VALENCIA (EFE). La estética japonesa se coló ayer en la pasarela Cibeles de la mano de la diseñadora valenciana Elisa Palomino, quien sucumbió a las geishas, los crisantemos y los quimonos en su colección "Bosque sagrado".
Palomino abrió la última jornada de Madrid Fashion Week con un desfile muy llamativo con creaciones inspiradas en la actriz japonesa Sada Yacco, la primera mujer actriz de Japón y precursora del movimiento "japonisme" que influyó en pintores impresionistas como Monet, Paul Klee o Gustav Klimt.
Las modelos lucieron y sufrieron unos enormes tocados florales sobre un exagerado cardado que destacaba con la ligereza de las prendas confeccionadas por la diseñadora valenciana.
El eje central de toda la colección, con una gama cromática limitada al negro, blanco y algún tierra, fueron sin duda los estampados y bordados, en forma de lirios, glicinias, crisantemos y flores de ciruelo -las flores de las cuatro estaciones- que aparecieron en jerseys de punto, transparentes vestidos de gasa, kimonos, capas y hasta en "plumas" muy abrigados.
Tampoco se libraron materiales ricos como el ante y el terciopelo de las típicas escenas japonesas, en la que los gorriones vuelan alrededor de lirios y malvas, así como los abrigos de lana y de cuero negro intrincado imitando la laca japonesa.
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