VALENCIA. La debilidad de la situación económica y el miedo a la capacidad de devolución de la deuda soberana de algunos países han marcado las altas dosis de inestabilidad de los mercados de todo el mundo durante el último año de esta década. En España el Ibex 35 acumuló unas pérdidas anuales de 17,43% y también se vieron afectados los otros índices nacionales. El dato positivo es que España consiguió colocar toda su deuda a pesar de lo rumores de rescate que durante todo el año se cernían sobre su economía.
Aunque el Ibex 35 tuvo uno de los mejores diciembres de la década cerrando en los 9.859 puntos con una revalorización del 6,38%, no pudo evitar ser el peor índice europeo y acumular unas pérdidas anuales de 17,43%, en un año marcado por la deuda soberana de algunos países de la Eurozona. Otros índices españoles, como el Ibex Medium Cap y el Small Cap, no corrieron mejor suerte. El índice que marca la evolución de las pequeñas empresas españolas tuvo un comportamiento casi idéntico al Ibex 35 y perdió casi un 17% durante 2010. Sin embargo, el Medium, que cuenta en su composición con empresas como NH Hoteles, Prosegur o Almirall, tuvo una evolución mucho mejor, perdiendo sólo un 5% en este año tan atípico como turbulento.
El índice español se ha caracterizado este año por su altísima volatilidad. Se ha comportado como una montaña rusa durante todo el período, no exento de muchas y variadas dificultades. Desde que cerró el año pasado en los 11.940 puntos, le ha sucedido de todo: tocó el máximo de 12.222 puntos en los primeros días del año, para luego perder un 10% en dos semanas durante el primer mes del año. En febrero llegó a cotas de julio de 2009 y en marzo consiguió revalorizarse un 5,20%.
En cuanto al segundo trimestre, en abril tocó mínimos anuales debido, en parte, al efecto contagio de Grecia y a las rebajas crediticias que S&P hizo sobre la deuda española. Mayo fue uno de los meses más controvertidos, logrando un récord de subida en una sesión (más del 14%) y un récord de bajada en 5 días consecutivos de otro 14%, debido a la falta de coordinación por parte de la Unión Europea a la hora de solucionar problemas derivados de la crisis. En junio perdió la zona de los 10.000 puntos, lo que supuso una caída anual del 22,4%.
En el tercer trimestre alcanzó la mayor subida mensual desde abril de 2009, al crecer en julio un 13,35%. El resto del verano transcurrió sin sobresaltos. El comienzo del curso para el índice fue positivo y consiguió cerrar por encima de los 10.500 puntos.En el último trimestre, en octubre no consiguió romper la cota de los 11.000 puntos y empeoró en noviembre cerrando el peor mes desde septiembre de 2008, con una bajada del 14,28%. Pero para compensar cerró el año con el mejor diciembre desde 2003, subiendo un 6,38%, lo que mitigó en parte la caída anual, cerrando finalmente con una pérdida acumulada del 17,4%. En la revisión ordinaria del Comité Técnico del Ibex 35 de junio, la composición del índice se mantuvo inalterada, mientras que en la de diciembre, cambio que se hizo efectivo en enero, se decidió la salida de Banesto y la entrada de Amadeus.
Recelo en los mercados
Ha sido un año difícil marcado principalmente por las rebajas crediticias que las sociedades de rating han hecho sobre países como Grecia, Portugal o España, impulsando a máximos las primas de riesgo y generando más desconfianza de la que ya existía en los mercados.
Los rescates de Grecia e Irlanda fueron buena prueba de que los planes puestos en marcha por los gobiernos para conseguir crecer en tasa positiva no estaban dando sus frutos. Portugal y España se vieron arrastrados por los rumores sobre posibles rescates futuros, aunque sus nuevas propuestas de mejora y reformas estructurales convencieron, y a principios de 2011 consiguieron colocar toda su deuda, eso sí, a tipos nada habituales. Finalmente, el diferencial de la rentabilidad de la deuda española a 10 años frente a la alemana ha terminado en los 249 puntos básicos.
Durante todo el año se han visto datos macroeconómicos contradictorios en Estados Unidos. Cuando parecía que la recuperación estaba cerca y los datos arrojaban tasas mejor de lo esperado, como el PIB de principios de año que anunciaba un crecimiento en tasas positivas y una confianza del consumidor mejor de los esperado, surgía algún otro dato que hacía pensar que esa recuperación aún estaba lejana. Esto no ha hecho más que crear altas dosis de volatilidad y desconfianza en los mercados.
