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MADRID (EFECOM). El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, descartó hoy que, pese a las rebajas de calificación de la deuda española, vaya a dejarse de invertir en ella la inmensa mayoría del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la conocida como hucha de las pensiones.

Gómez acudió hoy, acompañado del secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, al Congreso de los Diputados, donde entregaron el último informe sobre la evolución y actuaciones en el Fondo durante 2010.

Actualmente, el 87,9 % del Fondo de Reserva (que a finales de 2010 ascendía a 64.373,86 millones) está invertido en deuda española, mientras que el 12,1 % restante lo están en la de otros países de la zona del euro (Francia, Países Bajos y Alemania).

Al respecto, Gómez afirmó que "no cabe la posibilidad" de reducir la inversión en la deuda pública española.

La principal razón que dio para justificar ese argumento es que esa inversión está dando un "buen" rendimiento, lo que convierte a la deuda pública española, sin duda, en un "buen activo".

En este sentido, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, informó de que, en los dos primeros meses de 2011, el Fondo ha generado unos rendimientos de 760 millones de euros, lo que ha elevado su cuantía total a más de 65.000 millones.

En esta línea, Gómez afirmó que, desde el 2000 hasta el 31 de diciembre de 2010, la rentabilidad neta obtenida por el Fondo ha sido de 11.816 millones de euros (2.544 millones de ellos en 2010), lo que representa algo más de un punto del Producto Interior Bruto (PIB).

En cuanto a la aportación al Fondo que tiene previsto para este año el Gobierno (de 3.456,96 millones de euros), el ministro dijo que se hará al final del ejercicio y no como en otras ocasiones anteriores a la crisis en las que se hacía a mediados de año.

Tal y como explicó Gómez, una de las razones por las que la aportación será a final de año es por los aplazamientos de pagos a la Seguridad Social que se están permitiendo a las empresas para que puedan hacer frente a la crisis.

Los aplazamientos de cotas a la Seguridad Social de las empresas suman los 6.700 millones, de los que 5.000 millones son de deuda no reconocida y por tanto no abonada, explicó el secretario de Estado.

De acuerdo con el informe entregado en el Parlamento, en el 2000 la aportación del Gobierno al Fondo fue de 601 millones de euros, en 2001 de 1.803 millones, en 2002 de 3.575 millones, en 2003 de 5.494 millones, en 2004 de 6.700 millones, en 2005 de 7.000 millones, en 2006 de 7.500 millones, en 2007 de 8.300 millones, en 2008 de 9.400 millones, en 2009 no hubo y en 2010 de 1.740 millones.

Todas estas aportaciones aprobadas en Consejo de Ministros suman los 52.113 millones, cantidad a la que hay que sumar las procedentes de los excedentes de las Mutuas de Accidentes de Trabajo, que alcanzaron los 446,4 millones de euros, de los que 69,2 millones fueron del ejercicio de 2010.

Si a estas cifras se les añade también los rendimientos generados por el propio Fondo su cuantía total supera los 65.000 millones, volumen que para Gómez empieza a tener dimensiones significativas y que a finales de 2010 equivalían al 6,1 % del PIB.

A juicio del ministro de Trabajo, esto ha permitido tener un fondo que ha contribuido a que la actual crisis no haya tenido efecto alguno sobre la solvencia a medio y largo plazo del sistema de la Seguridad Social.