La agencia asegura que las perspectivas económicas de los cuatro continúan siendo "estresantes" para sus sectores bancarios
En su último informe sobre la inflación, S&P admite que cuenta con perspectivas divergentes para la zona euro y clasifica a los países en tres grupos diferentes: los que están en una mejor posición (Alemania, Finlandia, Eslovaquia y Eslovenia), los que se sitúan en un rango medio (Francia, Bélgica, los Países Bajos, Italia, Chipre y Austria) y los que están en peores condiciones (España, Grecia, Portugal e Irlanda).
De hecho, ha reducido dos décimas su previsión de PIB para la eurzona de cara al año 2012, hasta el 1,8%, aunque ha mantenido la cifra que estima para este año (1,9%). Para España, sostiene que el PIB crecerá un 0,7% en 2011 y que la cifra se elevará al 1,5% el año que viene.
La agencia de calificación afirma que el Banco Central Europeo (BCE) tendrá que tener en cuenta estas diferencias de crecimiento a la hora de decidir su política, y señala que la institución tiene por delante el "difícil" reto de decidir qué va a hacer ante el último repunte de la inflación (hasta el 2,4% en enero en la eurozona).
En este sentido, indica que los países con economías más débiles son también los que muestran las tasas de inflación más fuertes, como España, donde los precios subieron un 3% en enero, o Grecia, donde crecieron un 5,2% en diciembre. De hecho, asevera que si esta situación persiste, podrían empeorar las previsiones de crecimiento para estos países.
Según S&P, la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y la resolución de la crisis de deuda requieren el mantenimiento de una política monetaria acomodaticia, mientras que el repunte de los precios, el crecimiento potencial más fuerte de la oferta monetaria y el mayor crecimiento económico en los países clave de la zona del euro necesitan un endurecimiento gradual de la política en el próximo trimestre, con un alza de los tipos de interés en verano.
TIPOS MÁS ALTOS EN OTOÑO
En este contexto, la agencia de calificación crediticia espera que la institución presidida por Jean Claude Trichet inicie una política de tipos de interés más altos a partir del otoño, pero que continúe con las medidas no convencionales en el año 2012.
A su parecer, el aumento de la inflación tanto en la zona euro como en el Reino Unido representa un riesgo para la inestable recuperación económica y un dilema para los bancos centrales, que se verán tentados de subir los tipos para luchar contra el repunte, según el economista jefe de S&P, Jean-Michel Six, aunque las debilidades económicas aún requieran tasas muy bajas de interés.
De hecho, en el Reino Unido, donde la inflación se ha disparado al 4% en el mes de enero, S&P espera que el Banco de Inglaterra se dé tiempo para ver cómo evolucionan las variables, aunque espera una subida de los tipos en otoño o incluso antes si el PIB y otros indicadores son más fuertes de lo esperado.
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