de los resultados del plan de choque para la gestión financiera del club del nuevo equipo gestor.

Unido a lo anterior, recientemente llegaba a mis manos el documento de trabajo, 'The Impact of New Football Stadia on Property Prices in London'. Pasaré directamente a sus conclusiones: los estadios de fútbol deberían ser pagados, en una parte muy significativa, por las autoridades públicas ya que generan en los alrededores de la construcción una riqueza de la que se beneficia sobre todo las arcas públicas.

Quizá es el momento, ahora en campaña electoral, para que nuestra alcaldesa nos sorprenda una vez más.

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(Para consultar los artículos publicados de El Broker Enmascarado pinchar aquí)

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1 comentario

Antonio escribió
29/05/2011 23:50

Pues no, amigo. Yo me niego a meter ni un euro de dinero público (de mi dinero, vaya) en un pufo como ese. El derecho a quebrar y todo eso...

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