VALENCIA. La compra de un club de futbol, aunque considerándose desde el punto de vista financiero una operación empresarial más, debe tener en consideración la voluntad de los accionistas minoritarios, el beneplácito de los aficionados, la comprensión de los acreedores y el respaldo del entorno. Solo con estos ingredientes, correctamente aderezados, se puede garantizar el éxito en estos "negocios de pasión".
Pero si los ingredientes son conocidos, ¿por qué una vez tras otra los compradores de acciones del Valencia CF SAD fracasan tan estrepitosamenteal cuando han intentado adquirir una mayoría accionarial de control? El último ejemplo, pero no único, el de la Fundación VCF (Bancaja-Generalitat).
Con anterioridad, otros como Paco Roig, Juan Bautista Soler, Vicente Soriano y Dalport, también pasaron a formar parte de la historia societaria más lúgubre de nuestro club. Quizá mañana, la Plataforma Nou Valencia u otros candidatos cometan los mismos errores.
Yo, si me lo permiten, les propondría las siguientes cinco recomendaciones a los hipotéticos interesados en adquirir el club:
Primera. Historia y tradición
Los compradores deben demostrar que conocen lo que compran. No crean que es baladí esto que les digo. El club tiene una herencia labrada a lo largo de su historia. Su propio espíritu. Solo aquel que respete las señas de identidad del club lograraá el respeto de los aficionados y, por extensión, de los accionistas minoritarios.
Primera conclusión: al que quiera comprar el Valencia CF SAD hay que exigirle buena fe, compromiso con todo lo que representa el club, garante -en el sentido más amplio del término-, de la entidad en el largo plazo y responsabilidad en su gestión.
Segunda. El dinero
La historia más reciente de compras apalancadas, con deuda, de clubes de futbol, con su máximo exponente en la familia Glazer (propietaria del Manchester United), ha traído consigo un descrédito insalvable frente a los aficionados. Es muy difícil separar la situación financiera del comprador del club de la del propio club.
El propietario suele tener la tentación, porque muchas veces no encuentra otra salida, de utilizar la generación de recursos del club para luego vía dividendos o facturas de gestión trasladar beneficios a sus propias empresas o patrimonio para compensar el coste financiero de la deuda.
A mayor endeudamiento para adquirir el club, mayor será el potencial desvío de beneficios desde el club, lo que siempre impactará en la parcela deportiva (menos fichajes, menos inversión en cantera... )
Conclusión: el que quiera comprar el Valencia CF SAD, que lo pague con su dinero, con su patrimonio, y además, no utilice bajo ningún concepto el recurso al endeudamiento excesivo que ponga en peligro la estabilidad del adquiriente y del propio club.
Tercera. Las minorías son necesarias y saludables
Y bien entendidas, ayudan a gestionar el club. Por desgracia, los compradores con capacidad financiera para acometer una inversión de este calibre suelen mostrar un absoluto desprecio por los accionistas minoritarios jugando, en la mayoría de casos, con sus propios sentimientos hacia el club. Siempre confunden la critica (constructiva o no) hacia la gestión del club, con la critica al propio club. Nada más lejos de la realidad.
Conclusión: el que quiera comprar el Valencia CF SAD debe otorgar voz y voto, incluso con capacidad de veto en algunas circunstancias, a los accionistas minoritarios. Esta garantía debe quedar recogida en los estatutos del club.
Cuarta. El entretenimiento deportivo
Hoy en día el futbol se ha convertido en la base del negocio del entretenimiento deportivo por excelencia. El comprador debe entender el futbol como un todo (deporte+negocio) y no solo como una parte (deporte). Las últimas compras norteamericanas en la Premier League van esa indiscutible dirección (KSE en Arsenal, Fenway en Liverpool,...).
Conclusión: el que quiera comprar el Valencia CF SAD debe aportar capacidad y talento en la gestión del entretenimiento deportivo para merecer la oportunidad de dirigir a nuestro club.
Y quinta. La transparencia
Las empresas gestoras de clubes de fútbol están configuradas en la actualidad como sociedades complejas, con múltiples filiales y participadas, en sectores diversos. Desgraciadamente, observamos cómo unido a la opacidad habitual de los propietarios y gestores de los clubes de futbol, esta multiplicidad de estructuras hace muy difícil la correcta valoración del futuro de la entidad.
En consecuencia, resulta primordial que los grandes clubes de futbol, como el Valencia CF SAD, a través de sus propietarios y gestores aporten dosis adicionales de transparencia, claridad y nitidez de sus actuaciones. Hoy en día, la garantía de esta forma de proceder se obtiene, bien cotizando en una bolsa de valores o bien a través del nombramiento de consejeros independientes de reconocido prestigio y reputación en una proporción mayoritaria dentro del consejo de administración.
Conclusión: el que quiera comprar el Valencia CF SAD debe colocar la transparencia de sus actuaciones en un lugar principal. Esta garantía debe quedar recogida, en caso necesario, en los estatutos del club.
Los futuros y potenciales compradores ya saben cuál es el camino marcado por los aficionados de este club. Ahora solo les queda demostrar sus parabienes con hechos. Amunt!
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