El euro también ha vivido una de las situaciones más difíciles motivada por la debilidad de la economía europea y el nivel de endeudamiento de algunos de los países de la Eurozona. La moneda europea ha perdido un 7,4% frente al dólar este año, cerrando en los 1,32 dólares.
En el apartado empresarial, los resultados presentados por muchas empresas españolas han sido mejor que los del año anterior y, por tanto, mejor de lo esperado, aunque hay que destacar que las tensiones internacionales y la marca España, debido a la debilidad de la situación económica y la mala calificación de la deuda española, ha lastrado el recorrido de muchas de ellas en los mercados.
El sector financiero ha sido quizás uno de los más castigados por la falta de confianza de los inversores, en parte, propiciada por el escaso análisis de riesgo otorgado a sus clientes, que se ha visto precedido de un elevado nivel de morosidad y un stock inmobiliario desmesurado y, en parte, por las nuevas normas establecidas por los reguladores en el mercado, a través de la aplicación de Basilea III. En España ha destacado la concentración de cajas de ahorros formando los llamados SIP o fusión fría para ganar competitividad y poder cumplir los requisitos establecidos por la nueva normativa en materia de liquidez y solvencia.
Protagonistas del año
Otro sector que no ha perdido protagonismo desde que se inicio la crisis ha sido el inmobiliario, que continúa en mínimos y sumamente endeudado, sólo aquellas sociedades diversificadas y con exposición al exterior parecen las candidatas adecuadas para poder sobrevivir en los próximos años.
Por otro lado, el sector de energías renovables se ha visto perjudicado durante este ejercicio, y no precisamente por la situación económica, sino por cambios legislativos, como modificaciones en las primas. Circunstancia que no ha logrado que las energías sostenibles fueran el motor de crecimiento en algunos países.
En el ámbito bursátil no sólo se han dado noticias negativas durante este año. Empresas como Amadeus, han vuelto al parqué a lo largo de este complejo ejercicio y con gran éxito. Tras cinco años de ausencia, mediante una operación combinada de OPV y OPS, el 29% del capital de esta compañía volvió a cotizar. Las acciones de la central de reservas de viajes, se reestrenaron en abril a un precio de 11 euros y en el primer día tuvieron una revalorización del 8,18%. Tan bueno fue su reestreno que formará parte del Ibex 35, por lo menos, durante el primer semestre de 2011.
Otro protagonista en positivo de este volátil año fue el MAB o Mercado Alternativo Bursátil. Tras su estreno en el año 2009 con dos empresas, el MAB ha conseguido que a pesar de las dificultades empresariales y económicas pudiera finalizar el ejercicio con 12 empresas cotizando en este mercado de pymes. Son variados y diferentes los sectores que han optado por utilizar esta fuente de financiación alternativa.
El pistoletazo de salida del MAB lo dio Pocoyó, pequeño dibujo infantil de la productora Zinkia. Más tarde le siguieron la tienda de juguetes Imaginarium; Gowex, empresa de telecomunicaciones; Medcomtech, proveedora de instrumental y material médico ortopédico; el grupo Nostrum dedicado a la publicidad; la empresa de biotecnología Ab-biotics; Altia, consultora informática y soluciones TIC; el portal Bodaclick, que ofrece todo tipo de servicios para bodas; la operadora de telecomunicaciones Eurona Wireless Telecom; el periódico económico de suscripción gratuita ‘Negocio & Estilo de Vida'; Neuron Biopharma, empresa granadina de biotecnología, y la última incorporación, ya en el mes de diciembre, fue la de CommCenter, distribuidor comercial de Movistar.
Al contrario que en algunos sectores, las materias primas han tenido un buen año consiguiendo máximos históricos. El oro, considerado tradicionalmente como valor refugio, tocó su máximo anual en el mes de diciembre y cerró en los 1.405 dólares la onza con una revalorización del 28,5%. La plata consiguió un 81% durante este año hasta los 30,5 dólares, y el cobre ganó un 29,31% cerrando en los 437,45 dólares.
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Leonor Vargas es directora financiera de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros de la Comunidad Valenciana
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