Madrid (EFECOM). La secretaria general de Industria, Teresa Santero, aseguró ayer que el terremoto registrado en Japón y posterior tsunami, así como los disturbios del Norte de África y Oriente Medio no tendrán un impacto significativo en la recuperación de la economía española y europea.
En la Comisión de Industria del Senado, Santero reconoció que el terremoto de Japón sí que está provocando una interrupción temporal de algunos de los componentes industriales que proceden del país asiático y que, como consecuencia del desastre natural, han visto afectada su producción.
Con respecto a la situación de los países árabes, en especial en Libia, la secretaria general explicó que el mayor riesgo está en las fluctuaciones de los precios del petróleo, unas subidas que sí podrían dañar el tejido industrial y potenciar una recesión económica global, algo que consideró poco probable.
Santero aseguró que una contracción en el consumo internacional implica un descenso en la demanda de crudo, algo que es complicado que se produzca ya que este supuesto no beneficia a los países árabes productores, por lo que no afectará a la economía "de forma significativa".
Asimismo, señaló que, a pesar de las turbulencias de los mercados financieros, la economía real y la actividad industrial comienzan a dar signos positivos y los sectores más orientados a la exportación han registrado tasas positivas desde hace varios meses.
Santero citó como ejemplos la industria de vehículos de motor, en la que confían los inversores extranjeros, la metalurgia, farmacéutica, la fabricación del caucho y plástico o el textil, que experimentaron un gran dinamismo en 2010, mientras que las más dependientes del mercado doméstico y de la construcción tienen aún crecimientos débiles o negativos.
Por ello, aseguró que el principal reto para la industria es consolidar y reforzar la recuperación económica de forma que logre registrar unas tasas de crecimiento que permitan absorber las actuales cifras de desempleo, un objetivo "muy difícil".
En este sentido, agregó que el plan de política industrial PIN 2020 mejorará la competitividad de la industria y la posicionará como motor del crecimiento gracias a mejoras en el marco institucional, al refuerzo de sectores estratégicos, al apoyo de las pymes o a facilidades en el acceso de la financiación.
Se calcula que dicho plan tenga un impacto económico de 83.000 millones en los próximos 5 años, una cifra que, según Santero, es compatible con los compromisos de reducción de déficit marcados por la Unión Europea.
Asimismo, subrayó que los trámites para la constitución de sociedades se han reducido de 33 días a un periodo de entre 1 y 5 días, así como los costes para las empresas pequeñas, y recordó los esfuerzos para la trasposición de la directiva de servicios y para reformar la ley de morosidad.
En su opinión, los sectores con más potencial gracias a una relevante orientación a los mercados internacionales son actualmente el aeroespacial, las energías renovables, la agroalimentación o el farmacéutico.
Con respecto al vehículo eléctrico, Santero anunció que a lo largo de este año se concederán ayudas para la adquisición por un importe de 72 millones y que calculó que la flota alcanzará los 250.000 en cuatro años.
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