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VALENCIA. Tercera victoria seguida para el Valencia. El balance de las tres últimas jornadas resulta clarificador: doce goles a favor y tan sólo uno en contra, por segunda semana consecutiva, la portería a cero. El equipo de Emery vence y convence, gana y golea. Su clasificación para estar en la próxima Liga de Campeones está cada vez más cerca.

Ya no se trata de una realidad virtual, los valencianistas van como un cohete, transmiten una sensación de plenitud arrolladora. En Almería lo volvieron a demostrar y se repitió el guión, una primera parte de tanteo, y a continuación, pasaron por encima de un desconcertado rival. El Valencia acabó jugando a placer, se divirtió a costa del contrario y certificó que la pájara sufrida hace un mes ha quedado superada.

La pasada semana incidíamos sobre un hecho destacado: la mayoría de los goles llegan tras el descanso, algo que volvió a repetirse en el feudo del colista. El Valencia le pone una quinta marcha a los partidos demoledora para sus oponentes. Todo el mundo rema en la misma dirección, el entrenador ha ganado su particular batalla en el vestuario contra los más díscolos.

Miguel ha recuperado la titularidad como lateral diestro sin estridencias, el precio del perdón ha sido la pérdida de la capitanía. El colectivo se ha hecho fuerte, jugadores en baja forma como Pablo han renacido de sus propias cenizas y, por si faltaba algo, Roberto Soldado vive un pletórico idilio con el gol.

En este momento de plenitud, el valencianismo se frota las manos ante la visita del Real Madrid. El duelo entre el tercero y el segundo de la liga llega eclipsado por la final de copa y las cenizas todavía humeantes del clásico liguero. Mejor para los de Mestalla, en ese contexto se mueven mejor. La discreción y el anonimato pueden favorecer sus intereses, el factor sorpresa puede resultar decisivo.

El Valencia preparará con comodidad el choque ante los de Mourinho, mientras que los del Bernabéu centran su mirada en la cita del miércoles. La semana de pasión promete fuertes emociones, Mestalla va a ser el centro de todas las miradas con sendas entregas arrebatadoras. Abróchense los cinturones.